Andrés Manuel López Obrador lleva el ahorro y la austeridad al extremo y pone en riesgo no sólo a su persona, sino al Estado mexicano.
La posición de no utilizar el avión que no tenía ni Obama y que se oxida ahí, detenido, fue plausible y rentable al principio, como discurso populista, pero ha llegado al grado del absurdo y la exageración.
Viajar a Washington en aerolínea comercial está fuera de lugar.
Andrés Manuel no es Andrés Manuel López Obrador.
Es el presidente de México.
Como tal, no debe olvidar que, como ha dicho cuando no quiso recibir a la familia LeBaron tras la masacre de una docena de integrantes en noviembre de 2019, no debe exponer la investidura y la representación que tiene del Estado.
Viajar casi de aventón a Washington no es aceptable.
Y, mucho menos, en aerolínea comercial.
Nadie, se lo aseguro, ni los más ácidos críticos y adversarios de su gobierno, quiere ver, ni lejanamente, una situación de riesgo, de peligro, para Andrés Manuel.
No lo merecen ni él ni el país ni los mexicanos.
Después del atentado en contra de Omar García Harfuch y de la posición desafiante que los criminales han asumido, como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el cártel Santa Rosa de Lima, nadie en su gobierno puede ni debe exponerse.
Ayer, en su matutina, reiteró que se conocía desde diez días antes que un grupo armado se trasladaría a la Ciudad de México para cometer un ataque y que, desde entonces, se reforzó la seguridad de los funcionarios que, se supo, eran señalados como objetivos.
Ayer, Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la CDMX, reveló que otros dos integrantes de su equipo han sido amenazados, después del atentado que sufrió el secretario de Seguridad la semana pasada.
Y el jueves, Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, y hasta la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, dijeron que recibieron advertencias por parte del crimen.
El primero, de hecho, del cártel de Jalisco.
A Andrés Manuel, nomás falta que en lugar de que lo lleven al aeropuerto en auto se vaya en metro.
Total, cuesta 5 pesos el boleto.
Así ahorra gasolina.
Hasta el hospedaje, dijo ayer, podría pedírselo a unos amigos que tiene allá.
Obvio esto no sucederá.
La Casa Blanca informó a través del embajador en México, Christpher Landau -sí, ese que hace declaraciones candentes y, luego, las niega- que el hospedaje corre a cuenta de ellos.
Nomás falta que Andrés Manuel pida un Motel 6 o un Travelodge para que no sea tan oneroso y que en el desayuno se aviente un omelette de huevo líquido con harto tocino y un cuartito de oranch yus.
Nadie, se lo aseguro, vería mal que hubiera optado por utilizar una nave de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), como estaba contemplado, para ir y venir sin escalas y, sobre todo, seguro y protegido por un equipo.
Por supuesto, esas comitivas en las que los presidentes de la época de la dictadura perfecta -Vargas Llosa dixit- del PRI o del PAN eran un insulto y una mentada de madre.
Llevaban hasta a los gorrones empresarios de a free y, en el colmo del dispendio -porque no era dinero suyo- al maquillista y al veterinario por si se les enfermaba la mascota a los niños.
Eso es el otro extremo.
El objetivo de la gira es otro tema.
Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, dijo ayer que aún analizan -él y su equipo- si tiene sentido acudir a una reunión que no es una visita de Estado.
Al canadiense le preocupan, aseguró, los aranceles al aluminio y al acero que el pecoso Donald Trump pretende imponer, con todo y que el nuevo tratado comercial, llamado T-MEC, entró en vigor el 1 de julio.
Además, le preocupa también la epidemia de Covid-19 que, para mala fortuna de México, Canadá sí tiene controlada.
Desplaza a México
Que Canadá haya desplazado a México como principal socio comercial debería preocupar a todos.
Ese sí es un tema grave, aunque sea una situación producto de la pandemia.
El volumen de comercio -exportaciones más importaciones- entre México y Estados Unidos fue de 201 mil 500 millones de dólares de enero a mayo, por 204 mil 600 millones de dólares entre Canadá y Estados Unidos, según cifras estadunidenses.
México ha sido socio comercial principal por año y medio conscutivamente.
Eso sí es grave.
Y eso es lo que debiera estar atendiéndose.
Vámonos: CDMX se queda en naranja, pese a la propuesta federal de avanzar. El Estado de México reabrirá el lunes, informó Alfredo del Mazo.
Se esperaba ese anuncio.
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