TOLUCA, Méx.- Luego de un año de intentar formar una familia, Rosa María Peregrine y Marco Antonio Hubsch cumplieron su más grande sueño y hoy tienen en sus brazos a Abby, la primer bebé nacida por tratamiento in vitro en la Clínica de Fertilidad Clínica de Fertilidad, impulsada por el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas para beneficio de las familias mexiquenses.
Esta pareja de tres años de casados fue candidata al tratamiento luego que ella tuviera obstruidas las trompas de Falopio, por lo que especialistas optaron por realizar la fecundación fuera del útero para posteriormente implantarlo.
“Los seres humanos soñamos con cargar a nuestro bebé, verlo crecer, disfrutarlo; sin embargo, las parejas que no pueden tener bebés pasan por sentimientos de frustración, de culpa, se sienten incompletos. Nuestro estado es un lugar donde se puede disfrutar el milagro de la vida, hoy se forma una nueva familia, ya que nuestra clínica permitió realizar el sueño de estos padres”, expresó el secretario de Salud, César Gómez Monge.
Refirió que en la entidad, el 14 por ciento del total de la población en edad fértil tiene problemas para concebir, que pueden ser desde causas como el sobre peso hasta problemas como una baja calidad de los espermatozoides, endometriosis, estrés, ansiedad, entre otros.
Por su parte, el director de la Clínica, Carlos Fernández Mejía, resaltó que ya han logrado 153 embarazos con otros tratamientos como el coito programado y la inseminación artificial y han realizado 49 tratamientos de fertilización in vitro. Agregó que actualmente hay 93 pacientes en espera de este tratamiento.
“En promedio, el tiempo de concepción va de cuatro a seis meses, pues sólo en el diagnóstico se necesitan dos o tres, ya que los protocolos de estudios se programan de acuerdo al ciclo menstrual. Además muchas veces tenemos problemas de sobre peso y este factor también tarda en corregirse”, indicó.
En tanto, Rosa María Peregrina comentó que Abby nació el pasado sábado 13 de agosto, en el Hospital Materno Perinatal “Mónica Pretelini”, con un peso de 2 kilogramos 600 gramos y una talla de 47 centímetros.
“Es una felicidad inexplicable. Pensamos que ya no íbamos a poder tener hijos porque yo tuve una pérdida anterior y al saber que la bebé ya estaba en mi pancita fue algo extraordinario. Cuando nació y la conocimos mi esposo y yo lloramos de la felicidad”, concluyó.