TLALNEPANTLA, Méx. Una tarea casi imposible enfrentará el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) en el estado de México, toda vez que deberá alfabetizar y combatir el rezago educativo de 189 mil 334 personas para el 2018.
Tal meta fue estipulada en el Programa Nacional de Alfabetización. Y realmente parece imposible de cumplir.
Ernesto Rivas Rivas, delegado del INEA en el estado de México, precisa que en el 2009 alfabetizaron a tres mil 643 personas, en el 2010 a tres mil 949, en el 2011 a tres mil 80, en el 2012 a cuatro mil 229 y en el 2013 a cuatro mil 200.
“Este es nuestro contexto. Si seguimos con estos logros, con estos números, el problema lo resolveríamos en 71 años, si seguimos con estos logros históricos. Esto sin contar con el problema de la deserción”, dijo.
Y estableció las nuevas metas: En el 2014 el objetivo es alfabetizar a 30 mil 293 habitantes de la entidad, en el 2015 a 47 mil 334, en el 2016 a 47 mil 334, en el 2017 a 34 mil 80 y en el 2018 a 30 mil 293, para el gran total de 189 mil 334 mexiquenses alfabetizados.
La situación se complica aún más, ya que el INEA cuenta con alrededor de tres mil “figuras solidarias”, que son voluntarios que imparten clases o asesorías.
El estado de México registra rezago educativo de tres millones 666 mil personas, según datos del censo del 2010. De ellas 2.2 millones no tienen estudios de secundaria, un millón no terminó la primaria y 466 mil viven en condiciones de analfabetismo absoluto y no saben leer ni escribir.
Las “figuras solidarias” son principalmente mujeres que quieren ayudar. Para alfabetización y primaria es preferible que tengan preparatoria y para secundaria licenciatura. Sólo en el caso de secundaria el INEA les otorga una gratificación.
Rivas Rivas afirma que a las personas les da vergüenza confesar que no saben leer ni escribir, sobre todo en las zonas urbanas, lo que dificulta que sean localizadas.
“Por esa razón es que tenemos que buscarlos hasta en sus casas. Nos facilitaría mucho el trabajo si nos lo hacen saber, si voluntariamente se acercaran al INEA a pedirnos la ayuda. Pero como se avergüenzan, entonces esconden la situación y no te la dicen, aunque estén en situación de analfabetismo y rezago y eso nos complica el trabajo a nosotros, porque tenemos que andar en la casa, en el barrio, en la avenida buscándolos”, añade.
El 2014 está cerca de concluir y la meta del INEA parece muy lejana.