CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Imágenes y episodios poco conocidos de la llamada Decena Trágica se reúnen en el libro “La imagen cruenta”, que este jueves se presenta en la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con comentarios de sus coordinadores, la historiadora Rebeca Monroy y el antropólogo Samuel Villela.
La publicación, que también será presentada por Josefina MacGregor, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; John Mraz, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; y Ariel Arnal, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, indaga en periodos poco explorados de la época.
En total reúne 14 ensayos de 13 colegas que tomaron como punto de partida pasajes y personajes de la Decena Trágica, a partir del análisis de la imagen como fuente documental.
Su antecedente data de 2013 cuando, en el centenario de la Decena Trágica, se organizó el coloquio que hoy da título a la nueva publicación del INAH, y cuyo objetivo fue “mostrar a un público más amplio esas nuevas formas de historiar, de conjugar la intertextualidad entre la imagen y las letras, las fuentes hemerográficas y gráficas, la literatura y sus contenidos históricos”.
Así, tras hurgar en diversos archivos como el del Sistema Nacional de Fototecas, algunos particulares, en la Biblioteca Manuel Orozco y Berra del INAH, de la Defensa Nacional, de la Secretaría de Hacienda, la Hemeroteca Nacional de la UNAM y la Biblioteca Lerdo de Tejada, casi se ha triplicado la veintena de imágenes que hasta hace poco eran el único referente de los acontecimientos que derivaron del golpe encabezado por Victoriano Huerta.
Por ejemplo, cita el antropólogo Samuel Villela, gracias a estas recientes investigaciones, en una universidad estadounidense se encontró un álbum con alrededor de 40 imágenes de la Decena Trágica tomadas por Manuel Ramos.
Entre las tomas más difundidas de la también llamada Decena Roja están las de Madero ingresando el 9 de febrero a la Plaza de la Constitución, algunas de las batallas en las inmediaciones de la Ciudadela y de los contingentes felicistas.
Entre los fotógrafos que hallaron en las revistas ilustradas y en los diarios un espacio para narrar visualmente esos infaustos días, se encuentran Eduardo Melhado y Samuel Tinoco, quienes laboraban para “Novedades” y “La Semana Ilustrada”, respectivamente.
Abraham Lupercio para “El Imparcial”, Ezequiel Carrasco para “Revista de Revistas”; Manuel Ramos para “El Mundo”, Antonio Garduño para “El Diario” y Gerónimo Hernández para “Nueva Era”, que al ser un periódico maderista fue de los primeros en recibir los bombardeos.
Otros autores importantes fueron Heliodoro J. Gutiérrez, Aurelio Escobar y Sabino Osuna. Todos ellos son recuperados en el libro “La imagen cruenta”, el cual abre con un breve texto a modo de “antesala visual”, escrito por Miguel Ángel Berumen, en el que señala que fotógrafos como Charles B. Waite, Hugo Brehme, Manuel Ramos y otros aún no identificados, tomaron imágenes dentro de las casas bombardeadas, desde “la mirada subjetiva de un hipotético habitante que desde su intimidad deja ver la forma en que ha sido ultrajado”.
Al paso de las páginas, el lector se topará con imágenes de una violencia “pasiva” que habla del desconcierto y la vorágine de los acontecimientos; por ejemplo, en una toma, el fotógrafo Agustín Víctor Casasola y los periodistas Publio Trippiedi y Ernesto Hidalgo aparecen mostrando las ropas ensangrentadas de Madero y Pino Suárez.