Va a decir usted que ya chole con Cordero, pero el secretario de Hacienda y Crédito Público solito da para hablar de él.
Mire que asegurar que con el salario mínimo de hoy, o sea con 59.82 pesos diarios, se puede comprar más que antes. ¿Usted lo cree? Aunque no gane el minisalario, ¿qué pasa con el poder de compra? ¿Siente usted que el dinero le alcanza para comprar más?
¡Pus no, verdad! Es más, no alcanza ni para un kilo de carne o, acaso, para uno, pero no más.
Primero fue lo de los seis mil pesos que alcanzan hasta para casa chica, luego lo del fin de la pobreza en México y ahora lo del minisalario, que, según él, rinde más.
Parece que el señor Cordero hace honor a su apellido cuando enfrenta a la prensa y va al matadero. Por cada declaración, su equipo y él salen a dar explicaciones.
“Lo que Cordero quiso decir”, aplica a la perfección, tal como sucedía con Vicente Fox, quien debió contratar a Rubén Aguilar como vocero para tratar de componer la sarta de tonterías que soltaba a diario, además, claro, –aunque ese es otro tema-, de contrarrestar las mañaneras conferencias “del señor López”.
El jueves, pretendió componer su resbalón al asegurar: “Nadie ha dicho que con un salario mínimo se pueda vivir bien”.
En el Museo Papalote, Cordero, bien tierno, reiteró su reto-invitación del martes a debatir con Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México y aplaudió la invitación que se hizo solo, Marcelo Ebrard, jefe del gobierno capitalino.
Jugada maestra
Y en ese sentido, cabe preguntar ¿a quién beneficia el debate, desde el punto de vista político?
Veamos la historia: Peña Nieto criticó a Cordero por su dicho en torno a los salarios mínimos, al asegurar que, por el contrario, el poder adquisitivo se ha perdido en la década panista.
“Comparto exactamente la visión contraria, pues uno de los principales desafíos es combatir la pobreza que sigue presente en gran parte del territorio nacional”, dijo en reunión de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Y Cordero, perdido en las preferencias del electorado, según las encuestas, de inmediato se trepó al camión para desafiar al mandatario mexiquense.
¡Ahhhh!, pero Ebrard tampoco perdió tiempo y se subió igualmente al camión sin que lo invitaran, cual cacharpo –ayudante de chofer y cobrador– al salir de la base o terminal. Ambos ya veían, que ni pintado, el escenario 2012 adelantado: Cordero, Ebrard y Peña en un debate que, ciertamente, rompería marcas de audiencia en estos momentos, pero…
No contaban con la astucia de Peña Nieto y coequiperos.
El jueves, inteligentemente, dijo que no, porque las cifras sobre el salario no son un tema para debatir, “sino para que nos ocupemos y nos pongamos a trabajar y logremos darle un mayor impulso al crecimiento de la economía”.
Y remató: “Veo un ánimo desbordado de varios colaboradores del señor presidente de la República, que más están en un proyecto personal que en lo que significa tener la responsabilidad que tiene cada uno ellos conferida”.
Cordero ya había perdido el debate, aún sin que se llevara a cabo, al recular –lo había hecho antes, pero digamos que ahora fue oficial-, en el museo Papalote.
Peña Nieto rechazó el debate, porque ¿tiene sentido darle vida y sus cinco minutos de fama a alguien que, al menos ahora, está a infinita distancia? Me refiero a Cordero, quien pese a ser el preferido de Los Pinos –Calderón-, está lejos.
Y en el caso de Ebrard, quien muy vivo con su “cuando quieran lo debatimos. Es más, yo se los organizo”, la jugada era de sexto grado, como dicen en el pambol: se subía al debate y dejaba fuera a Andrés Manuel López Obrador, su principal obstáculo para ser candidato a la presidencia por el PRD en 2012.
Cordero, aferrado, utilizó el viernes oootra vez Palacio Nacional, con todo lo que significa, como el día de su destape, para invitar a Peña Nieto y “reconocer la disposición del jefe de gobierno” para debatir, sin más interés que el de la economía. Sí, como no.
Y la rebelión en el PAN
Josefina Vázquez Mota, aún coordinadora del PAN en la Cámara de Diputados, ya sacó las uñas, porque sabe que Cordero está todos los días en los medios, y el jueves exigió al gobierno -Calderón-, sacar las manos del proceso interno para elegir al bueno rumbo a 2012.
El jueves, en Córdoba, Veracruz, SuperChepina dijo:
“El gobierno federal tiene que mantenerse al margen, debe ser absolutamente respetuoso, porque es un tema de partido”.
“Le he pedido al presidente de mi partido, Gustavo Madero, que sean reglas claras, reglas equitativas para todos los contendientes, y confío en que Madero cumplirá”, dijo y pidió una elección abierta a la población en general.
Santiago Creel, el perdedor de 2006 ante Calderón y hoy puntero en los sondeos, exigió al PAN adelantar tiempos, pero el partido le contestó el viernes que no, que nel, que le haga como quiera.
Se la aplican a Hank
¿Y qué me dice de la captura de Jorge Hank Rhon, justo un día antes del relanzamiento de la campaña perdida de Luis Felipe Bravo Mena en el Estado de México? Del hijo del profesor Carlos Hank González se han dicho mil historias.
Alejandro Poiré, vocero anticrimen calderonista, intentó defender lo indefendible: que el presidente Felipe Calderón no sabía ni ordenó el operativo y captura de Hank Rhon a cargo del Ejército.
Y el asunto no es menor, porque si Calderón ordenó hacerlo es muy grave, pero, suponiendo sin conceder, que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas no sabía, es aún más grave, porque significaría, entonces, que el Ejército puede hacer lo que quiera. Y eso suena a cuento infantil. Neta.
Que el Ejército haya entrado a la casa del ex alcalde de Tijuana enciende las luces de alerta, porque estaríamos frente a una nueva función que no corresponde a los soldados: la de Policía, la que aprehende.
Y por si fuera poco, no había orden de cateo ni de aprehensión. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Poiré y hasta la Procuraduría General de la República (PGR) dicen que hubo flagrancia.
Y la PGR no pudo configurar delincuencia organizada, pero ¡qué tal!, ahora se saca de la manga que dos de las armas halladas están ligadas a homicidios en Baja California. Parece consigna, sin duda. Que no salga y que no se caiga el caso.
Entre más lejos, mejor
Y Humberto Moreira, después de su “es una cacería de brujas” del sábado, cuando era impensable evadir el tema Hank, hizo mutis. Hsta su conferencia-taquiza de los lunes, esa en la que suele lanzarse con todo y contra todos, fue suspendida. Y es que el tricolor ha mantenido una posición lejana, fría, cuasi indiferente. Esa estrategia, sin duda, le ha funcionado, porque el daño ha sido menor, por no decir inexistente.
El antidoping
Someterse al antidoping y mostrar las chequeras para que los electores constaten que no se han enriquecido, son de los pocos acuerdos del debate entre Eruviel Avila, Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo.
Pus ahora parece que la semana próxima se llevarán a cabo los análisis y la exhibición de cuentas bancarias. Con que no hayan consumido carne o pollo contaminados, como dice la Federación de futbol, porque podrían hallar restos de clembuterol. Jejeje.
La fuerza del movimiento Sicilia
La caravana por la paz de Javier Sicilia ha tomado una fuerza inusitada y el gobierno ha tomado nota de ello. Ya lo había dicho en esta columna cuando se llevó a cabo la marcha desde Cuernavaca, Morelos, hasta el Distrito Federal y que culminó en el Zócalo de la Ciudad de México: Sicilia puede ser el nuevo líder social y político que represente a todos quienes han sido víctimas de la violencia y erigirse, por qué no, en una nueva figura de izquierda.
La emotividad de su marcha, que arrancó nuevamente desde Cuernavaca y culminó anoche en Ciudad Juárez, ha sido impresionante. El lunes, en Zacatecas, cuando un niño que perdió a su padre en esta guerra sin sentido se acercó a él, lo abrazó y estalló en lágrimas, fue desgarrador.
Y el abrazo entre Sicilia y Luz María Dávila, la madre de dos jóvenes que murieron en Salvárcar, Juárez, como si al hacerlo se transmitieran el dolor y, al mismo tiempo, se brindaran consuelo.
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