En Los Pinos, la orden está dada: martillar y martillar con el discurso de que el narcotráfico se metió a las elecciones de Michoacán para apoyar al PRI y que hará lo mismo en las presidenciales de julio de 2012.
¿El objetivo?
Tal como en 2006 con Andrés Manuel López Obrador –se lo dije aquí desde hace dos meses–, inventar un nuevo Peligro para México, hoy encarnado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Asesorado por el español Antonio Solá Reche, naturalizado mexicano fast-track con ayuda de Los Pinoles, especialista en guerra sucia o en enlodar al adversario y evitar que la gente vote por él, no con propuestas sino con base en ataques, rumores y filtraciones, Calderón dirige la orquesta para evitar a toda costa que el verde, blanco y rojo regresen con Enrique Peña Nieto, arriba en todas las encuestas, a la residencia de Parque Lira esquina con Constituyentes.
La pobreza de los precandidatos del Partido Acción Nacional (PAN), que dirige el presidente vía su soldado, Gustavo Madero Muñoz, es infame, ofensiva y absolutamente vergonzosa.
Don Ernesto Cordero –al que, por cierto, ya le limaron los dientes tipo Luismi que un dentista despistado le colocó-, ya no sabe qué hacer para meterse en la pelea, porque Josefina Vázquez Mota, Chepina acá entre nos, y Santiago Creel Miranda, le llevan una ventaja cuasi insalvable.
Todo comenzó con la entrevista del presidente dada al diario The New York Times el 15 de octubre –de hecho se hizo un mes antes, pero se publicó hasta ese día-, cuando dijo que el PRI pensaba pactar con el narcotráfico.
“Pues depende de quiénes. Pero es cosa de examinar las prácticas de cada partido político. Hay mucha gente en el PRI que coincide con la política que yo tengo, por lo menos lo dicen en corto, como decimos, aunque públicamente digan otra cosa. Hay mucha gente en el PRI que piensa que los arreglos de antes funcionarían ahora, ese es el caso del ex gobernador de Nuevo León, de Sócrates Rizzo. Tiene unas declaraciones maravillosas. ‘Que nosotros nos arreglábamos con los criminales y no pasaba nada’. Si eso lo pensaran aplicar hoy el único arreglo posible es dejarles esta casa y la única decisión es si se la dejan al Chapo Guzmán o a Los Zetas.
“Pero yo no veo qué arreglo puedan tener. Pero esa es la mentalidad que campea en muchos de ellos, no digo que en todos. Si prevaleciera esa corriente de opinión, ahí sí me preocuparía”, dijo en torno a la pregunta, sobre si temía el regreso del tricolor a la Presidencia.
El domingo pasado, en el Campo Militar Marte –la milicia, un constante en este sexenio-, en el mensaje por su quinto año de gobierno, Calderón coronó una estrategia iniciada desde las elecciones del 13 de noviembre en Michoacán, cuando su hermana Luisa María Calderón Hinojosa, Cocoa, perdió la gubernatura ante Fausto Vallejo del PRI: acusar al narcotráfico de haber influido en el resultado a favor del tricolor.
“La intervención palmaria y evidente de los delincuentes en procesos electorales es un dato nuevo y preocupante, al que ningún partido político puede permanecer silente u omiso”, deslizó en su discurso ante miles de burócratas y simpatizantes asoleándose en el sitio de los funerales de Estado a los dos secretarios de Gobernación de Calderón muertos en accidentes aéreos en su sexenio: Juan Camilo Mouriño y José Francisco Blake Mora.
“La pasividad de los gobiernos en el pasado terminó ayudando a la expansión de los cárteles en México”, dijo el michoacano.
Y a los dos días, en el homenaje en la sede del Partido Acción Nacional (PAN) a los muertos el 11 de noviembre al caer el helicóptero donde viajaban el secretario de Gobernación, Francisco Blake, el subsecretario, Arturo Zamora, y los funcionarios, Alfredo García, y Diana Hayton, y a su edil de La Piedad, asesinado a días de los comicios, insistió.
En calidad de panista, ordenó a su partido “martillar y martillar todos los días esa verdad para que quede clara y contundentemente marcada en la conciencia nacional”.
O sea, algo así como el dicho: repetirlo y repetirlo hasta que se convierta en verdad, ¿o no?
“No podemos permitir que a quien le interesa decir: eso pasó así nada más, ganen y digan aquí no está pasando nada. Aquí está pasando algo muy grave, señores, es la presencia del crimen en las elecciones”… martilló.
Calderón basa su dicho en el desplegado publicado en el diario local AM, en el que se amenazaba a quienes votaran por el PAN. Además, en el asesinato del munícipe Ricardo Gómez, a quien llamó “un héroe y mártir”. “¿Alguien quiere otra prueba más palpable?”, preguntó.
El presidente parece olvidar que no sólo el PAN ha sufrido el asesinato de un candidato o político: el 28 de junio de 2010 ejecutaron a Rodolfo Torre Cantú, candidato del PRI a gobernador en Tamaulipas.
“Le exijo al PAN que tampoco se quede callado ante algo que ocurre tan gravemente. Y también le digo al resto de los partidos que no se pueden quedar callados”, dijo.
“¿A quién beneficia esto y a quien perjudica? Por lo pronto, ya sabemos a quién perjudica, al PAN, a sus mejores alcaldes y al pueblo de México”, dijo.
Calderón se refiere evidentemente al PRI cuando dice “antes los viejos nos comentaban que amenazaban a la gente que si les quitaban el trabajo”, y lo liga con toda intención al narcotráfico, al asegurar que “hoy amenazan a la gente que si votan por el PAN le quitan la vida”.
Y el jueves, en Nuevo León, en un nuevo mensaje por su quinto año, afirmó que esto no es por su hermana. “La alerta en torno a la intromisión de criminales en las elecciones no es un asunto personal o partidista ni porque una candidata haya sido mi hermana (Luisa María Calderón Hinojosa), Cocoa, o no, no es ni siquiera resultado de la elección.
“El hecho es grave, es malo, y derivó en que 50 candidatos del PRI, PAN y PRD dejaran las elecciones. Les dijeron: o te alineas con nosotros o te desaparecemos”. Y renunciaron.
¡Ahhh!, pero en Ciudad Mier, Tamaulipas, donde inauguró las instalaciones del 105 Batallón de Infantería, reconoció, eso sí, que puede estar equivocado, pero que finalmente es responsable y así será hasta el 30 de noviembre de 2012, último día de su mandato.
Y la pinza comienza a cerrarse: desde la orden del martes, el jueves Alejandro Poiré, ex vocero anticrimen, ex director del Cisen, y hoy secretario de Gobernación, repitió lo mismo que su jefe. Gustavo Madero, líder albiazul, emplazó al priísta Enrique Peña Nieto a definirse en sus críticas, “ya que hace apenas dos semanas elogiaba la labor del presidente Calderón”.
Y Cordero y Vázquez no se quedan atrás. Ernesto, obediente, de inmediato comenzó con los martillazos y no parará hasta que lo unjan como candidato del PAN a la Presidencia o hasta que lo eliminen, y Chepina ya habló de balas y votos.
Calderón dice que hay pruebas, ¿por qué no actúa su gobierno? Y si las hay, entonces a mostrarlas, porque debilita y descalifica su propia guerra al crimen.
El secretario de Marina, Francisco Saynez, dijo el jueves que no hay evidencia de la participación del crimen en las elecciones, aunque cantinfleó: “Sí hay algo de participación no necesariamente en Michoacán, pero sí hay algo de presión en alcaldías”.
Revira el PRI
El PRI, que alabó a una sola voz la lucha de Calderón contra el crimen cuando se conoció la demanda que 23 mil mexicanofirmantes interpusieron en su contra ante la Corte Penal de La Haya, Holanda, por crímenes de lesa humanidad, respondió a los ataques de inmediato.
Enrique Peña Nieto fue el primero, al asegurar que Calderón ha comenzado esta ofensiva para desvirtuar la elección de Michoacán, porque el resultado no fue el esperado.
Es decir, porque perdió el PAN frente al PRI, o lo que es lo mismo: porque fracasó cuando el sistema federal se volcó a favor de Cocoa y cayó ante Vallejo, abanderado del tricolor.
“Que nadie caiga en la descalificación, cuando el resultado no es el esperado para el gobierno o para el partido en el poder”, dijo el ex gobernador del Estado de México el miércoles al concluir un foro organizado por el Instituto Federal Electoral (IFE), en la Ciudad de México.
Y el jueves, al asumir la dirigencia nacional, en lugar de Humberto Kid Moreira, Pedro Joaquín Coldwell, primer gobernador de Quintana Roo, exigió a Calderón dejar de utilizar al narcotráfico como arma para golpear a partidos y candidatos, además de polarizar como en 2006.
“Que ajuste su conducta al mandato de ley”, dijo en la sede nacional priísta, donde recibió el apoyo de Félix González Canto, ex mandatario quintanarroense, y del actual gobernador, Roberto Borge Angulo, además de priístas de antaño, como Jorge de la Vega Domínguez, quien le tomó protesta.
La llegada de Joaquín –apellido- Coldwell significa una alianza implícita de Peña Nieto con Manlio Fabio Beltrones, porque el quintanarroense es cercano al senador, pero también que se armará una estrategia para contestar al calderonismo. De hecho, ya comenzó la respuesta.
Lavado, Gaddafi, ¿y?
Paralelamente, oootra vez el The New York Times metió en apuros al gobierno mexicano, al revelar que agentes de la Drug Enforcement Agency (DEA) lavaron millones de dólares en México “para investigar cómo funciona el sistema y usar esa información contra los cárteles mexicanos en los tribunales”.
¡Qué poca grandma (abuela)!
Primero fue Fast and Furious (Rápido y Furioso), luego Wide Receiver (Receptor abierto), para introducir armas, surtir a los cárteles y seguirlos –según-, y, ahora, lavado de dólares, que bien podría llamarse Washing Bucks (Lavando varo) o, como OVACIONES publicó el jueves en su portada Rechinando de Limpios (comercial ochentero del jabón lavatrastes Ajax, ¿recuerda?).
¿Y el gobierno mexicano? No emitió un solo boletín, no dijo absolutamente nada.
¡Ahhh, pero qué tal la telenovela Gaddafi! Alejandro Poiré, secretario de Gobernación, y Alejandra Sota, vocera federal y anticrimen, ni tardos ni perezosos salieron el miércoles a revelar que Saadi, hijo del extinto dictador libio, Muammar Gaddafi, pretendía llegar a México con familiares y establecerse con identidad falsa en Punta Mita, Nayarit.
Ayer, el abogado de Saadi, dijo que éste negó todo. Que a México no vendría ni de gorra y que es un invento de Estados Unidos. ¿Usted qué cree?
Y en San Lázaro, los faltistas
No satisfechos con las megavacaciones y el megaaguinaldo, los diputados faltan cuando se les antoja a las sesiones en San Lázaro y abusan de que nadie se atreve a descontarles ni un quinto.
El jueves la sesión fue suspendida por la ausencia de los legisladores, que ya piensan más en el pavo, el bacalao, los romeritos y un buen vino tinto, con su jugosa dieta, que en cumplir.
Y ahí, en San Lázaro, el PRD presidirá la mesa directiva y la Junta de Coordinación Política (Jucopo) al mismo tiempo, algo que la ley Orgánica no permite pero que les valió y hasta la reformaron y que deriva de cuando el PRD, en manos de Los Chuchos, cedió todo al PAN.
Guadalupe Acosta Naranjo, Chucho, y Alejandro Encinas, pejista, disputan la mesa directiva.
albermontmex@yahoo.es Twitter: @albermontmex