Con la reforma educativa aprobada, el gobierno de Enrique Peña Nieto comienza mañana formalmente una nueva batalla: la reforma fiscal, que irá de la mano de la energética.
De regreso tras su viaje a San Petersburgo, Rusia, para la cumbre del G20, el presidente presentará en Los Pinos su proyecto, con el que pretende hacer justicia social para que pague más quien gane más.
El contenido de la iniciativa se ha filtrado, aunque sin contundencia ni confirmación.
Que el Impuesto Sobre la Renta (ISR) aumentará de una tasa máxima de 30 por ciento hasta el 34 por ciento y, dicen, hasta el 38. Que el IVA se aplicará a alimentos y medicinas con una canasta básica exenta y que se gravarán los capitales especulativos en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
El objetivo, ese sí confirmado oficialmente, es simplificar el proceso para pagar los impuestos y, para tal efecto, desaparecerían el IETU y las declaraciones mensuales.
Lo cierto es que, cualquiera que sea, un incremento de impuestos será un duro golpe para quienes ya pagan, porque la informalidad, que navega en la impunidad, y las exenciones representan más de 400 mil millones de pesos, según cálculos oficiales y no.
Los priístas están hechos bolas y divididos en cuanto a ese gravamen.
Hasta César Camacho, líder nacional tricolor, fue ambiguo cuando dijo que no serían gravados, para, al siguiente día, matizarlo y regresar al discurso de la canasta básica y desestimar una reforma IVAcéntrica.
El PRD ha dicho que no pasará, pero, tal como sucedió en la educativa, los votos existen al sumar PRI, PAN y Verde. Es strike cantado gracias al Pacto por México, obra, como es conocido, del sol azteca y Los Chuchos.
Plan B
Peña informó en Rusia, antes de volver a México, que el paquete económico, que llegará igualmente mañana a San Lázaro, tiene un plan alterno o B, por si la reforma hacendaria no es aprobada por los legisladores tal como se plantea.
Como quien dice, por si las moscas.
AMLO se la juega
Andrés Manuel López Obrador se juega su futuro como símbolo y líder de la izquierda contra las reformas energética y fiscal mañana, en el mitin al que convoca en el Zócalo capitalino.
Para el tabasqueño, significa su primer gran evento con miras al registro de su partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en 2014 y su primera oportunidad de enviar una señal al Partido de la Revolución Democrática (PRD) de que él es el mayor activo de la izquierda actualmente.
Si la convocatoria al mitin, al que llaman asamblea, con todo y la nada sorpresiva adhesión condicionada de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no es convincente, López Obrador estará en problemas, porque será un mensaje de pérdida de fortaleza e imagen.
No obstante, si se acerca, cuando menos, al más pobre de sus eventos en el punto más bajo de popularidad que haya vivido, no habrá duda alguna de su vigencia. Y no sólo por su convocatoria, porque para eso son los acarreados y las tortas, sino precisamente por esa capacidad de movilización.
Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del PRD, se adelantó a López en lugar de unírsele y la semana pasada encabezó una marcha para dejar bien claro que no está con él y que difícilmente se les verá juntos defendiendo al petróleo.
Esa es la clave y el punto de quiebre para la fracturada izquierda con la asamblea de mañana.
De ahí la importancia, porque para el PRD de la entreguista pandilla Los Chuchos, obstinada en aplastar a López, acabar con su movimiento para asumir la representatividad de la oposición izquierdosa y quedarse con el partido, representa su confirmación.
López lo sabe y por eso ordenó a su incondicional Martí Batres no dejar cabos sueltos. El agradable Batres se reunió ayer con la CNTE al filo del mediodía para definir estrategia dominical. Se prevé que asistan, con la ayuda de los grupos afines a Marcelo Ebrard y René Bejarano, El Señor de las Ligas, cuando menos cien mil acarreados.
El tabasqueño twiteó el jueves por la noche: “Truene, llueva o relampaguee, el domingo al Zócalo”, luego de que el gobierno capitalino, de su hoy adversario Miguel Angel Mancera, advirtiera que si los cenetistas no retiran su campamento, difícilmente habrá mitin lopezobradorista.
El fuego amigo (Jefe Diego, dixit) contra Mancera está claro.
Un movimiento como el de los maestros, con un promedio de diez mil paristas, significa alimentos, traslados, alquiler de carpas y movilización local, lo que representa, según cálculos del gobierno, unos seis millones de pesos diarios. Y ya son dieciocho días.
¿Quién los paga y por qué?
La candidatura presidencial de la izquierda de 2018, aunque parezca lejos, está en juego.
Ayer, Zambrano dijo que la defensa del petróleo es de la izquierda no de una persona en particular y aseguró que ambas fuerzas convergerán tarde o temprano.
¿Pos no que López es un dictador y absolutista?
Acaban con los cárteles
La Secretaría de Gobernación (Segob) a través de su vocero y subsecretario de Normatividad y Medios, Eduardo Sánchez, acabó con los cárteles del narcotráfico.
No se ría.
Ya sabemos que ni la guerra de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa pudo.
No, la Segob acabó con los cárteles, pero de un plumazo.
En el marco de la estrategia de no pasa nada y di una mentira mil veces hasta que se convierta en verdad, ahora los comunicados oficiales ya no se referirán a los “cárteles del narcotráfico”, sino a los cabecillas de éstos.
“Resultan irrelevantes”, dijo recientemente. Antes, ya habían borrado las palabras ejecutados, guerra al crimen, decapitados, levantados y más.
En Nuevo León, por ejemplo, de Rodrigo Medina, se aplica una nueva estrategia de comunicación en la que borraron Los Zetas, cuerno de chivo, cártel de Sinaloa y más. De hecho, está plasmado en un documento llamado Nuevo Formato de Presentaciones.
Barack Pilatos
Barack Obama, como Poncio Pilatos, se lava las manos.
El mandatario estadunidense prometió al presidente mexicano Enrique Peña Nieto investigar el espionaje en la campaña electoral 2012, pero aseguró no haberlo ordenado y ni siquiera estar informado.
El demócrata estadunidense suele negar las cosas, tal como sucedió con los operativos Fast and furious (Rápido y Furioso), Wide Receiver (Receptor Abierto) y Gunrunner (Tráfico de armas), en los que hasta exoneró a priori a su procurador general, Eric Holder.
“Yo te lo juro que yo no fui”, dijo Obama al estilo Pedro Infante: La posición del gobierno mexicano, aunque de reclamo, ha sido más mesurada que la de Brasil.
La presidenta Dilma Rousseff, también espiada según reveló la televisora O Globo, ha puesto en duda una visita de Estado que realizaría en las próximas semanas y exige respuesta.
Lo cierto es que la Casa Blanca y Los Pinos saben de qué hablan. El primero finge demencia, porque su aparato de espionaje existe desde la época de las 13 colonias (o antes) y el segundo igualmente, porque conoce y permite las operaciones en México de cuerpos de inteligencia estadunidenses, desde que Juan Escutia se arrojó –o resbaló, según historiadores subversivos- envuelto en la bandera en el Castillo de Chapultepec.
“En lo personal, no tengo mayor apuro”, dijo Peña Nieto, pese a haber exigido a Obama una explicación y consecuencias, en caso de comprobarse.
Planta la CNTE a policías
Y mientras, la CNTE dejó plantado el operativo de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina y de las fuerzas federales, luego de que en twitter el jueves se difundiera que marcharían hacia el estadio Azteca.
No fue necesario impedir el juego: el Tri se anuló solo.
Que suba la gasolina -hoy, noveno gasolinazo del año-, no tiene importancia. ¡Esa sí es tragedia nacional!
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