El Barrancas titiritaba por el del gélido ambiente, la lluvia con granizo mostraba un paisaje invernal, las calles cubiertas de hielo triturado, los árboles “el frío esta cabrera, no manches”, hablaba consigo mismo. Yo solito con mi sombra, estoy perdiendo la razón y es por tu amor ya empezaba a canturrear y que se le sale un “gallo”, algo que generalmente no ocurría y un changuito que se lo vacila y que se arma la pelotera… se sirvió un farolazo de Torres 10 con agua mineral y Sidral Mundet , se empino el vaso casi hasta el fondo, y puso el radio de transistores, herencia de su padre, donde se “fumaba” El Fonógrafo, música ligada a tus recuerdos, que rifaba en las ondas hertzianas antes de la llegada de la fibra óptica, el YouTube y las espeluznantes redes. Cuando sonó en sus tímpanos de melómano, intempestivamente aquella rola que interpretaba “La Ley”, así le decían al jefe Javier Solís, esa melancolía y voz que erizaba a las chiquillas de aquellos tiempos ahora abuelitas, rolas de antología de hace unos ayeres: “Amor perdido, si como dicen, es cierto que vives, dichosa sin mí/Vive dichosa, quizá otros labios, te den la fortuna, que yo no te di/ Hoy me convenzo, que por tu parte, nunca fuiste mía, ni yo para ti/Ni tu para mí, ni yo para ti, todo fue un juego/Nomás que en la apuesta, yo puse y perdí/ Fue un juego y yo perdí, esa es mi suerte, y pago, porque soy, buen jugador/Tu, vives más feliz, esa es tu suerte que más, puede decirte, un trovador/Vive tranquila, no es necesario/que cuando tú pases, me digas adiós/No estoy herido, y por mi madre,/que no te aborrezco, ni guardo rencor/Por el contrario, junto contigo, le doy un aplauso, al placer y al amor/ Que viva el placer, que viva el amor/Ahora soy libre, quiero a quien me quiera, que viva el amor”…
Y ya el Juanito se jalaba otro “farolazo” como si anduviera con sed y heridazo del corazón, hizo pucheros recordando a una prenda amada y levanto el vaso como brindando ante una multitud y de nuevo probo el ron dulzón y se tropezó cuando ya se acomodaba en la silla, ¡azotó la res, jajaja más bien será el buey” se alabó para no perder la canija costumbre, busco otro lugar donde acomodar su trasero, luego hurgo en su pantalón y saco un envoltorio de papel doblado a la perfección donde aparecieron como por arte de magia unos cigarrillos que le habían enviado de California unos amigos, se parecían aquellos que se conocían como “Carmelitas” de papel arroz y chiquiticos, para comenzar a cruzar el umbral de la realidad cotidiana.
Se puso uno en la boca y lo prendió con el Bic que no sabe fallar, jalo a los pulmones el humo de la cannabis como si en eso se le fuera la vida y se sereno cuando al exhalar la mininube ya castigaba la pleura, se expandió como si fuera niebla cubriendo la habitación cayendo en un sopor, en un relax que hacía mucho tiempo no sentía, se tiró al suelo y quedo como yerto, hasta que sintió la punta de un botín, ¡quiubole tú¡ ¿qué tienes Juanito no pensé que fueras tan mayeyo? me estas fallando carnalito, ¿qué on toy? para volver a sentir otro repasón que hizo que reparara ¡ya estuvo, ya estuvo¡ ¿qué transa ni que fuera punching bang, que se traen? Andale párate zopenco, que tenemos que hablar, y el Barrancas pelo el ojo que casi se le salen los de apipisca cuando vio que ahí estaba el mismo Javier Solís.
¡Ah chinga! dijo en lo que se tallaba los de apipisca que se le cerraban más cuando se pachequeaba esa mostaza sí que esta chamánica, ¿qué trampa Javier? A que debo el canijo gusto de estar aquí en el cantón, no me lo van a creer los del barrio… ¿qué te chupas valedor? A ver que estas libando, lo mismo okey maguey preparando un brandi en honor el rey de los boleros… ay mi Barranquita no te emociones que cuando sepas a que vengo hasta vas a llorar, no hay falla padrino es un honor estar aquí echando drink con la leyenda del barrio de Tacubaya y allende las fronteras, bueno salud y ya luego me dice a qué vienes carnalito, ¡Salud! dijo la voz del bolero romántico que todavía movía corazones al tiempo que chocaba los vasos, bueno, bueno y que no hay una fumadita para maltratar la garganta, si como canijos no está, de ver charros cantores, no sea mamey respondió mientras avanzo con un tren el intérprete de “Sombras”
No pues si esta regañona jajajaja ahora si me inspiró ahí te va esta de mi compadre, músico poeta el “Tin Larín” :“Piénsalo bien mulata, piénsalo bien/mira que mi alma se atormenta sin tu amor/mira que sufro, mira como lloro/mira que solamente Dios sabe lo que sufro yo/ Di que tus rosales florecieron para mí/dame la sonrisa que dibuja la esperanza/dime que no te perdí/dame el sosiego del alma/Ven que mi cabaña con la luna pintaré contando las horas de la noche esperaré/piensa mujer que te quiero de veras/piénsalo bien, piénsalo bien”….
¡Ayayay esa no porque me voy a desangrar! que sea menos Juanito, no pensé que fueras tan puñal, si decían que eras bien caifán y me estas resultando bien choto, !ayay cabrón si es el Flaco de Oro! bueno nomas porque eres el ídolo de mi jefe y el mío también carajo, ora sí que deja saco otro “carcelero” porque con el Agustín Lara me pongo de pie, esta yesca sí que esta de lux, viaja mi mente, nadie me la va creer.
Ya nomás falta el pachuco Tin tan, soltó en su soliloquio el Juan Barrancas, jajajajaja me hablabas vato ya estoy por aquí, era el pachuco de oro, ¿mira con quien vengo? El Barrancas no se la creía, su volátil mente viajaba, estaba con una chica que se parecía a la guaperrima diosa de antaño, Ninón Sevilla, pero traía unos lentes de fondo de botella, pero que quitaba el sueño. Te presento a Yolanda Vargas Dulche, la de los Clásicos de “Lágrimas, risas y amor”, autora de los folletines “Gabriel y Gabriela” y “Rarotonga”, puro Best seller popular, hecho en Mexicalpan de las tunas, hemos leído tus historias chamánicas de azotado, rebecón, y queremos publicarlas, se llamara “La desgraciada e insólita historia fumada de Juan Barrancas” le manifestaba el trompudo German Valdez, cuando unos plomazos se escucharon a unos cuantos metros… pero esa es otra historia….