ATIZAPÁN, Méx.- Más de 10 mil asistentes entre niños y adultos, se dieron cita en la Estación de Bomberos de Atizapán los días 1 y 2 de noviembre, para disfrutar de la Casa del Terror, evento organizado de manera gratuita por la actual administración en conmemoración del Día de Muertos.
Sirenas al estilo Silent Hill, zombies, esqueletos, brujas, calabazas, y hasta el hombre del costal y el terrorífico Jason Voorhees, con todo y motosierra en mano, asustaron hasta a los más valientes que se atrevieron a entrar a La Casa del Terror, quienes despavoridos dejaban atrás la salida.
“Esta es una tradición que lleva realizándose por más de 15 años en la Estación de Bomberos. Es gratificante ver gente de otros municipios como Nicolás Romero, Tlalnepantla, Santa Ana Jilotzingo, Naucalpan y de las Delegaciones Azcapotzalco y Cuauhtémoc, que asistan a nuestra Casa del Terror”, mencionó el Presidente Municipal, Pedro Rodríguez Villegas.
Por su parte, Héctor Elorriaga Mejía, Director de Protección Civil, Ecología y Bomberos, recordó que esta tradición nació hace más de 15 años, cuando en un Día de Muertos, a los bomberos se les ocurrió colocar un ataúd en la estación, y la gente por curiosidad y un tanto temerosa, se acercaba a preguntar lo qué había pasado.
“A partir de ese momento y hasta la fecha, cada año comenzamos a poner una ofrenda para recordar a nuestros seres queridos, pero fue tanta la gente que nos comenzó a visitar que decidimos hacer algo más, fue así como se nos ocurrió La Casa del Terror”, expresó con orgullo Elorriaga.
Además, de ofrecer a los asistentes ese paseo del terror, a la salida se les obsequiaron dulces y se pudieron tomar la fotografía del recuerdo con su personaje favorito.
Bomberos y personal de la Dirección Entregaron más de 120 kilos de dulces que fueron entregados a los asistentes, mismos que fueron donados por el gobierno municipal y la ciudadanía, para hacer más agradable la noche del Día de Muertos.
Elorriaga Mejía destacó que en este evento se contaron con todas las medidas de seguridad y los paramédicos permanecieron al pendiente de cualquier situación, sin que se registrara ningún incidente de gravedad.