TULTEPEC, Méx. La ola de extorsiones, secuestros y asesinatos en contra de pirotécnicos de este municipio generó un “¡ya basta!” de la población. Habitantes advirtieron que en caso de que logren detener a plagiarios los quemarán.
El alcalde Sergio Luna Cortés informó que en los últimos dos años suman 10 pirotécnicos secuestrados, algunos de los cuales fueron asesinados por sus captores.
El pasado 18 de septiembre fue hallado el cadáver de Roberto Luna Romero, de 70 años de edad, plagiado el 8 de septiembre. El cuerpo fue hallado en la zona despoblada de Tenpocalco, en Melchor Ocampo, en los límites con Tultepec.
En agosto pasado fue encontrado el cadáver del pirotécnico Jaime Oviedo Casas, también secuestrado.
Los pobladores de Tultepec pidieron la entrada de la Policía Federal al municipio para frenar la ola de secuestros que afecta a la comunidad, sobre todo a integrantes del gremio pirotécnico.
La mañana del 18 de septiembre más de 500 pirotécnicos protestaron frente a la presidencia municipal. Los inconformes exigieron al alcalde Sergio Luna Cortés y a autoridades estatales el ingreso del Ejército y la Policía Federal para detener la ola de plagios.
La protesta se prolongó durante cuatro horas y fue encabezada por familiares de Roberto Luna. Al término de la manifestación los pobladores se organizaron en grupos para buscar al desaparecido en las zonas despobladas del municipio.
Esa misma noche fue hallado su cadáver, que fue sepultado dos días después, el 20 de septiembre. El cortejo fúnebre también se convirtió en un acto de inconformidad para exigir freno a los plagios y extorsiones en contra de la comunidad, y castigo a los responsables de los crímenes.
Autoridades acordaron que se instalará en Tultepec una Base de Operaciones Mixtas (BOM), en la que participarán el Ejército Mexicano, la Policía Federal, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la policía municipal.
Los artesanos contabilizan alrededor de 20 secuestros en los últimos meses y en algunos casos las víctimas han sido asesinadas.
Las unidades del transporte público también se sumaron a las protestas de los colonos. “No más secuestros en Tultepec”, decía la leyenda pintada en los vidrios.