Lo que era un secreto a voces se confirmó el miércoles con una revelación, acaso sin querer queriendo, de Cecilia Romero, secretaria general del PAN: las alianzas con el PRD se ordenan desde Los Pinos y el objetivo es que no regrese el PRI a la Presidencia en 2012, en la lógica del aiga sido como aiga sido.
La designación de Eruviel Avila como candidato del PRI al gobierno del Estado de México fue una jugada magistral de Enrique Peña Nieto que mató a la alianza, desestabilizó a PAN y PRD al grado de llevarlos casi a la locura y confirmó que ambos partidos sólo estaban a la caza del de Ecatepec para intentar, a toda costa, ganar la elección del 3 de julio.
Cuando todo el mundo creía que el ungido sería Alfredo del Mazo, por los nexos familiares y de tradición en el mando mexiquense, la llegada de Eruviel y todo su peso político del Oriente mexiquense rompió el sueño aliancista y echó al cesto de la basura el burdo plan, que no proyecto, de ir a la pepena y golpear al tricolor con su misma sangre, pero ¡oh, sorpresa!, se estrellaron con una muralla producto de la estrategia.
¿Mejor imposible?
Eso dijo Gustavo Madero, líder del albigrís, perdón albiazul, después de la consulta ciudadana programada para el domingo en el Estado de México.
Con 700 mil boletas disponibles con la única pregunta “¿Estarías de acuerdo en una alianza entre PAN y PRD que proponga un/a candidata/o con un programa de gobierno común?” y una participación de apenas 260 mil personas -¿eso es un éxito?-, y sin comparar con los 10.5 millones de votantes que hay en la entidad, es evidente que el ejercicio fue un fracaso absoluto.
Entonces, “¿mejor imposible?” ¡Ay, don Gustavo!, mejor imposible, pero para Enrique Peña Nieto, el Estado de México y el PRI, sin duda. Al gobernador le salió todo redondito: evitó la fractura, tiene candidato y su proyecto 2012 se fortaleció.
Y eso precisamente es lo que desestabilizó al PRD y al PAN y llevó a ambos a perfilar, en el caso del diputado del PRD con licencia, Alejandro Encinas, y a lanzar, en el de Luis Felipe Bravo Mena, sus candidatos únicos que, ciertamente, lo dijeron tiempo atrás, disputarían la candidatura del matrimonio antinatura, pero no en esas condiciones.
Pese a que la noche del domingo, minutos después de conocerse los resultados de la consulta, Jesús Zambrano y Gustavo Madero, líderes de PRD y PAN respectivamente, dijeron que la alianza estaba en pie, el lunes Encinas la reventó y, ¡sorpresa!, Marcelo Ebrard se sumó al levantarle la mano y apoyar el dicho del incondicional de Andrés Manuel López Obrador: será candidato de una gran alianza de izquierda con PRD, PT, Convergencia y Morena (aunque éste no sea partido, hasta ahora), y jamás de la coalición PAN-PRD.
Los panistas no sabían si reír o llorar y al día siguiente lanzaron a Bravo Mena, quien tiene más pinta de cura radical y fundamentalista que de político (fue embajador de México en el Vaticano antes de ser traído por Calderón para ser su secretario particular), y eso desató la ira de los dioses de Los Pinos.
Surgió entonces el enredo o la cizaña de la secretaria general del PAN y ex comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), Cecilia Romero, la misma de aquella frase preciosa en torno a la masacre de 72 indocumentados en Tamaulipas: “Es sólo un incidente en mi carrera”, quien al salir de Los Pinoles deslizó a la prensa “que siempre tergiversa” –según los políticos, claro-, una joya: el presidente Calderón instruyó a la cúpula panista a mantener la búsqueda de la alianza con el PRD.
– ¿Qué les dijo el presidente?- preguntaron los reporteros.
– Está de acuerdo en que sigamos en la posición hasta hoy. Dispuesto a la alianza y dispuesto a honrar lo que panistas y perredistas dijeron en la consulta. Eso dijo el presidente.
¡Vaya nota!
Y vino la serie de desmentidos que sólo confirmaron lo dicho: a doña Cecilia se le chispoteó sin querer o queriendo – mal pensados- y reveló la injerencia de Calderón, sospechada desde siempre, en la decisión de aliarse con la parte entreguista del partido que le ha llamado “espurio e ilegítimo” en aras de evitar a toda costa que, primero, los duros del sol azteca mantuvieran el golpeteo advertido durante todo su sexenio y, segundo, que el PRI regrese a la Presidencia.
La elección de 2012 pasa por la del Estado de México y por eso la reacción airada del PAN y Los Pinos, porque no debe olvidarse el discurso de Calderón en el Consejo Nacional del albiazul el sábado 5 de marzo, donde dijo que debería elegirse al mejor candidato, militante o no, porque está en juego el futuro del país:
“Desde ahora pido que nos aboquemos todos a ver en cada puesto de elección popular a quien verdaderamente, militante o no, pueda responder a ser el o la mejor, porque lo que está en juego es nada menos que el futuro del país y no sólo el futuro en el gobierno de Acción nacional”.
¿Verdad que está claro?
La ayuda de Andrés Manuel
Y el mismo día, miércoles, López Obrador lanzó en Ecatepec lo que parecía una auténtica bomba hacia el guar rum panista, al asegurar que Calderón había ofrecido la candidatura del PAN a Encinas.
“Que le daban la candidatura del PAN, ¡imagínense! O sea, ¡cuánta inmoralidad de parte de Calderón y de los panistas! ¿Y qué pasa con sus órganos de dirección y de sus militantes? Se la estaban ofreciendo desde antes de la consulta y tengo las pruebas”, dijo, como siempre, con su acento costeño y retador.
Roberto Gil Zuarth, quien ha sido de todo y hoy funge como secretario particular de Calderón, salió a atajar la indiscreción de Romero y la acusación del tabasqueño. Y no convenció, porque los medios así lo reflejaron el jueves al destacar que Calderón ordenó al PAN las alianzaz y que estaban hechos bolas.
“Responden a algunas de las reflexiones que el partido está haciendo en relación a la decisión de la competencia electoral en el Estado de México. Bajo ninguna circunstancia responden al deseo o instrucción del presidente de la República.
“Y por supuesto, a lo dicho por el señor López Obrador es absolutamente falso que el presidente Calderón haya ofrecido alguna candidatura”, dijo Gil Zuarth.
El líder nacional panista, Gustavo Madero, se sumó a los desmentidos y dijo que lo de doña Cecilia fue una interpretación.
El dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira, y coequiperos aprovecharon el regalito de Romero y exigieron a Calderón mantenerse al margen del proceso y dejar de comportarse como jefe de partido.
Sí, pero no
Y por si fuera poco, el jueves, Alejandro Encinas negó que Calderón le hubiera ofrecido directamente la candidatura y hasta Marcelo Ebrard se metió al asegurar que no tenía conocimiento de algo en ese sentido y que, sinceramente, lo dudaba.
Tuvo que matizar su dicho el tabasqueño, en un acto en Atizapán:
“Felipe Calderón es el principal operador de la alianza y él estuvo de acuerdo en que Alejandro Encinas fuese el candidato del PRD y el PAN y las voy a dar a conocer en su momento las pruebas. Vamos a esperar. Yo no podría hablar si no tuviese las pruebas. Ya las presentaré”, dijo.
López Obrador ayudó, también sin querer queriendo, a que el asunto de la intromisión se fuera a segundo plano, porque Encinas y Ebrard lo desmintieron y porque dijo que “ahí será para la otra” cuando muestre las pruebas. Además, nótese, cambió el discurso y ya no fue el “Calderón le ofreció la candidatura”, sino “Felipe Calderón es el principal operador de la alianza y estuvo de acuerdo”.
El Consejo Estatal perredista previsto para este sábado y donde se evaluarían los resultados de la consulta ciudadana, se canceló hasta el 7 de abril.
El proyecto es meter a Encinas ya directo a la campaña y empujarlo para comenzar a ganar votos, porque Eruviel y el PRI les llevan una gran ventaja. ¡Qué semanita!
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