CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Con su primera máquina de escribir eléctrica, una Smith Corona, Gabriel García Márquez (1927-2014) se “encerró” durante 18 meses en la habitación de una casa de la zona de San Ángel para escribir “Cien años de soledad”.
Como lo explicó, en su momento, el propio Premio Nobel de Literatura 1982: “a mis 38 años y ya con cuatro libros publicados desde mis 20 años, me senté en mi máquina de escribir”, para empezar la que sería su obra cumbre.
Conocida es la leyenda de que la familia del escritor se dirigía a unas vacaciones en Acapulco cuando recibió como un rayo la idea de la novela y esto hizo que renunciara a los trabajos que tenía para dedicarse de tiempo completo por año y medio al texto de poco más de 500 cuartillas en su versión original.
También es conocido, porque el propio autor lo contó varias veces, que no se enteró de “cómo sobrevivimos Mercedes y yo con nuestros dos hijos durante ese tiempo en que no gané ni un centavo. Ni siquiera sé cómo hizo Mercedes durante esos meses para que no faltara ni un día la comida en la casa”.
En la actualidad, la casa que se ubica en la calle De la Loma, colonia Lomas de San Ángel Inn, es habitada por un matrimonio formado por un mexicano y una alemana que tiene dos hijos, y la habitación de marras, de unos tres metros cuadrados, es ocupada como cuarto para descansar y ver la televisión después de una jornada de trabajo.
El inmueble es de dos pisos con un pequeño jardín y el espacio que alguna vez tuvo una silla y un escritorio con la Smith Corona en la que el Premio Nobel pasó días enteros para contar la historia de la estirpe Buendía, actualmente es ocupado por un sofá de color café oscuro.