El discurso del presidente Felipe Calderón no deja lugar a dudas, aunque Gustavo Madero, líder del PAN, trate de negarlo: Acción Nacional no tiene candidato fuerte, que le convenza, y ha confirmado lo que deslizó desde hace varios años: luchará hasta el último minuto para evitar que gane el PRI en 2012, sin importar lo que haya que hacer.
Elegir a un candidato, al mejor, militante o no, esa es la advertencia de Calderón e irremediablemente hay que voltear a ver a Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, quien ha sido elogiado hasta el cansancio por el presidente.
Esa posición encontrada no es nueva. Ya en la elección de 2006 la vivió el albiazul –hoy albigris, según el embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, quien ve “grises” a los candidatos del PAN y que gracias a WikiLeaks lo sabemos-, cuando precisamente Calderón decidió irse por la libre sin importarle que el candidato de Vicente Fox y su esposa Martita fuera Santiago Creel, a quien derrotó gracias a los yunques, que se unieron a su causa.
“Desde ahora, sugiero respetuosamente que nos aboquemos todos a ver, en cada distrito electoral, en cada estado y en cada puesto de elección popular, quién verdaderamente, militante o no, puede responder a ese atributo de ser la o el mejor”, dijo Calderón ante los panistas de todo tipo, advenedizos y de cepa, reunidos el sábado pasado en el Consejo Político en su cuartel general de la colonia Del Valle.
Y he aquí la clave: “Porque lo que está en juego es nada menos que el futuro del país, y no sólo el futuro en el gobierno de Acción Nacional”.
Está claro: Calderón hará lo que sea para que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no regrese a Los Pinos. Créame, cualquier cosa –basta recordar aquel aiga sido como aiga sido-, porque considera que si no gana el PAN la nación peligra. Algo similar a aquella frase de AMLO, un Peligro para México.
Las alianzas con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) así lo demuestran. Una unión antinatura, convenciendo a los trapecistas del sol azteca, encabezados por Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Ruth Zavaleta –hoy ex perredista- y demás, quienes se entregaron al gobierno de Calderón desde hace cuatro años y sólo han servido de acompañantes en las victorias aliancistas. Porque el que gana es el PAN, no el PRD, ¡eh!
Para el Calderón panista, no presidente, resulta inimaginable entregar la banda a un priísta, porque su antipriísmo lo trae en la sangre. Creció odiando al tricolor y así se mantiene. Eso fue lo que aprendió de su padre, Luis Calderón Vega, correo durante la guerra cristera, según lo ha revelado el mismo presidente, y fundador del PAN.
Así como el priísta Ernesto Zedillo es recordado por ser el presidente que entregó Los Pinos a un panista -Vicente Fox-, Calderón no quiere pasar a la historia como el panista que fracasó y devolvió la banda a un tricolor.
Juan Ramón de la Fuente ha sido elogiado hasta la exageración por Calderón y, ciertamente, su imagen es de honestidad y firmeza, ya que se le atribuye el rescate de la UNAM de la huelga del Mosh y compinches en 1999.
El efecto mediático sería realmente brutal. Y es que, incluso entre los universitarios, generalmente izquierdosos, la imagen de Juan Ramón sería un jitazo para los panistas. Sus seguidores votarían por la persona y no por el partido, lo que sería benéfico para el albigris (gracias a Pascual, recuerden). Sin duda.
No es la primera ocasión que a De la Fuente se le candidatea para la Presidencia o hasta para el GDF, pero parece que ahora sí la cosa va en serio.
Por supuesto, tampoco puede descartarse que Calderón tenga en mente a Marcelo Ebrard, jefe del gobierno capitalino, quien, como se ve, difícilmente podrá deslindarse de Andrés Manuel López Obrador. Ebrard lo dijo esta semana: se encuentra mejor posicionado que El Peje en las encuestas y eso podría ser utilizado por el presidente Calderón para tentarlo.
¿Se imagina a Ebrard contra Obrador en las elecciones de 2012? No lo descarte, por favor, aunque suene descabellado.
Candidatos, de azules a grises y albigrises
¿Dónde están los diez candidatos que presumió Gustavo Madero?
Sinceramente, nadie los ha visto.
Santiago Creel, paradójicamente, es el mejor ubicado y conocido, según las encuestas. Ernesto Cordero y Javier Lozano tuvieron resbalones y no crecen; Alonso Lujambio tira rostro en sus eventos, pero no pinta, y el resto ahí viene, muy lejos, en el pelotón rezagado, como en el maratón.
¡Aaaah!, pero olvidaba a Josefina Vázquez Mota, que esta semana -¿por qué no respeta a los medios en México?- aceptó en entrevista con Jorge Ramos, de Univisión, que va por la grande, después de negarlo y negarlo como disco rayado ante los reporteros totonacas.
¡Ya basta de que los políticos mexicanos vayan al extranjero a decir lo que debieran decir aquí!
Bueno, Vázquez Mota está apuntada y, sin duda, conocida es.
Entonces, don Gustavo (Madero), pregunto de nuevo, ¿dónde están los diez candidatos que presume? Y además, ¿tiene razón el señor Pascual con su percepción de que los ve como desteñidos tirándole al gris?
Ni rápido ni furioso
¿Qué espera el gobierno de México para reclamar al de Estados Unidos el operativo encubierto fallido de la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) que los gringos bautizaron –pancheros como acostumbran- Rápido y Furioso?
¿Por qué no reaccionó con la misma firmeza que lo hizo Washington cuando le mataron a un agente en San Luis Potosí y se dijo “indignado y molesto”?
¿O qué, es normal el envío de armas a territorio mexicano, como si se tratara de dulces, caramelos o juguetes?
¿Flan Napolitano?
¿Y qué tal Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna de Barack Obama, quien se dijo “sorprendida” por el operativo y haberse enterado, incluso, hasta que fue asesinado el agente Jaime Zapata el 15 de febrero?
Y el procurador general, bien tierno él, Eric Holder, quien también sale a decir que no sabía, que nadie le informó, que nadie le dijo y casi casi “que nadie lo respeta”.
Eso no lo cree ni un niño.
Basta recordar el escándalo de WikiLeaks para darse cuenta del control que tiene Washington como para creer que Napolitano no sabía nating o que le vieron la cara de Juat.
En este operativo hay algo muy extraño, porque los jóvenes de Barack Obama no dan paso sin huarache, o, mejor dicho, sin sus naik.
Y el enredo no tardó en crecer. La embajada estadunidense en México dijo que sí avisó a los funcionarios aztecas, pero la Procuraduría General de la República (PGR) reviró que no, que jamás supo, y, mucho menos, del envío deliberado de armas para acá.
Si el gobierno de Calderón no lo sabía, grave, pero si lo sabía, doblemente grave. ¿Quién cree usted que mienta?
Grabación de juicios
Presunto culpable rindió frutos. Marcelo Ebrard, en una jugada hábil, se adelantó a la que comenzaba a ser una idea en Facebook y Twitter: que los juicios se graben, todos, absolutamente todos.
Y antes que le ganaran, anunció que así será, conformó un grupo y ya trabaja en el proyecto: todos los juicios, con algunas excepciones como casos sexuales o de menores, serán inmortalizados en dvd. Es astuto.
Twitter: @albermontmex