Las cartas están echadas. Ernesto Cordero, aun cuando vaya abajo en las encuestas, lejos, muy lejos, de Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota, es desde ayer oficialmente el candidato con el que Felipe Calderón se jugará el todo por el todo en 2012.
Calderón acomoda sus piezas y teje la red no sólo en el gobierno federal, como es lógico, y el Partido Acción Nacional (PAN), sino en la izquierda a través de sus operadores para minar a los adversarios, como ha sido desde que comenzó el sexenio.
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Y es que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no quiere pasar a la historia, además de por su sangrienta y mal implementada guerra al crimen organizado y sus 50 mil muertos, por ser el presidente que regresó al PRI a Los Pinos.
Era un strike cantado y la licencia de Josefina Vázquez Mota apenas el martes pasado en la Cámara de Diputados aceleró la salida de Cordero, porque la orden es no perder tiempo. Sólo era cuestión de fechas, pero se sabía que lo haría y que vendría, en consecuencia, una serie de ajustes naturales.
Y los enroques de Calderón, en la recta final de su mandato, no fueron distintos, apoyado en sus amigos: deja en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a José Antonio Meade, quien comenzó en la dependencia a los 21 años de edad como jefe de departamento; y a Jordy Herrera en la Secretaría de Energía, que ocupaba Meade, su cuate desde los lejanos noventas en la chamba partidista. Puros brothers.
De José Angel Córdova se sabía desde febrero que en septiembre se iría a Guanajuato a buscar gobernarle y su sitio es ocupado por Salomón Chertorivski Woldenberg.
La llegada de Alejandra Sota a la vocería anticrimen, además de coordinadora de comunicación social, llama la atención, aunque no sorprende, porque, igualmente, ha hecho su carrera siempre junto a Calderón.
Valdés, al destierro
Guillermo Valdés Castellanos, ex director general de la encuestadora GEA ISA, curiosamente la primera que dio ventaja a Calderón en las encuestas en 2006 sobre Andrés Manuel López Obrador y nombrado al año como director del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen), por cierto desmantelado en el sexenio de Vicente Fox, fue prácticamente desterrado a la sede diplomática de México en España.
Y, curioso de nuevo, allá se encuentra el ex presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño Infante, a quien aún recuerdo sudando la gota gorda cuando Calderón le gritaba que le colocara la banda presidencial en aquella atropellada toma de protesta de 2006.
De vocero a espionaje
Alejandro Poiré, vocero anticrimen organizado y desorganizado, quien se pasó un año defendiendo lo indefendible, fue enviado precisamente al Cisen en lugar de Valdés, desde donde espiará a todos y cada uno de los candidatos, adversarios y no, con miras a la elección.
¿Alguien cree que va al desmantelado Cisen a tratar de hacer labor de inteligencia anticrimen? Por favor, si eso llega desde Washington como orden, no como consejo o sugerencia.
El nombramiento de Poiré, sin duda, es estrictamente político.
Ya sólo queda Ebrard
Por cierto, con la salida de Cordero del gobierno, sólo Marcelo Ebrard queda en activo, porque Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, dejará el cargo el jueves próximo al mediodía, cuando asuma Eruviel Avila Villegas.
En el PAN, Josefina y Santiago Creel, por los rebeldes ya están fuera, y Cordero, el alineado; en el PRI, Enrique Peña Nieto, superfavorito, se va el 15 y, acaso, Manlio Fabio Beltrones, que debería dejar el Senado.
Y en el PRD, Ebrard y López Obrador, fuera desde 2006.
¡Paren máquinas!
El Legítimo contra El Innombrable a dos de tres caídas sin límite de tiempo. En superlibre, en jaula o en un hexágono.
Y como el duelo-debate por obvias razones no puede ser cabellera contra cabellera, tendrá que ser cabellera contra máscara, la misma que venden en las calles de México desde que finalizó su gobierno en 1994.
Si alguien creyó que la multitud reunida en el monumento a la Revolución fue impresionante por la presencia de Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez el jueves con motivo de su pelea de campeonato de noviembre próximo, imagínese ahora.
¿De quién hablo? De Andrés Manuel López Obrador y Carlos Salinas de Gortari, quienes hasta la noche del jueves se supondría se encontrarían en un debate en Televisa.
Pero, ¿qué cree?, ayer comenzaba a desdibujarse el desafío, porque la empresa organizadora del evento en el que el ex presidente habría lanzado el reto, Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública (AMAI), hizo la declaración el miércoles, emitió un comunicado en el que niega que Salinas haya retado al tabasqueño a debatir y haya asegurado que éste no pasaría “la prueba del ácido”.
Saludo y rompimiento
Finalmente se dio el rompimiento, fractura, corte de cordón umbilical, separación de siameses o como usted quiera llamarle entre Andrés Manuel López Obrador y su (ex) carnal Marcelo, también rumbo a 2012.
Y todo a raíz del efusivo y feliz apretón de manos –el segundo, por cierto, no el primero como muchos equivocadamente señalaron, porque en julio también sucedió en el Campo Marte- que Ebrard dio a Felipe Calderón “el presidente legalmente instituido” en el mensaje con motivo del Quinto Informe de Gobierno en el Museo Nacional de Antropología e Historia (MUNAH) y que Martí Batres calificó de traición y deslealtad.
Ebrard parece olvidar quién lo puso en el gobierno capitalino, a quién le debe haber revivido políticamente, luego de que el presidente Vicente Fox lo cesara de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) tras el linchamiento de tres agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) en San Juan Ixtayopan, Tláhuac, el 23 de noviembre de 2004, y al que él y sus policías llegaron dos horas tarde por “lejanía, falta de elementos, bases” y más.
Columnistas y analistas sesudos califican de tonto y pérdida de tiempo discutir un saludo, pero el trasfondo no es el apretón de manos, sino la congruencia y Ebrard dijo, en concordancia con su ex jefe, López Obrador, que no reconocería a Calderón y que no se tomaría la foto.
Y aunque no es el primer saludo, sí fue el más publicitado ya que se dio en el informe y esta vez hubo foto. En política no hay casualidades y si Ebrard hubiera querido, habría optado por salirse, contestar su teléfono celular, llegar tarde, salirse antes, como lo había hecho, o lo que fuera para no saludar y sonreír a Calderón.
Ebrard, quien siente que ya puede solo y extrañamente también tras conocerse una encuesta en la que supera a López Obrador, cesó a Batres de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) capitalina, acaso el lopezobradorista más duro en su gabinete y quien representaba algo así como un caballo de Troya. El radical dijo que el saludo no fue el motivo, sino su intención de buscar el GDF, para el que, incluso, tendrá hoy su primer mitin en el Angel de la Independencia al mediodía.
Ahora, cuando se aproxima la sucesión presidencial y en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) preparan su elección de candidato, en noviembre, curiosamente se deja agarrar la piernita –más bien la manita-, como dijera López Obrador cuando Ruth Zavaleta, hoy ex perredista, se reunió con el extinto Juan Camilo Mouriño.
Así, la estrategia de Los Pinos mata dos pájaros de un tiro: divide al PRD -¿más?-, y lo anula porque Ebrard iría sólo con el sol azteca y López Obrador con PT-Convergencia o Movimiento Ciudadano. ¿Verdad que no suena descabellado?
Presupuesto en San Lázaro
El jueves, Ernesto Cordero entregó el Presupuesto de Egresos e Ingresos 2012 en San Lázaro y ahora vendrán los jaloneos para reacomodar los recursos.
Y aquella amenaza-advertencia del PRI –que detonó incluso el Moreiragate en Coahuila por sus 32.7 mil millones de pesos de deuda heredada- está más vigente que nunca, porque, según dijeron, se reacomodará todo para dar más fondos a los estados.
Y el tiro será con Francisco Ramírez Acuña, ex gobernador de Jalisco y ex secretario de Gobernación, quien asumió la coordinación que dejó vacante Josefina, Pina como le llama su amigo Calderón, y con Armando Ríos Pitter, pastor de las ovejas-borregos del PRD y titular de la Junta de Coordinación Polìtica, que también tenía nuestra querida Chepina.
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