La violencia contra las mujeres es innegable.
Distinta de la que genera el narcotráfico, pero parte de esa incontenible y creciente criminalidad que en 2019 sumó 34 mil 582 asesinatos.
Desde 2012 ha crecido 137.5 por ciento, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
La guerra que Felipe Calderón declaró en 2006 en un afán por legitimarse, sin planeación, sin estrategia, tiene al país sumido en los peores niveles de sangre desde la Revolución.
Casi 300 mil muertos desde entonces.
El brutal asesinato de Ingrid Escamilla el fin de semana pasado y la falta de
tacto en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador detonaron un estallido de indignación social en todo el país.
No sólo las mujeres, los hombres, de todas las edades, de todos los estratos, condenaron la forma como Erick Fancisco Robledo, su pareja, la maltrató, la humilló, la mató.
Lo confesó ante los policías que lo detuvieron.
Consta en video.
Y ahí surge precisamente la rabia, la furia, la movilización de las mujeres que el año pasado marcharon dos veces -agosto y noviembre – y que vandalizaron negocios, monumentos y hasta el Angel de la Independencia.
Pasando por la diamantina rosa que arrojaron al entonces secretario de Seguridad, Jesús Orta, y que se convirtió en símbolo del movimiento.
Fue una conjunción de factores que buscaron salida y la hallaron.
La mal entendida propuesta del fiscal general Alejandro Gertz Manero, quien planteaba facilitar el proceso judicial en contra de los asesinos de mujeres.
De los feminicidas.
La movilización en la UNAM, que tiene parada Filosofía y Letras y la Preparatoria 9 desde octubre y noviembre del año pasado, y la pobre respuesta del rector Enrique Graue Wiechers, rebasado por el conflicto, que una mano negra, mejor dicho morena, ha manejado.
Antes, el asesinato de Abril, maltratada por su esposo, hoy prófugo, ex ejecutivo de Amazon y Elektra, y más.
Todos los días se conocen casos de violencia.
El ataque con ácido a la saxofonista de Oaxaca.
En 2019 se cometieron mil 6 feminicidios. Una locura.
El ex secretario de seguridad proponía que se eliminaran los actuales requisitos que deben cumplirse para que el asesinato de una mujer sea considerado feminicidio.
-Si simplemente se tipifica y se mantiene el delito de feminicidio como un homicidio contra una mujer, éste debe tener el agravante y la penalidad más alta, de 40 a 70 años, superior a la sentencia que actualmente se dicta para homicidio calificado o agravado, ha dicho.
Acaso debió mantenerse la clasificación de feminicidio y sólo eliminar algunos de los siete requisitos que debe cumplirse para que se le considere como tal y haya sentencia de entre 40 y 70 años, la que señala la ley.
El error de Andrés Manuel fue dar prioridad al anuncio de los dos mil millones de pesos recuperados por Gertz Manero para la rifa del avión.
Porque, como suele sucederle, se enredó.
Dijo que no quería que el tema feminicidio opacara su gran noticia, sí, sin duda.
Pero cuando aseguró que el tema ya se había discutido y que algunos medios -como El Universal- aprovechan momentos para armar campañas de difamación, no se refería a que no fuese importante o que no quisiera abordarlo.
Se refería a que Gertz Manero y él, desde la semana anterior, ya habían explicado la propuesta.
Incluso había dicho que no se iba a mover nada, porque, como está la movilización en la UNAM, no era momento de hacerlo.
Pero esas benditas redes sociales, que tanto quiere, se le fueron encima por su desafortunada, sin duda, declaración de que no le desviaran el tema.
La publicación de las fotografías en diversos medios de comunicación, que circularon también en twitter y facebook, fue la gota que derramó el vaso.
Y se convocó a la marcha de ayer.
A Palacio Nacional, a la mañanera, donde el feminicidio fue abordado por Frida Guerrera hasta que Carlos Domínguez, de Nación 21, pidió cambiar de tema.
Y surgieron las críticas.
Pero el punto que hizo estallar de nuevo las redes fue el decálogo que Andrés Manuel presentó y que no dice nada nuevo.
Condena a la violencia, manifestación de apoyo a las mujeres y nada más.
Ninguna propuesta para acabar con la violencia, con los ataques.
Y tras los errores señalados.
Con ese maltrato y acoso que existe en las calles, pero que generalmente es más frecuente en casa.
Las mujeres son asesinadas por desconocidos, sí, pero también por sus esposos, por sus novios, por sus parejas, en una sociedad machista que enseña a los niños a exigir ser atendidos por las mujeres so pena de recibir un castigo ejemplar. Diez al día. Aberrante.
El ataque que la movilización de ayer cometió contra la Puerta Mariana en Palacio Nacional y las visitas a los diarios Reforma y La Prensa son igualmente reprobables.
Y no porque los medios de comunicación sean intocables, sino porque significa un atentado contra la libertad de expresión. Es equiparable a la que los gobiernos han aplicado en la historia en distintas y diversas naciones.
Acaso ha habido exceso en la publicación de imágenes y los medios deberán hacer ajustes en una sociedad cada vez más cambiante, pero intimidar a los periodistas y a los medios no es la solución, tal como dañar monumentos, comercios y lo que se encuentre a su paso. ¿Qué soluciona eso?
La impunidad, que ronda el 99 por ciento en México, es lo que debe atacarse. Dejar de producir machos en casa y combatir al crimen con la aplicación de la ley y no sólo con abrazos.
Vámonos: Otra vez El Lunares a las calles.
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