CAMINANDO Y CANTANDO LAS DE JOSÉ ALFREDO POR LA TIERRA DEL OCELOTE
Podrías bajar a mi amigo, las alturas le dan pánico, solicitó el Juan Barrancas al desconocido que alzaba en hombros al Ramirrón, que pataleaba como niño chiqueado y no dejaba de proferir maldiciones, ¡bájame garrochón, ponte con uno de tu tamaño ahí está mi compadre a ver si con el si te pones sabroso hijo…