MOSCÚ, Rusia.- La selección de Croacia llega a los octavos de final de Rusia 2018 como líder indiscutible del grupo D después de que la ‘segunda unidad’, gracias a un tanto postrero de Ivan Perisic, firmara el pleno ante una Islandia que tardó en creérselo y que puso fin con honor a su primera participación mundialista.
El equipo balcánico se ha ganado el crédito suficiente para que se le pueda considerar una de las alternativas de peso a las grandes favoritas, aunque eso deberá ratificarlo a partir de ahora en las eliminatorias.
Y es que mientras Heimir Hallgrimsson confió en su bloque habitual salvo tres cambios, Zlatko Dalic optó por una rotación masiva, tanto que del equipo titular ante Argentina tan solo mantuvo a su capitán, Luka Modric, y a Ivan Perisic.
Con el billete en el bolsillo y prácticamente asegurada la primera plaza, Dalic pensó en el más allá de este encuentro, en otorgar descanso a buena parte de su columna vertebral sin arriesgar lo más mínimo para encarar los octavos de final con el grupo fresco y con la implicación de toda la plantilla.
No necesitó mucho más para firmar definitivamente el liderato. Incluso pudo dar descanso al propio Modric, al que reemplazó a los 65 minutos. Para entonces ya dominaba con un gol de Milan Badelj al principio del segundo periodo, que castigaba la falta de ambición inicial de Islandia y su escasa pegada cuando tuvo la ocasión de aposentarse en los octavos.
Croacia ejerció de selección con poso, de equipo capaz de manejar los códigos de un partido, de aguantar cuando la ocasión lo requería, de contemporizar y de aprovechar en los momentos de la verdad.