TLALNEPANTLA, Méx. Las lluvias se convirtieron en el talón de Aquiles de los gobiernos municipales y en el terror de familias asentadas cerca de cauces de ríos y canales o en las partes bajas de cerros.
La actual temporada, que aún no termina, dejó en el estado de México miles de personas afectadas por inundaciones, muchas de ellas que perdieron prácticamente todas sus pertenencias, escenario que se repitió en varios municipios de la entidad.
Alejandra Barreto Vega, habitante de la colonia El Mirador, en el pueblo de Santiago Cuautlalpan, Tepotzotlán, escapó el pasado 10 de julio de ser arrastrada por el agua junto con su familia, luego de que llovió torrencialmente en la Sierra de Tepotzotlán y se desbordó el río Hondo.
Relata: “La cabaña donde vivíamos se la llevó como barquito, la arrancó y se la llevó. Fue a topar con un árbol y ahí se tronó”.
Dice que esa tarde todavía no empezaba a llover y un tronido los alertó, por lo que apenas tuvieron tiempo de correr. Ella, su esposo y sus dos hijos se refugiaron en las partes altas de la comunidad, mientras el agua se llevó todo a su paso, incluida su vivienda.
La mujer y su familia escaparon sólo con la ropa que llevaban puesta y permanecieron durante tres días en un albergue del gobierno municipal, de donde salieron para rentar una casa, pues el agua les arrebató todo lo que tenían.
MILES DE AFECTADOS
El escenario de desolación fue similar en varios municipios del estado de México: Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tlalnepantla, Tultitlán,Chicoloapan, Ixtapaluca, Chalco, Tepotzotlán, Cuautitlán Izcalli y Atizapán, entre otros.La noche del pasado 30 de junio se desbordó el río de Los Remedios y las aguas negras inundaron unas 20 mil viviendas de Ecatepec y Nezahualcóyotl, lo que afectó a más de 80 mil habitantes.
En cuestión de minutos el líquido pestilente se salió del cauce, invadió calles y poco a poco entró en las casas; los colonos se apresuraron para salvar muebles, documentos y objetos valiosos, pero en muchos casos fue inútil su esfuerzo y perdieron gran parte de sus pertenencias. Hubo familias que se quedaron sólo con la ropa que llevaban puesta.
Más de una semana duraron los trabajos de limpieza en calles y viviendas de Ecatepec y Nezahualcóyotl. La asistencia a los pobladores fluyó lentamente y familias aseguraron que fueron excluidas de la ayuda.
Grupos de afectados se manifestaron en diversas ocasiones para reclamar auxilio y la entrega de los apoyos económicos ofrecidos por los gobiernos federal y estatal, consistentes en 20 mil pesos en monedero electrónico.
“Nadie se acordó de nosotros. A los tres días de la inundación nos dejaron una despensa y ni botellas de agua nos trajeron”, recuerda Ofelia Trujillo Olguín, habitante de avenida Centenario, colonia Franja Valle de México, localizada junto al río de Los Remedios, por lo que fue la primer comunidad afectada por el desbordamiento.
Menciona que les entregaron mil 180 pesos del programa de Empleo Temporal y 20 mil pesos de los gobiernos federal y estatal, estos últimos a través de un certificado canjeable y monedero electrónico, respectivamente, aunque dicha ayuda no llegó a todos, pues algunas viviendas son ocupadas por hasta cinco familias y sólo una recibió el dinero.
EL CASO VALLE DORADO
La ruptura del Emisor Poniente, registrada el 6 de septiembre del 2008 y que inundó más de dos mil viviendas del fraccionamiento Valle Dorado, en Tlalnepantla, marcó el inicio de una nueva relación damnificados-gobierno en la historia no sólo del estado de México, sino del país.
Antes de este hecho los afectados por las lluvias recibían ayuda para limpiar sus casas, dotación de alimentos de manera temporal, cobijas, cobertores y materiales para limpiar y reconstruir las casas, pero no dinero en efectivo y en vales canjeables.
Valle Dorado es un fraccionamiento de clase media-alta ubicado en Tlalnepantla y es habitado en la actualidad principalmente por adultos mayores. La ruptura del Emisor Poniente inundó más de dos mil casas, en algunas donde el agua alcanzó más de 1.5 metros en el interior.
En el 2000 se desbordó el canal de la Compañía, en Valle de Chalco, y las aguas negras inundaron cientos de viviendas En ese entonces los afectados recibieron ayuda para reconstruir sus casas y los pobladores de la zona más afectada fueron reubicados.
El primer caso en que los gobiernos federal y estatal apoyaron con dinero en efectivo a los afectados por las lluvias fue Valle Dorado, a los que también entregaron televisores y hornos de microondas.
El 4 de febrero del 2010 se desbordó igualmente el río de Los Remedios, lo que afectó colonias de Nezahualcóyotl y Ecatepec, y al día siguiente, la madrugada del 5 de febrero, una ruptura en el bordo del río de La Compañía inundó cientos de viviendas de Valle de Chalco y Chalco. En ambos casos los afectados recibieron ayuda económica.
Posteriormente el apoyo económico ha sido entregado a familias de otras comunidades que han sufrido inundaciones, aunque en los últimos casos a través de vales canjeables o monederos electrónicos, y ya no en cheques, lo que representa cifras millonarias destinadas por los gobiernos federal y estatal a este rubro.
¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE?
El 4 de febrero del 2011 José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) entregó en Tultitlán equipo especializado a personal de la institución y de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) para atender emergencias por lluvias, acto que se realizó exactamente a un año de que se desbordó por primera vez el río de Los Remedios, el 4 de febrero del 2010, y al día siguiente, el 5 de febrero del 2010, también se rompió el río de La Compañía.
Luego Tamargo advirtió entonces que el canal de La Compañía es el principal foco rojo por inundaciones en el valle de México, pues la zona de Chalco se hunde cada año 40 centímetros por la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
“El tema que preocupa a todos nosotros es el efecto del hundimiento, que ha dejado prácticamente inservibles lo que son los desagües superficiales. Todos esos son focos rojos, todo lo que conducimos superficialmente a través de canales, como el Canal de la Compañía, el río de los Remedios, el río San Javier, y muchos otros cauces que todavía están abiertos, representan un riesgo”, mencionó.
Y el tiempo le dio la razón a Luege Tamargo, pues a pesar de que la Conagua invirtió sumas millonarias en obras hidráulicas para desalojar los drenajes, la actual temporada de lluvias registró un alud de inundaciones en la entidad, sobre todo en municipios del valle de México.
El diputado local Juan Hugo de la Rosa, del PRD, afirmó que el gobierno del estado de México invierte sólo 0.39% del presupuesto anual de la entidad en obras de infraestructura hidráulica, por lo que existen rezagos graves en la materia.
Añadió que el Programa de Sustentabilidad Hídrica de la Cuenca del Valle de México, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), establece que la zona exige capacidad de desagüe de 315 metros cúbicos por segundo y actualmente sólo se desalojan cerca de 200 metros cúbicos por segundo, por lo que en caso de continuar las lluvias podría haber graves inundaciones.
El legislador afirmó que el presupuesto del gobierno del estado de México para este año asciende a 148 mil 300 millones de pesos, de los cuales sólo 582 millones de pesos fueron destinados para obras hidráulicas, es decir de drenaje y alcantarillado.
El también prosecretario de la Comisión de Recursos Hidráulicos del gobierno estatal mencionó que la Secretaría del Agua del gobierno estatal recibió dos mil 117 millones de pesos de dicho presupuesto, lo que equivale a 1.4% del mismo, aunque 40% de los recursos son para el pago de gasto corriente o nómina de la dependencia.
De la Rosa García afirmó que la falta de inversión en obras hidráulicas impide corregir de fondo los problemas de inundaciones en la entidad y asumir medidas preventivas en beneficio de la población de las zonas susceptibles de inundación.
CASOS Y MÁS CASOS
El pasado 6 de agosto, en Chicoloapan, unas 100 viviendas de la colonia Santa Rosa resultaron afectadas por el desbordamiento del río Coatepec, luego de la intensa lluvia que se registró en esa localidad.
La fuerte tormenta de la tarde del 10 de julio provocó inundaciones en las colonias Las Palomas, Izcalli Pirámide, Santa Cecilia y San Lucas Patoni, en Tlalnepantla, donde los afectados que estaban al corriente en el pago de impuesto predial y agua potable recibieron 15 mil pesos de ayuda, provenientes de un seguro contratado por el gobierno local.
“No son suficientes, pero sí ayudan”, aseguró Elena Gutiérrez Chávez, habitante de calle Portal del fraccionamiento Santa Cecilia, quien perdió refrigerador, lavadora y sala; “se echó a perder todo”, agregó.
El pasado 8 de julio se desbordaron tres ríos que cruzan Ixtapluca y agua y lodo anegaron unas 300 viviendas del fraccionamiento Santa Bárbara y la unidad habitacional José de la Mora.
Días antes, en Chalco, un alud de lodo afectó 353 viviendas de Santa María Huexoculco. Tuvo que ser necesaria la participación del Ejército y de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) para limpiar las casas.
La madrugada del 27 de junio se desbordó el Dren Xochiaca y se inundaron cientos de viviendas de la colonia El Sol, en Nezahualcóyotl, lo que afectó a cuatro mil 600 personas.
La noche del 30 de junio se desbordó el Canal Cartagena, en Tultitlán, y el agua entró a unas 30 viviendas de la colonia Cueyamil; colonos aseguran que el cauce recibe las aguas provenientes de la Sierra de Guadalupe, lo que lo satura, por lo que temen una inundación de mayores consecuencias si no se corrige la situación.
En abril pasado se rompió el muro de contención del río de La Compañía, con lo que suman tres importantes rupturas en la historia de este canal, lo que inundó viviendas de tres colonias. Los colonos pidieron al gobernador Enrique Peña Nieto que coloque alarmas para que estén prevenidos.
En varias ocasiones la Conagua y la CAEM se han responsabilizado mutuamente de las inundaciones y al final ambas dependencias coinciden que se trató de “lluvias atípicas”.
Hasta el momento el saldo de personas muertas ha sido mínimo, pero los riesgos continúan, por lo que autoridades municipales y colonos rezan y hasta imploran a Tláloc para que las lluvias sean benévolas.