“México se fundó hace más de 10,000 años, con todo respeto, todavía pastaban los búfalos en lo que hoy es Nueva York, y ya en México había universidades, y había imprentas”…
-Andrés M. López Obrador-
Textual y con todas sus letras, esta es la declaración del presidente de la Transformación de 4ta., dada el pasado domingo en Salamanca, Guanajuato.
El contenido de tal aseveración, más allá de la posible pifia que representa y la cabuleada de twitteros y facebookeros, es la muestra clara del pobre rigor documental, deficiente sustento de la información y la laxitud de declarar las barbaridades que se le antojan, por parte del “primer mandatario de México”.
Y es así, como se demuestra que todos los días en sus mañaneras, así como en sus giras de trabajo y en sus declaraciones públicas, López Obrador nos chorea. Es una realidad que el presidente se ha vuelto experto en capotear toda demanda de información veraz y concreta, para divagar y cantinflear, con información basada sólo en mitos, dichos, creencias, filias y fobias.
No es nada casual que, ante el contraste de la información oficial versus sus dichos, el primer responsable de estar bien informado y documentado, nos salga con su ya consagrada frase “yo tengo otros datos”; que es lo mismo a “me vale madre tu información, yo creo otra cosa”.
Y por no dejar a la deriva el contraste a sus aseveraciones, contra la información rigurosa de investigadores y académicos en historia, tenemos como muestra dos botones o dos de sus famosas declaraciones (hasta hoy), que pusieron en entredicho el pobre nivel cultural de AMLO:
• El pasado mes de marzo, López Obrador exigió disculpas al Rey de España y al Papa Francisco, asegurando que los españoles y los misioneros católicos eran los responsables de las matanzas de indígenas durante la Conquista de México. Fiel a su estilo Maniqueísta -interpretando la historia y su realidad sólo en términos de buenos y malos, sin actores intermedios, ni valoración de circunstancias- esta afirmación es total y absolutamente falsa:
La Conquista de México Tenochtitlán y, posteriormente, de todo el territorio de la futura Nueva España, Centroamérica y hasta las Filipinas, se dio gracias a los indígenas. Así es, todos los pueblos indígenas que se levantaron, se revelaron y se sumaron en contra del dominio del imperio mexica: Totonacas, Tlaxcaltecas, Toltecas y demás pueblos Nahuas.
Cada uno de los señoríos pactaron alianzas con los españoles, gracias a la habilidad política de Hernán Cortés, quien vio la oportunidad de unificar a los pueblos sometidos y tributarios, en contra de su opresor: Moctezuma II y los mexicas. Conviniendo su liberación de la pesada carga tributaria y la obtención de títulos nobiliarios y gran parte de las tierras conquistadas, en nombre del Rey de España.
Los españoles sólo representaban una débil fuerza de combate de tan sólo 900 elementos, contra aproximadamente 200,000 guerreros mexicas (el estado de fuerza representaba 222 guerreros mexicas, por cada soldado español). Sumando las alianzas con los pueblos indígenas, enemigos de los mexicas, la fuerza de combate ascendió a cerca de 60,000 elementos, entre indígenas y españoles (representando un estado de fuerza de 3 guerreros mexicas a 1 combatiente conquistador).
Ya en el parte de guerra, tras la conquista, se puede observar la gran magnitud de la masacre ocurrida, en su gran mayoría de indígenas contra indígenas, así como el grado de odio y saña de los aliados de los españoles, hacia el pueblo mexica y otros pueblos sometidos posteriormente: Se estiman entre 500 a 800 españoles y entre 20,000 a 30,000 indígenas aliados, muertos en combate durante el período de conquista; en contra parte, de los pueblos conquistados, se estiman 8.2 millones de indígenas muertos, sólo durante el período 1519-1523.
Al final de todo el período de conquista (1519-1595), de lo que sería la Nueva España, se estima el exterminio de un total de 23.7 millones de indígenas.
• El pasado domingo 26 de mayo, López Obrador aseguró que México se fundó hace más de 10,000 años y ya había universidades e imprentas. Al igual que la anterior, esta afirmación es total y absolutamente falsa:
Hace 10,000 años, en lo que hoy es México, el continente americano y el resto del mundo, acontecía la transición hacia el período Neolítico, concretamente en el Mesolítico, que es un período de la Prehistoria situado entre el Paleolítico (piedra antigua) y el Neolítico (piedra nueva). Este período fue marcado por el final de la era glacial, con el consiguiente cambio climático y la mejoría de las condiciones la vida para la especie humana, que propiciarían que el hombre tendiera a abandonar poco a poco las cuevas, para vivir al aire libre.
En nuestro actual territorio, debido a los cambios climáticos, los animales de los que se nutren los grupos nómadas de cazadores-recolectores comenzaran a mermar, con la reducción territorial de pastizales, menos agua y desaparición de algunos animales (caballo y antílope), frente al incremento de la población de pequeños animales (como el ciervo o el conejo de cola de ratón). En el centro de México, se dará el inicio de un proceso de recolección intensiva de los grupos nómadas.
Contrario a lo que asegura AMLO, hace 10,000 años estaba muy, pero muy, lejana la fundación de cualquier nación en el mundo; incluso, estaba muy lejos el asentamiento de las culturas más antiguas, en la historia de la humanidad, como Mesopotamia o Egipto (entre el 3100-3000 a.c.); y aún más lejano estaba el establecimiento de las primeras civilizaciones del Período Preclásico, en el Valle de México, como la cultura Tlatilca, la más antigua registrada y asentada en lo que hoy es Naucalpan (entre el 1500-500 a.c.).
Y es así, como López Obrador nos “chorea” con sus clases de historia y sus dotes para reinventar la misma; es así, como la manipula para dividir a los mexicanos, trazando una línea de odio, rencor y revanchismo entre pueblo bueno y los hampones, progresistas y neoliberales, liberales y conservadores, fifís y chairos. Al final, más allá de buenos y malos, la propia historia es la que juzgará y pondrá a cada quién en su justa dimensión.