Terminó la tregua de Semana Santa y comenzó de inmediato la guerra entre partidos. Vaya papelazo de los diputados del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el cierre del periodo ordinario de sesiones de San Lázaro.
El espectáculo comenzó el jueves, con el asalto a la tribuna en San Lázaro de las huestes de Josefina Vázquez Mota.
¿Acaso no eran ellos lo que se daban golpes de pecho cuando el Hooligan del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, desplegó sus mantas con las críticas al presidente Felipe Calderón por su alcoholismo -decía- y por las tomas de tribuna del sol azteca en diversas ocasiones?
¿O ya se les olvidó que, incluso, se apostaron ahí para que, precisamente, Calderón asumiera la Presidencia en 2006?
Dónde queda la congruencia de Alberto Pérez Cuevas, vicecoordinador de los diputados del PAN, quien, muy indignado, gritó el 3 de febrero, cuando Noroña montó sus mantas, “en este momento la bancada de Acción Nacional se retira de este recinto parlamentario en protesta por el agravio al presidente de la República, a los propios diputados y a las instituciones, y sobre todo por el agravio a los ciudadanos que están cansados de ver este circo mediático”.
Y el PRI no podía quedarse atrás. Ayer contestó a mantadas con críticas al gobierno del presidente Calderón por sus 40 millones de pobres, sus tres millones de desempleados y 40 mil ejecutados. Bueno, hasta Fernández Noroña se trepó y recicló su manta.
Reformas, a la congeladora
En tiempos electorales nadie quiere moverse y por eso las reformas política, laboral y de seguridad, así como la elección de tres consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) se fueron a la congeladora.
Al cierre del periodo ordinario de sesiones en San Lázaro y en la Casa Blanca –nueva sede del Senado-, todos los partidos se fueron a casa, como sucede en algunos choques lamineros, cada quien con su golpe, y a rearmarse para volver en septiembre próximo –por supuesto antes la Permanente-, con la espada afiladita. Por hoy, todos esos temas se van al hielo, hielo.
Cuelgan el Renaut ¿y los 71.4 millones de usuarios?
El Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Renaut) murió como nació: en el desconocimiento y en el olvido.
El Senado lo canceló por ineficaz y porque jamás cumplió los objetivos para los que se creó. Las extorsiones telefónicas que continúan, los registros duplicados, la usurpación de personalidad, el registro de chips con datos falsos y su venta en las calles y una incontable serie de irregularidades, llevaron al fracaso lo que en principio pareció una buena idea.
Pero surge una pregunta: ¿a dónde irá a parar ese banco de datos con 71.4 millones de fichas? A una cartera de tiendas comerciales, de bancos o de cualquier clase de negocio que utilice los llamados call centers para acosar a potenciales clientes.
La rebelión de los capitales
La rebelión de los hombres del dinero de Coahuila por el asesinato del ganadero y socio de Leche Lala, Carlos Valdés Berlanga, no es cualquier cosa, porque una revolución de los dineros sería muy grave.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) zona La Laguna es para preocupar. Roberto Rodríguez, presidente del organismo empresarial, advirtió el martes que si la Procuraduría General de Justicia Estatal (Fiscalía le llaman allá) no esclarece el asesinato en 72 horas, las cuales ya se cumplieron, por cierto, pararán labores, dejarán de pagar impuestos e impedirán las campañas y las elecciones para gobernador de julio próximo.
El fiscal, Jesús Torres Charles, rechazó el ultimátum y dijo que sólo están obligados de informar a la familia. Ayer, el gobernador Jorge Torres López también rechazó la advertencia y advirtió, como Charles, que no es con plazos como se resolverá el asunto. Y si no es con plazos, ¿cómo?
El sustituto de Humberto Moreira –pidió licencia para hacerse cargo de la dirigencia nacional del PRI-, dijo que se reunirá con los empresarios en breve para discutir “de qué manera puede resolverse la inseguridad en el estado”.
Y el joven vocero en materia de seguridad nacional, Alejandro Poiré, bien tierno, se limitó a decir que el gobierno federal “hace eco” de las demandas sociales.
“Por supuesto, hacemos eco de la preocupación de la ciudadanía, en particular de los empresarios de la Comarca Lagunera y precisamente por eso continuará el combate al crimen y la depuración de las policías locales”, dijo el miércoles pasado, en una conferencia en la que anunció lo que todo el mundo ya sabe: que el levantón y ejecución de 183 de San Fernando, Tamaulipas fueron por reclutamiento masivo y secuestro por parte de Los Zetas.
“De ninguna manera se trata de ‘dejarlos trabajar para que, entonces, nos dejen vivir en paz’”, dijo con énfasis.
Que asumen el costo político
La conferencia de prensa de Poiré, junto a la incipiente procuradora general de la República, Marisela Morales Ibáñez, coincidió con su post en el blog de Presidencia, en el que expuso un punto clave en esta guerra que no es guerra, pero que tiene al país sumido en una violencia inusitada e inmerso, prácticamente, en un estado de sitio.
“El gobierno federal decidió asumir el costo político de combatir al crimen organizado a sabiendas que los resultados de esta lucha se perciben con mayor claridad conforme se avanza en los proyectos de consolidación institucional. Pero una política de omisión, simulación, o peor aún, de negociación, hubiera sido negligente y criminal; habría postergado por mucho más tiempo las soluciones reales y dejado a la población a merced del crimen”, dice Poiré.
El texto, fechado el 27 abril y en el que informa sobre su participación en la conferencia La lucha de México por la seguridad: estrategia y principales logros en la Universidad de Harvard, llama la atención por el dicho en torno a que el gobierno asumirá el costo político de su guerra.
Y sí, efectivamente, los 40 mil muertos –más menos- que suma hasta ahora el gobierno de Calderón, serán una pesada losa en las elecciones presidenciales de 2012, porque la gente, sin importar lo que diga el gobierno en torno a la ética y bla, bla, bla, lo que quiere es tranquilidad y dejar de ver sangre.
Nadie es dueño de la verdad absoluta y si en setenta años de priísmo hubo un pacto con el crimen organizado, como muchos han insinuado, y estaba bajo control el mercado, pregunto: ¿La gente no quiere vivir como antes?
La declaración de Poiré no deja de ser demagógica pero, paradójicamente, cierta.
Y el rescate de indocumentados que ya suma 171 en las dos últimas semanas llama la atención. ¿Acaso no se habían dado cuenta antes de los levantones? ¿Se imagina cuántas fosas habrá a lo largo y ancho del territorio mexicano? Decenas, sin exagerar.
El cese de Wilfrido Robledo Madrid
A nadie sorprende la salida de Wilfrido Robledo Madrid de la Policía Federal Ministerial (PFM), antes Agencia Federal de Investigación (AFI), porque no es parte del equipo de la procuradora, Marisela Morales Ibáñez.
Marisela ha hecho equipo siempre con Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, y con el brazo derecho de éste, Luis Cárdenas Palomino, jefe Regional de Seguridad de la Policía Federal y estratega antisecuestros, por lo que era un strike cantado a la llegada de ésta.
La versión que circula es que no le quisieron dar mil 200 millones de pesos que requería para su labor, pero la neta del planeta es que no era parte del dream team.
Y para muestra de esa unión, basta señalar que el jueves aparecieron juntos la procuradora y el secretario de Seguridad, algo que no sucedía desde ¡ufff! hace varios años.
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