La Guardia Nacional con mando civil es un engaño.
Gatopardismo (cambiar todo para quedar igual) puro.
El rechazo a la militarización debería mantenerse, porque el nuevo cuerpo policiaco será integrado por soldados y marinos, y su formación y estrategia serán igualmente castrenses.
La fiesta y los panchos en el Senado por la unanimidad y porque se consiguió un acuerdo histórico y jamás visto son sólo eso: espectáculo.
Y aunque es un hecho que actualmente no existe otra posibilidad para cumplir la urgente necesidad de enfrentar al crimen y al narcotráfico, lo cierto es que se requiere una estrategia a largo plazo para que sean el Ejército y la Marina quienes, además de realizar labores policiacas, capaciten a la Guardia y a las policías estatales y municipales.
De lo contrario, el Ejército, disfrazado de Guardia Nacional, se quedará hasta el infinito en labores de seguridad, porque ahora, además, ya está en la Constitución.
Ese es precisamente el punto toral de lo aprobado por el Congreso: el trabajo policiaco y de investigación que, ahora sí, podrán hacer las fuerzas armadas, fue elevado a rango constitucional, prohibido hasta ahora.
Certeza jurídica, le llaman.
Seguridad que los secretarios de la Defensa han pedido desde que al frustrado Felipe Calderón Hinojosa se le ocurrió declarar una guerra sin planeación contra el narcotráfico, sólo para legitimarse, tras su triquiñuela electoral de 2006 para despojar a Andrés Manuel López Obrador.
Los gobernadores -ya lo dijo Andrés Manuel-, apoyan la reforma constitucional, porque, además de que no tienen opción por su desinterés y hasta temor, es más fácil que lleguen federales a hacer su trabajo.
Y evidentemente está conforme.
Y cómo no estarlo, si tiene todo el sexenio asegurado con el Ejército en las calles, además de que la Guardia puede tener mando civil… o militar.
Los cinco años que dieron de plazo para que los verde olivo regresen a sus cuarteles son suficientes, porque prácticamente eso durará su administración.
Ya son tres meses de que comenzó y dos más, mínimo, para que comience a aplicarse –faltan las leyes reglamentarias y que pase en 17 congresos estatales– oficialmente, porque ya lo hace, además de que esta administración terminará dos meses antes del 1 de diciembre, el 30 de septiembre de 2024.
A ello, hay que sumar el fin no oficial -anticipado- de los gobiernos, lo que sucede cuando arrancan las campañas de los candidatos presidenciales.
¿Lo ve?
Monreal estaba nervioso
Ricardo Monreal Avila, coordinador de los senadores de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), andaba nervioso, intranquilo.
Sabía que pese a todo lo señalado, el proyecto presidencial no había sido aprobado tal como lo envió y temía, por ahí, una crítica, por mínima que fuese, tal como sucedió con lo avalado en Diputados en enero, cuando al otro día se declaró insatisfecho.
Es que es impredecible.
Monreal Avila hizo el anuncio el jueves en conferencia conjunta, antes de la votación, que fue unánime y sin observación alguna, pero proyectaba inseguridad.
Incluso después de la aprobación y de que habían estado presentes en las negociaciones en la oficina de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y en todo momento representantes de Andrés Manuel, como Zoé Robledo, subsecretario de Gobernación; Julio Scherer, consejero jurídico de la Presidencia; Lázaro Cárdenas, coordinador de asesores; y hasta un general del Ejército, no sabía cómo reaccionaría éste.
El zacatecano no dio entrevistas, sino hasta las 3 de la tarde del viernes, cuando ya el tabasqueño se había pronunciado y había dado su bendición.
A ese grado es el poder y control de un presidente que fue elegido por 31.1 millones de mexicanos, la cifra más alta en la historia de México.
Ayer, en la mañanera, reveló la nota: el Ejecutivo tiene la facultad de nombrar al jefe de la Guardia, que comandará a más de 150 mil elementos proyectados, y éste puede ser civil o militar, retirado o en activo.
Y Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad, confirmó lo dicho: la sangre del cuerpo policiaco será de la milicia.
El coordinador morenista, Mario Delgado Carrillo, quien el jueves todavía se atrevió a decir que le podrían hacer cambios, porque prefería la policía militarizada, se cuadró: pasará en automático, en caliente.
La ley establece que un militar, con licencia o en retiro, puede ser del jefe del nuevo cuerpo policiaco o de territorios o de la integración.
En el caso de infracciones no habrá tribunales militares, sino irán a tribunales civiles.
Se elimina el fuero militar en el caso de los militares en la guardia.
Serea una fuerza policial bajo mando de un civil, tendrá reglas, disciplina, educación, adiestramiento y formación homologada a la castrense.
En concreto: es una guardia militarizada y el Ejército se mantiene en las calles todo el sexenio.
México, militarizado.
Gasolinazo
¿Quién explicará las razones por las que la gasolina magna subió casi un peso en 15 días?
Los presidentes emanados del PRI, sus secretarios de Hacienda y todos los implicados en el tema energético, principalmente, y los surgidos del PAN, deberían responder penalmente por el desmantelamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Y todavía se preguntan por qué fueron echados a patadas de Los Pinos.
Como dijo Nelson Vargas: no tienen madre.
Vámonos: La termoeléctrica está caliente, ardiente.
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