Julian Assange, fundador de WikiLeaks, se declaró culpable de violar la ley de espionaje de EE.UU. por la filtración de documentos clasificados, como parte de un acuerdo con el Gobierno estadounidense que le permitirá volver a Australia tras una saga legal de 14 años.
El activista llegó a la corte de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el océano Pacífico, vestido de traje, con semblante serio y sin hacer declaraciones.