TOLUCA, Méx.- Entre 2000 y 2009, la ocupación laboral femenina creció en México 26 por ciento, en comparación con la masculina, que sólo ascendió 9.8 puntos porcentuales; sin embargo, tal panorama arrojó un fenómeno de precarización del empleo femenino.
Así lo aseguraron en la Universidad Autónoma del Estado de México, los especialistas Eduardo Loria, Juan Márquez y Emmanuel Salas, quienes destacaron los crecientes niveles de informalidad a los que se integraron tanto hombres como mujeres durante el periodo antes mencionado.
Los colaboradores de la revista “Papeles de Población, editada por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (CIEAP) de la UAEM, advirtieron que la relación de actividades informales se elevó de 26 a 30 por ciento entre mujeres, mientras que en el caso de los hombres se mantuvo en 27 por ciento.
Luego de indicar que la ocupación formal masculina no desplazó a la de las mujeres y, por el contrario, existe un efecto positivo de ese grupo sobre ellas, los académicos aseveraron que tales movimientos económico y laborales están relacionados directamente con la inestabilidad económica internacional, que se refleja en la volatilidad de los índices de las bolsas de valores y en los tipos de cambio, así como la frágil y lenta recuperación del crecimiento económico de Estados Unidos y Europa.
Los académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México acotaron que dichas tendencias sucedieron en presencia de un emparejamiento de las tasas de desempleo por sexo; sin embargo, también durante este periodo, explicaron, ambos géneros evolucionaron en sentido contrario.
Es decir, la brecha entre hombres y mujeres que pueden desempeñarse de manera activa en actividades remuneradas creció, siendo en 2009 cuando se acentuó más.
Finalmente, los especialistas de la UNAM subrayaron el fuerte peso de la población ocupada en el sector informal sobre la ocupación total, panorama que facilita la incorporación de factores como la inestabilidad social y sueldo no regulado y estable, que combinan en el fenómeno de precarización del empleo.