La ingeniería mexicana se integra al selecto grupo de países que realizan pruebas aceleradas en pavimentos a escala real, con la puesta en marcha de un nuevo simulador de Vehículos Pesados HVS (Heavy Vehicle Simulator), que se encuentra en la División de Laboratorios del Instituto Mexicano del Transporte, órgano desconcentrado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Se trata de un equipo de tecnología sudafricana y patente danesa, que permite realizar aplicaciones continuas de carga controlada sobre un pavimento, simulando aquellas aplicadas por el autotransporte o por una aeronave a escala real.
Facilita entender el comportamiento de los pavimentos de cualquier tipo y para diferentes modos de transporte, bajo diferentes condiciones de carga y ambientales, en periodos relativamente cortos, con un alto grado de confiabilidad. Permite probar en dos meses, los efectos del tránsito equivalente a 15 años de un tramo carretero y los de hasta 22 mil operaciones de aterrizaje en un día, en una pista aeroportuaria.
El HVS Mark VI permite realizar la evaluación de la influencia ambiental en el desempeño, por humedad o temperatura, identificar y resaltar las deficiencias en prácticas constructivas actuales, evaluar nuevos materiales de construcción, aditivos y mejoradores de desempeño en materiales de pavimentación.
También revisar especificaciones y normas de construcción antes de una implementación a gran escala y calibrar y validar modelos de deterioro para el diseño estructural, evaluar el impacto de nuevas ruedas, límites de carga, presiones de inflado, y vincular pruebas de laboratorio con resultados observados en campo.
El equipo tiene una longitud de 32 metros y un peso de 48 toneladas, que permite aplicar un rango de cargas que van desde media tonelada hasta once toneladas en dos ruedas para camiones pesados y hasta 20 toneladas en una rueda de aeronave.
La versatilidad del Mark VI hace posible llevarlo a un tramo en construcción o incluso a un tramo que ya esté operando. Esto se debe a que cuenta con un sistema de generación de energía autónomo, mediante un motor diésel-eléctrico, teniendo el mismo rendimiento que operándolo con corriente de 440 voltios.