La ola rosa nuevamente pudo más que los intentos de Andrés Manuel López Obrador, su protegida Claudia Sheinbaum Pardo y sus golpeadores a sueldo, de desprestigiarle.
Al menos cien mil mexicanos acudieron puntuales el domingo al Zócalo capitalino para defender la democracia de los embates del autoritario ocupante de Palacio Nacional, que en cinco años y tres meses ha dinamitado lo que tardó en construirse casi un siglo.
El nivel del líder del grupo que detenta hoy el poder en México es tan mediocre, tan pequeño que intenta a toda costa evitar no sólo el éxito de las movilizaciones y protestas, sino su realización misma.
Como si el Zócalo y la bandera monumental que ondea todos los días en el asta fuesen de su propiedad, ordenó, como ha sucedido en anteriores ocasiones, no izarla para que los malos mexicanos, los conservadores, los neoliberales, los “blancos” -tal como se atreviera a tuitear el parásito Jenaro Villamil Rodríguez, exdirector del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) – y los adversarios del mejor presidente en la historia, pudieran presumirla o hacerla suya durante su mitin en la plancha del Zócalo.
El mensaje de Lorenzo Córdova Vianello, ex presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) y único orador, fue contundente y preciso: la democracia mexicana está en riesgo, en manos de López Obrador y su proyecto de nación… que incluye a Sheinbaum Pardo.
Ataviados de rosa y blanco, con cánticos como “¡Ya se va, ya se va, Morena ya se va!”, ofrecieron defender el voto libre, sin presión, y exigieron al tabasqueño dejar de meterse al proceso e influenciar al electorado con sus ataques diariamente en su conferencia de Palacio Nacional.
HIPÓCRITAS, LES LLAMA SHEINBAUM
Acaso mal aconsejada, mal asesorada, Claudia Sheinbaum Pardo llamó hipócritas a los participantes en la marcha-mitin del sábado.
Tras registrarse como candidata de Morena a la Presidencia ante el INE, dijo que quienes participaron son de una clase distinta al promedio del mexicano.
Sheinbaum Pardo, igual que hizo su patrón hace veinte años cuando la sociedad marchó contra la inseguridad en el entonces Distrito Federal al descalificarles y llamarles “pirrurris”, podría llevarse una sorpresa el 2 de junio próximo en las urnas, por el desprecio que muestra con los mexicanos “que no son morenos” como ellos.
El crecimiento de Xóchitl Gálvez Ruiz, la candidata opositora, es indudable. Sheinbaum ya se siente con la banda tricolor en el pecho y, para eso, aún falta mucho camino por recorrer.
MARCHAN 90 MIL, DICE CDMX
Extrañamente, el gobierno de la Ciudad de México emitió un comunicado en el que asegura que asistieron a la marcha unas 90 mil personas.
¿Qué pretende Martí Batres, jefe del gobierno de la capital del país, si siempre ha descalificado las movilizaciones de sociedad y adversarios?
Basta recordar cómo en una de las marchas anteriores -noviembre de 2022- se atrevió a tuitear que había 12 mil en Reforma y el Monumento a la Revolución.
Y la movilización se replicó en cien ciudades del país y del extranjero. No importa si fueron una o cien mil personas, lo trascendente es que salieron a las calles a manifestar su desacuerdo con este gobierno de cuarta.
LA HIPOCRESÍA DE SHEINBAUM EN EL VATICANO
La hipocresía y falsedad de Claudia Sheinbaum Pardo no tienen límite.
La ex jefa de gobierno de la CDMX ha reconocido públicamente que no es católica, que no es religiosa y que celebra las tradiciones judías porque sus abuelos llegaron durante la Segunda Guerra Mundial a México, procedentes de Lituania.
“Sheinbaum es de origen judío. Mis abuelos paternos migraron a principios del siglo XX, originarios de Lituania, del lado materno, mis abuelos maternos son sefardíes, migraron de Bulgaria, en la Segunda Guerra Mundial”.
“Soy cercana, finalmente, en la casa de mis abuelos, celebrábamos todas las fiestas judías, soy mexicana, prácticamente toda mi educación es de escuela pública, pero estoy muy orgullosa de mi origen”, ha dicho en diversas oportunidades.
¡Ah, pero el oportunismo se le da natural, no le cuesta mucho trabajo!
En cuanto Xóchitl Gálvez, la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por PRI, PAN y PRD, fue recibida por el Papa Francisco, en Roma, Italia, el gobierno mexicano intercedió para que también tuviera audiencia.
Y así, sin ser católica ni creer en esa religión y utilizando la fe de millones de mexicanos, viajó a Italia para entrevistarse con el jefe del Estado Vaticano y utilizar esas imágenes para engañar a sus leales con el cuento del catolicismo.