Los rayos del güero sol cegaron al Tenoch, con la palma de su rockanrolera mano derecha, que a veces parecía mágica, se cubrió parcialmente la frente y el entrecejo para distinguir el horizonte. Por el terreno venía a toda máquina “la chota”, en la mente del Guitarrista Fantasma, centellaron buti imágenes de los encuentros que había tenido con los ‘matutes’, pínches ‘cuicos’, siempre bien pasados de lanza, que por su vestimenta lo paraban cada tiro por viaje, los recuerdos no eran agradables, ¡vale madres!, soltó de su aguardentoso ronco pecho el artista, los ‘portales’ del pasado aparecieron en su menguada mente y cuerpo por la trasnochada peregrinación que había realizado con unos estúpidos que lo habían rescatado de un rufián que le estaba cobrando una deuda, pero ahora ellos igual la cobraban en aquella mañana amenazante… Como cuando salió de su cantón algunos ayeres, sonó el teléfono, era su carnal Tlacálael, “tráeme mi taladro al taller no seas gacho” y ahí iba rumbo al Tenayo, echo en un bolsa la herramienta y camino hacia la parada, ya para cruzar la calle pasaron unos “judas” bien “pasadiscos” y reviraron al Tenoch encuerado de negro y cabeza rapada. Ojalá no regresen esos demonios, pensó para sus adentros, pero ese no era su día, como si los llamara con el pensamiento quemaron llantas y a la de sin susto abrieron las portezuelas, bien felones los hijos de su chepinche madre, dos gorilas los subieron uno llevaba una matona como la de “Harry el Sucio” y otro una escopeta recortada, le dijeron bien culebra-mameyones, que se subiera a lo que respondió: “Gracias que amables, mejor espero mi camión”. Súbete hijo de tu tatatatata encañonándolo, Bueno por la buena pues como no, así hubieran comenzado. Quedo enmedio de los puercos y le dieron otro saludo agáchese hijo de su benemérita-sacro-santa-madre con unos zapes que lo atarugaron y que comienza el interrogatorio cuales entenados del Negro Durazo. ¿Donde tienes lo robado? ¿quiénes son tus cómplices? y panga y panga zopas, cuás, mocos y -el cráneo ya lo tenía reblandecido en unos cuantos segundos-, a lo que atinó a contestar “cuaaal quieeereen que les conteste primero, -se sobrepuso su espíritu-, además no soy rata y los leones piensan que todos son de su condición rezongó.- Ahaaa con que muy sabroso, muy sabroso, estas en nuestras manos hijos de Sid Vicius y no te la vas a acabar… y siguió la receta que ya lo tenía con los cachetes cual si se hubiera puesto una briaga de temporada infernal… perdió el conocimiento mientras le daban su paseo, cuando despertó no sabía cuánto tiempo había estado inconsciente para escuchar decir a una bestia, “es hora de sacar el detector de mentiras”, para la sorpresa del Tenoch, le hicieron poner las palmas de las manos hacia arriba para darle unos mamporrazos con un cabo de un martillo-mazo, “ ¡ahora si me desgraciaron en las manos no me van a desmadrar soy guitarrita, ya no voy a poder tocar”! Pero sus gritos pidiendo clemencia no fueron escuchados y ya al rato el Tenochca en su desesperación gritaba ¡yo soy culpable yo mate a Colosio, Pepe el Toro es inocente!.. para que finalmente los ‘cerdos’ se cansaran, lo soltaran, le quitaran los doscientos ‘varos’ que traía y le regresaran la herramienta del delito que le había solicitado Tlacálael, y antes de que se arrepintieran corriera hasta perderse por el Cerro de la Serpiente hasta por donde lo habían llevado para que cantara y descubriera su vocación. Ese fue un episodio que siempre salía a colación cuando se veía en inminente peligro, aquella ocasión tardó unos meses en recuperarse de la tortura traumo-psicológica en que lo habían postrado y ahora empezaba sudar frío otra vez, ahí llegaban los bandoleros con placa, que para su sorpresa, se le quedaron mirando tranquilamente al igual que a sus acompañantes… ¡No manches sí es el Padrino de padrinos y su compadre! ¿Qué les paso jefecitos, que transita por sus venas, que loquera se traen y que hacen aquí? No pus hora sí que se la pusieron chida-chidaa, dijo un matute bien ñerote que le recordó al Tenoch las películas del Pedrito Infante, el ídolo del pueblo.
¡Qué paso mis chavos? ¡que buen coto que nos encontraron! les respondió el gabachón, quien ya se ponía su inseparable Polo #2 mientras que el narigón de su acompañante, pregunto ¿dónde está el Guitarrista Fantasma? eso acido sí que estuvo salvaje, que viajesote. Acá estoy gruño el Fantomas, quien ya afinaba su inseparable lira. Vamos a los Remedios a curárnoslas esta nochecita estuvo de locos, alguien sugirió acertadamente se jalaron al bosque y se comieron unas ‘quecas’ de huitlacoche, chicharrón y flor de calabaza y unos curados de guayaba, ‘pitomate’ sin dárselos a desear. Ya los esperaban así unos chalanes que llegaron en las Hummers de diario y para luego es tarde se arrancaron al exclusivo Condado de Ratavedra donde pura finísimas personas, el Guitarrista Fantasma no daba crédito, siempre se había querido rozar con los del alto ‘pedorraje’, del jet set y esta era la ocasión que le brindaba el destino. Llegaron a una mansión donde le asignaron una habitación con jacuzzi y una masajista que le hizo olvidar que estaba en el mundo de los muertos, que todo aquello era una ilusión, perpetrada por su mente desquiciada que siempre lo había llevado a los abismos y a meterse en puros problemas, para no sentirse mal con sus anfitriones se discutió como nunca con unas rolas que le salían de su entraña, alma torcida y diáfana, algunos corridos “voy a cantares un corrido muy mentado/ lo que ha ocurrido allá en la Hacienda de la Flor/ la triste historia de un ranchero enamorado/ que fue borracho parrandero y jugador/ Juan se llamaba y lo apodaban Charrasqueado/, y no dejaba libre ni una flor y se robaba a las chamacas más scobiuuu/ un día domingo que estaba bien hasta la madre/ sus cuatachos del alma le corrieron a avisar/ cuídate Juan que por ahí te andan buscando/ son muchos a las que se las deben y te quieren achicalar/ no tuvo tiempo de montar en su caballo/ y aquí termina la historia de aquel ranchero que fue briagoberto y afortunado en el amor… Cuando que para variar que se oyen unos plomazos que pasaron zumbando por la cabezota del Tenoch que se tira la piso pecho tierra, ¡Así no va tola hijo del maíz! Pues a este vato que le pico si es puro coto, le reviro nerviosón el Fantomas, no se enchile mi cuate ¿cual quiere? quiero ‘que se eche como un perro’, ¡qué paso esos agravios a un artista como yo no van! pero para que no diga ahí le va una dedicada con mucho cariño “vete de aquí ya perro lanudo déjame estar solo con mi novia/ si te vas de aquí te doy un hueso/ vete de aquí ya perro chihuahueño déjame estar solo con tu hermana si te vas de aquí te hago mi cuñado guauauauuaa… y que comienza de nuevo la balacera hasta que el gaba-gabachon tumba al perro lanudo de un trancazo “Se termino la fiesta, mi Fantomas y mi compaye nos pasamos a retirar, vámonos riqui, ya cálmate Malhecho ni que fuera para tanto, como dice el Guitarrista Fantasma esto es puro coto, no lo tomes tan a pecho la vida es una miseria para que te la tomes tan en serio.. Y como dice el Alex Lora ¡qué viva el rocanrol! ya gritaba el Tenoch que se trepaba de nuevo al patas de huele con el güero gringo, que le decía al compadre narigón ¡vámonos de fuga al aeropuerto de Atizapunk que la cosa ya está muy caliente… pero esa es otra historia