“No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar a mi destino”
James Dean
Recuerdo hace varios años, en una reunión en casa con unos amigos, compartíamos el pan y el vino, experiencias del pasado y sueños del futuro, la plática se veía interrumpida en ocasiones, cuando me levantaba a seleccionar otra canción de los 5 CDs que mi moderno equipo Nakamichi permitía tener a la vez, habiendo yo vivido una adolesencia donde tener un tocadiscos y una casetera era un lujo, mi equipo de sonido era más que un orgullo para mí. Nuetros amigos, me observaban con humor,luego de varias pausas, mi buen amigo me dijo, “¿pero que no has oido del ipod?”, me explicó que con ese dispositivo ya no era necesario tener aquel gigantesco inventario de CDs, sino se podia trasladar su contenido a aquel pequeño dispositivo. Sin más, al día siguiente adquirí un ipod, de ahí otro, luego vinieron los teléfonos que integraban ambos dispositivos, plataformas digitales donde a cambio de una suscripción puedes tener acceso a todas las canciones del presente y del pasado.
Lo nuevo sustituye a lo viejo, pero la esencia de lo que lo hizo existir perdura, sin embargo resistirse al cambio sin ser parte de él, puede llevarnos a un lugar de la Dimensión Desconocida.
En la casa, en el trabajo, en las empresas, en la planeación de lo que uno sueña será el futuro, una familia, una profesión, es indispensable saber que siempre habrá un mañana, podemos ser parte del cambio, abrazarlo y adaptarnos, o resistirnos y simplemente envejecer sin importar la edad que tengamos.
Abrazar el cambio, no significa perder la esencia, ni dejar de buscarla, Los Beatles son lo que son en un disco de acetato, en un casette, en un cd, en un ipod o en la nube, pero ninguno de estos son nada sin la musica que contienen, son simplemente envases, al igual que gran parte de las innovaciones tecnológicas que día a día nos acercan todo cada vez mas rápido.
La política, las relaciones, las series de televisión, las tragedias y las buenas noticias se vuelven cada vez más efimeras y distantes para los seres humanos.
Todo lo anterior es una gigantesca oportunidad para con poco, hacer mucho, una idea, un poema, una canción, un invento, un producto o cualquier creación tienen el más alto valor para un mundo donde los envases han adquirido valores que no merecen.
El ser humano se ha vuelto un espectador que todo tiene al alcance de la mano, algún día nos verán como bichos raros a aquellos que nos transportábamos para llegar a una gran sala con asientos a ver la proyección de historias de héroes, de amor y de seres que en la gran pantalla se convertían en Dioses y quizá incluso en un futuro lleguen a decir, antes, había unos utensilios hechos de madera con un centro de carbón con el que la gente del pasado escribía y dibujaba.
No podrás cambiar la dirección del viento, pero nunca olvides que tienes unas velas y que siempre las podrás ajustar para llegar a tu destino.