TLALNEPANTLA, Méx. En un verdadero cementerio de obras inconclusas está convertido el valle de México. Puentes vehiculares cuya construcción inició hace años pintan de gris el panorama urbano y afectan el tránsito vehicular, tanto que en algunos casos desquician a los automovilistas, que buscan atajos inútiles para escapar del caos vial.
Supuestas magnas obras a medio construir, con inversiones millonarias, se observan en municipios como Tlalnepantla, Cuautitlán-México y Cuautitlán Izcalli. En algunos casos la edificación de los puentes vehiculares inició hace más de cinco años y continúan los trabajos. Y también está el Viaducto Elevado Bicentenario, que parece una obra interminable.
Dichos puentes, más que unir, dividen comunidades. Es el caso de Cuautitlán-México, con el puente deprimido Guadalupe y los distribuidores viales Fresnos, Fresnos-Río Córdoba y James Watt. Los cuatro puentes son parte de las obras complementarias del Tren Suburbano, pero están sin terminar y mantienen prácticamente incomunicado al municipio.
El alcalde de Tlalnepantla, Arturo Ugalde Meneses, reconoció que el municipio está sitiado por obras inconclusas, como los distribuidores viales Toltecas y Puente de Vigas, aunque aseguró que serán inauguradas este año, por lo que la espera habrá valido la pena y beneficiarán a miles de personas que diariamente transitan por la localidad.
Y es verdad. Los trabajos en varias de las obras reiniciaron hace apenas unos meses, quizá porque en julio del 2011 habrá elecciones para elegir gobernador del Estado de México y muchos de los puentes inconclusos son realizados por el gobierno estatal, en coordinación con autoridades municipales, o con recursos del Fondo Metropolitano.
MONUMENTOS A LA DESIDIA
Hace más de cinco años inició la construcción del puente vehicular Fresnos, que comunica el fraccionamiento Los Morales con la colonia Lázaro Cárdenas, en Cuautitlán-México, uno de cuyos ramales fue puesto en funcionamiento en el 2006, pero la terminación del otro brazo quedó suspendida desde entonces.
El puente Fresnos es una de las primeras obras complementarias del Tren Suburbano y se ubica a unos 500 metros de la estación Cuautitlán. Será indispensable una vez que se construya la segunda etapa del Tren Suburbano hasta Huehuetoca. Tras más de cuatro años de interrupción, hace algunas semanas reiniciaron los trabajos para terminarlo.
Norma Medina Moreno, habitante de Calzada de Guadalupe y propietaria de locales comerciales en dicha vialidad, también en Cuautitlán-México, señaló que desde hace año y medio inició la construcción del puente deprimido Guadalupe, obra que presenta severo atraso.
El alcalde de Cuautitlán-México, Francisco Javier Fernández Clamont, aseguró luego de tomar posesión del cargo, en agosto del 2009, que el puente deprimido Guadalupe estaría terminado en diciembre de ese año.
Fernández Clamont afirmó entonces que dicha obra acabaría con los problemas vehiculares provocados por el paso del tren en esta vialidad, pues el ferrocarril se detiene varias veces al día para efectuar maniobras.
Las autoridades de Cuautitlán-México justifican la construcción de tales magnas obras. Aseguran el municipio tiene 120 mil habitantes y es paso obligado de colonos de Tultepec, Melchor Ocampo, Cuautitlán Izcalli, Teoloyucan, Tepotzotlán, Zumpango, Tonanitla, Nextlalpan y Coyotepec. Estiman que 24 mil vehículos cruzan diariamente el municipio.
Guadalupe Ortega Arroyo, locataria de Calzada de Guadalupe, afirmó que sus ventas se desplomaron por las obras del puente deprimido e incluso hay semanas que pasa sin vender un mueble, lo que mantiene a su negocio al borde de la quiebra.
Agregó que muchos locales han cerrado debido a las bajas ventas, sin que las autoridades municipales agilicen los trabajos y terminen el puente deprimido.
Locatarios y vecinos consideran que se trata de una obra inútil, pues Calzada de Guadalupe tiene cuatro carriles y el puente deprimido tendrá sólo dos carriles –uno por sentido-, lo que estrangulará el tránsito vehicular, en lugar agilizarlo.
“Antes Cuautitlán significaba entre los árboles, ahora significa entre los puentes”, dijo Ortega Arroyo.
Hace casi dos años inició la construcción del distribuidor vial Fresnos-Río Córdoba, también para cruzar las vías del tren, y sólo está casi concluido uno de los dos cuerpos del puente.
En los límites de Cuautitlán-México con Cuautitlán Izcalli se edifica el distribuidor vial James Watt, que también cruzará las vías del ferrocarril y ayudará a destrabar el tránsito en el crucero de la carretera Tlalnepantla-Cuautitlán. La obra empezó hace más de seis meses y causa severos problemas viales, a pesar de que sólo se han realizado pequeños trabajos.
MÁS PUENTES EN TLALNEPANTLA
A principios del 2008 inició la construcción del distribuidor vial Mario Colín-Toltecas, en Tlalnepantla, que también forma parte de las obras complementarias del Tren Suburbano. La obra, con inversión de 37 millones de pesos, ha sido suspendida por meses en varias ocasiones y constituye un verdadero tapón vial en el centro del municipio.
Habitantes y comerciantes de las colonias San Javier y La Romana exigen a los gobiernos municipal, estatal y federal que terminen el puente, pues las obras afectan las ventas de los negocios.
“Al principio las afectaciones eran terribles. No podíamos salir de la casa y el ruido era constante. En las madrugadas llegaban camiones para dejar materiales o maquinaria de construcción”, relató Jonathan López, habitante de Tlalnepantla.
Los colonos confían en que una vez en operación el puente terminen las molestias y la circulación vehicular se agilice, tras dos años de espera.
Con 300 millones de pesos del Fondo Metropolitano se construye desde el 2009 el distribuidor vial Puente de Vigas, en los límites de Tlalnepantla y Azcapotzalco, Distrito Federal. La obra avanza lentamente y genera gigantesco caos vial. Los automovilistas tardan media hora o más para cruzar un tramo de 500 metros.
Vecinos y comerciantes del lugar afirman que las molestias son interminables, pues no existen pasos peatonales, sitios para estacionar sus vehículos y los trabajos avanzan muy lentamente.
“El recorrido de la vía Gustavo Baz a Las Armas se hacía en cinco minutos. Ahora tardamos hasta 45 minutos y si bien nos va. Creo que es una obra mal planeada, que deben terminar lo más pronto posible”, mencionó un automovilista procedente de Cuautitlán Izcalli.
En los límites de Ecatepec, Tlalnepantla y la delegación Gustavo A. Madero se edifica el distribuidor vial Centenario. La obra inició en agosto del 2007, con inversión de 140 millones de pesos del Fondo Metropolitano, y aún no concluye.
La construcción del Metrobús, en Calzada Vallejo, en el Distrito Federal, también ocasiona problemas a los habitantes de Tlalnepantla. En las mañanas se congestiona el tránsito de la avenida Mario Colín hacia el Distrito Federal y por las tardes ingresar al estado de México es un martirio.
OTRAS OBRAS INTERMINABLES
En el 2009 fue inaugurada la primera etapa de la autopista urbana Naucalpan-Ecatepec, que ya está en operación en el tramo de Naucalpan a Calzada Vallejo, con seis kilómetros, vialidad que es de cuota.
El recorrido total de la autopista Naucalpan-Ecatepec será de 24 kilómetros, pero recientemente José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), afirmó que no autorizará que continúe el embovedamiento del río de Los Remedios para que encima esté la vialidad. Pidió a los empresarios buscar otras alternativas, como el que la autopista se construya a un lado del río.
También está en construcción la conexión del Circuito Exterior Mexiquense con la autopista Chamapa-Lechería. Esta vialidad corre de Cuautitlán Izcalli, donde termina la Chamapa-Lehcería, hasta Tultepec.
Vecinos y autoridades de Tultepec bloquearon los trabajos de construcción del Circuito Exterior Mexiquense en el municipio, quienes exigieron la edificación de obras requeridas por la comunidad, como pasos, para no quedar incomunicados, ya que la vialidad dividirá en dos al municipio, además de que pidieron el pago de daños provocados en viviendas por las obras.
En Cuautitlán-México también inició la construcción de la vialidad Cola de Caballo, que supuestamente iniciará en Santa Elena, cruzará Tultitlán y llegará hasta Tlalnepantla, en la zona de Santa Cecilia.
El gobierno estatal colocó durante meses un enorme espectacular en la unidad Santa Elena, en Cuautitlán-México, anunciando el inicio de la vialidad Cola de Caballo. Sin embargo, sólo pavimentó dos tramos de unos 500 metros de longitud. Ahí empieza esta vialidad.
En Cuautitlán Izcalli el gobierno del estado de México construye el puente vehicular Primero de Mayo-Avenida Teotihuacan, en el centro del municipio.
En las próximas semanas se prevé que el gobernador Enrique Peña Nieto inaugure otro tramo del Viaducto Elevado Bicentenario, por lo menos hasta Valle Dorado, en Tlalnepantla.
Esta carretera de cuota, concesionada a la empresa española OHL, es la que más molestias ocasiona a los habitantes del valle de México. La vialidad es cerrada por las noches para agilizar los trabajos, pero los retrasos en su apertura convierten al Periférico Norte en un gigantesco estacionamiento.
INVERSIONES MILLONARIAS
Miles de millones de pesos de recursos municipales, estatales y federales son invertidos para la construcción de tales obras. Consorcios nacionales y extranjeros son los encargados de ejecutarlas.
Analistas políticos consideran que magnates como Carlos Slim, Juan Armando Hinojosa, Jorge Hank Rhon y los hermanos Vázquez Raña, entre otros, son los beneficiados con las licitaciones públicas para realizar dichas obras o con los Proyectos de Prestación de Servicios (PPS).
El 29 de julio del 2007 el Congreso del estado de México aprobó cinco obras del PPS, entre ellas el distribuidor vial James Watt, que se construye en los limites de Cuautitlán Izcalli y Cuautitlán-México, obra que empezó este año a cargo del Consorcio Prodemex-Promotora y Desarrolladora Mexicana, propiedad de la familia Vázquez Raña.
El costo de la obra es de 828.3 millones de pesos que incluyen la construcción, servicio, mantenimiento y conservación del distribuidor vial durante los próximos 25 años, por lo que el gobierno estatal liquidará 34.4 millones de pesos cada año por la obra.
Tal deuda parece exagerada para un distribuidor vial, que en este caso cruzará el Emisor Poniente, las vías del ferrocarril y la carretera Tlalnepantla-Cuautitlán, en un tramo de unos 500 metros de longitud.
La empresa española OHL, de José Andrés de Oteiza, ganó en 2008 la licitación para construir y operar el Viaducto Elevado Bicentenario, que es de cuota y la concesión se otorgó para los próximos 30 años.