BRUSELAS.- Autorizada desde 2002 en Bélgica, la eutanasia gana cada año más adeptos en este país, uno de los cuatro que permiten la práctica en Europa, junto con Suiza, Luxemburgo y Holanda.
Según el último informe publicado por la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia, dos mil 22 personas recurrieron a la muerte asistida en 2015 en este pequeño reino de poco más de 11 millones de habitantes.
La cifra indica un constante aumento comparado con 2014, cuando la eutanasia fue practicada a mil 928 personas en Bélgica, o con 2012, cuando el número aumento 25 por ciento en el país frente al año anterior y alcanzó un primer récord de mil 432 casos.
La práctica es estrictamente controlada: para tener acceso, un paciente debe comprobar que padece una enfermedad incurable o un sufrimiento físico o psíquico insoportable.
La solicitud debe ser evaluada y aprobada por un comité compuesto de tres expertos, encargados de asegurarse que el deseo del paciente es “sólido” y fruto de un “largo proceso de reflexión”.
Los datos del gobierno indican que la mayoría de las personas que recurrieron a la muerte asistida en 2014 y 2015 tenían entre 70 y 89 años, estaban enfermos de cáncer y tenían una corta esperanza de vida.
“Suelen ser ancianos que desean simplemente morir con dignidad, en sus hogares, rodeados de sus seres amados”, explica Wim Distelmans, uno de los presidentes de la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia.
En febrero de 2014 la ley fue ampliada para permitir la muerte asistida también para menores en situación médica sin esperanza, a ejemplo de Holanda.