Desde 2014, al menos 750 niños migrantes o refugiados, provenientes de Siria, han perdido la vida en el Mediterráneo, según estimaciones de la organización Save the Children.
El triste recuerdo de esta tragedia humana se nos viene a la mente con una sola imagen, muy presente en todos: la muerte del niño Aylan Kurdi, el pequeño sirio cuyo cuerpo fue hallado en una playa, en las costas de Turquía.
Por desgracia, esa imagen se replica ahora a orillas del Río Bravo, en el lado mexicano de la frontera. La foto de un padre de familia con su pequeña hija de un año y once meses, abrazada a él, ahogados al intentar cruzar a nado, de Matamoros hacia Brownsville, Texas.
Ambos eran migrantes salvadoreños, él de nombre Óscar Alberto Martínez Ramírez, y su hija Valeria, a días de cumplir dos años.
Cansados de esperar en Matamoros, tras solicitar asilo político a las autoridades de Estados Unidos, la tarde del pasado domingo, Óscar y su esposa Tania decidieron cruzar el río, con su pequeña Valeria.
La familia centroamericana era de las tantas que deambulan por el cruce de Puerta México, en espera de que se autorice su asilo político, por el gobierno de Donald Trump.
“En su intento por atravesar el río Bravo, Óscar y Valeria fueron arrastrados por la corriente; Tania logró salvar la vida gracias a que una persona la alcanzó a rescatar, pero vio cómo su esposo e hija se sumergían a la altura de la calle Matamoros, a unos metros de la Cruz del Migrante.”
Fue en la mañana del lunes que los rescatistas encontraron los cuerpos de padre e hija, a un kilómetro de distancia del Puente Internacional. Ambos, quedaron juntos, sujetados por la playera que vestía Óscar y su pequeña sujeta al cuello de su padre, con su brazo derecho.
Antes de conocerse tan lamentable noticia, en otro punto de la frontera, del lado Tejano, se dio a conocer el hallazgo de una madre y sus 3 niños muertos. Las autoridades deducen que la familia llevaba varios días muertos, antes de que sus cuerpos fueran descubiertos, en el Valle del Río Grande.
“Las cuatro víctimas perecieron a causa del calor, después de vadear el río, dijo un funcionario policial familiarizado con la investigación.”
El flujo actual de migrantes no tiene precedentes, miles de familias han cruzado desde la frontera con Guatemala, atravesando alrededor de dos mil kilómetros de territorio mexicano, hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.
En el mes de mayo se alcanzó el punto más alto de migrantes arribando a la frontera norte, donde fueron detenidos 84 mil adultos y niños que viajaban en grupos familiares. Desde el inicio del año, derivado de la invitación que López Obrador hizo a migrantes, para cruzar el territorio mexicano sin restricciones y ofreciéndoles todas las facilidades durante su traslado hacia el norte, han sido detenidos aproximadamente 500 mil migrantes, en el territorio estadounidense, dejando como resultado el hacinamiento en los centros de detención de aquel país.
Sin duda, está nueva crisis autoprovocada (de otras tantas autoinfligidas), deriva de la enorme irresponsabilidad y diarrea oral de López obrador, que, con ligereza de ideas, abundancia de ocurrencias y desbocado de lengua, desató un éxodo nunca visto de centroamericanos y provenientes de otros continentes, ante el gran ofertón de transito libre, viáticos, refugio, alimentación y transporte, pagados por el gobierno de 4ta.. Claro, a cuenta de los contribuyentes mexicanos que sostienen al país.
Oferta que no duró mucho, ante la reacción amenazante de Trump, que con férrea dureza ha obligado a López Obrador (y a su gobierno) a echar marcha atrás con todas las facilidades ofertadas y, más allá, actuar como patrulla fronteriza de los EE.UU. en territorio mexicano.
El gobierno de Trump ha sido duramente criticado por asumir una postura demasiado estricta con aquellos voluntarios que buscan ayudar a los inmigrantes, dejándoles envases con agua en el desierto y proporcionándoles asistencia médica.
Los inmigrantes que cruzan la frontera y se entregan a las autoridades estadounidenses, están pasando un calvario bajo la custodia del gobierno. En los últimos meses han muerto cinco niños, tras ser detenidos por autoridades de inmigración, y decenas de jóvenes han sufrido condiciones insalubres en una estación de la Patrulla Fronteriza, en El Paso.
Por si fuera poco, ahora los inmigrantes que intentan cruzar la frontera de México hacia Estados Unidos se enfrentan a un nuevo enemigo: la Guardia Nacional de López Obrador. La cual, ahora funge como “La Migra Mexicana” al servicio de Trump.
Esta Guardia Nacional, recién creada para combatir al crimen organizado y trabajar por la seguridad de las familias mexicanas, ha sido convertida inesperadamente en “border patrol mexican military” y teniendo el peor debut posible, al mostrarse con sus elementos desplegados en la frontera, separando a familias de inmigrantes, al impedir su cruce a los Estados Unidos.
Padres, madres y niños tratando cruzar la frontera y quedando separados de sus familias; los que lograron cruzar a EE.UU. deberán ser procesados por la Patrulla Fronteriza, si son detenidos; mientras que los integrantes de la familia, detenidos en México, enfrentarán las leyes de nuestro país y podrían ser deportados a sus países de origen.
El gobierno de 4ta. intensificó las acciones contra los inmigrantes centroamericanos, después del humillante acuerdo alcanzado con la Administración de Donald Trump, luego de las amenazas del mandatario estadounidense de imponer aranceles a productos mexicanos de entre un 5 y un 25%.
Lamentablemente, los más afectados y degradados son nuestros hermanos centroamericanos y los inmigrantes provenientes de otras partes del mundo, en un momento en la historia de la humanidad en que la solidaridad hacia los migrantes está en extinción, por parte de los gobiernos de aquellos países más civilizados y desarrollados.