NAUCALPAN, Méx.- Personas que andaban en sillas de ruedas y hoy pueden caminar, algunas con andaderas, otras con bastón y unas más sin ningún tipo de accesorio; jóvenes que cayeron en el infierno de las drogas y ahora pueden hacer un proyecto de vida gracias a la terapia psicológica; adultos mayores que no tenían un lugar para vivir, este día cuentan con techo, abrigo, alimento y amor; niños que perdieron un hogar, ya tienen nuevos padres, que tuvieron que probar su salud emocional, física y financiera, para integrar una familia.
Estos son algunos casos de éxito del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Naucalpan que encabeza Liliana de Olvera, muchos de ellos pueden parecer milagros, y quizá los son, milagros hechos por personas cuya gran virtud es su buen corazón, los psicólogos, médicos, trabajadores sociales, cocineros, maestros, enfermeras, personal administrativo de esta noble institución que dan a sus usuarios una mejor calidad de vida.
Rocío es una pequeña de cinco años que hasta hace unos días vivía en el albergue Namiqui Pilli del DIF de Naucalpan, y si bien la vida no le dio la fortuna de nacer en un núcleo familiar sólido, hoy le recompensa con unos padres escogidos con lupa, que durante meses tuvieron realizar exámenes psicológicos, médicos y de trabajo social, para asegurar los derechos de la menor y su bienestar.
“En el DIF nos explicaron que lo que ellos protegen, no es nuestro derecho a adoptar, sino los derechos de Rocío, por eso la gran cantidad de evaluaciones que tuvimos que hacer”, nos dice Patricia Sánchez Torres la nueva mamá, en tanto que el papá, Marco Antonio Núñez Gutiérrez asegura que el profesionalismo del personal de la institución no le resta calidez humana.
Mi Nuevo Hogar, es una casa que atiende a 21 adultos mayores, que no tienen familiares y ningún tipo de apoyo, brindándoles hospedaje, alimentación, atención médica, psicológica y de enfermería, además de amor.
Martha Elsa Estrada Nava es una de estas personas. Ella hace un año usaba una silla de ruedas y gracias a la atención que ha recibido en el Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS), hoy puede caminar, como también lo hacen María Isabel Romualdo Domínguez, paciente con lesión en la médula espinal, y María Refugio López Vázquez, con desgaste crónico del cartílago de las rodillas, quienes reciben terapia física.
En el CRIS también se imparten talleres de panadería y de manualidades y corte, para reinsertar laboralmente a personas con algún tipo de discapacidad.
Por su parte, Edwin Michell Pérez Martínez, tiene 23 años, y a los 17 inició la inhalación de PVC, como consecuencia de problemas familiares y ser víctima de bullying, debido a su sobrepeso.
Gracias a que ingresó al Programa de Prevención de Adicciones, ya no es adicto al inhalante, de 120 kilogramos bajó a 80, hace ejercicio, se dedica con su mamá al comercio de comida y está en un proceso para hacer un proyecto de vida, el cual incluye clases para aprender un oficio.
Éstos son sólo algunos de muchos casos que han sido exitosos gracias a la combinación del profesionalismo y calidez que tiene el personal del DIF Naucalpan.