Se acabaron las sonrisas y la tranquilidad en casa, pero no la esperanza de encontrarlos. Por eso los buscan día a día, con ayuda o sin ella, solas o en grupo. Recorren calles, centros de justicia, ciudades, tocan puertas, preguntan. Siempre con una fotografía en las manos.
En el estado de México la cifra histórica de personas desaparecidas asciende a más de dos mil.
“No hay cosas fáciles en materia de justicia”, argumenta el procurador Miguel Ángel Contreras Nieto.
Asegura que el programa Odisea de la Procuraduría mexiquense diseña estrategias de búsqueda y localización, como la identificación de cadáveres que están en el Servicio Médico Forense o fueron sepultados en fosas comunes.
Nancy Raquel Núñez Rosete, que busca a su hijo Elvis Axel Torres Rosete, desaparecido el 29 de diciembre del 2010 cuando tenía 17 años de edad, relata que recientemente 12 personas desaparecidas fueron localizadas, nueve de ellas sin vida.
Caminatas, marchas, plantones, galerías fotográficas, reuniones con funcionarios, huelgas de hambre y uso de redes sociales para difundir cada caso son algunas de las estrategias a las que recurren familiares de desaparecidos, sobre todo madres.
“Lo único que queremos es a nuestros desaparecidos”, afirma la mujer.
En abril pasado la Procuraduría de Justicia del estado de México activó por primera vez la Alerta Ámber en la entidad, por el caso de la niña Valeria, de cuatro años de edad, desaparecida el 1 de abril en Texcoco y encontrada 12 días después en El Salvador.
En la actualidad suman más de 15 casos en los que se activó la Alerta Ámber. En la mayoría se logró la recuperación de los menores y sólo en uno fue encontrado muerto. Se trata de Carlos Eduardo Martínez González, de 15 años, quien durante seis meses estuvo desaparecido y su cuerpo estaba en la morgue de Tenancingo, aunque por deficiencias en la investigación no fue identificado.
“Fuimos a Semefos, buscamos y pues no hubo, porque en el momento no nos permitieron tanto acceso. Entonces depende también del apoyo que nos han dado la Secretaría de Gobernación, la Procuraduría General de la República o la Procuraduría de Justicia del estado de México”, menciona Núñez Rosete.
Añade: “Algunas hemos tenido apoyo para que nos permitan ver foto por foto, tomo por tomo y es cuando lamentablemente se han encontrado ahí a las personas, que desde un inicio ahí estaban pero por la mala actitud con la que nos reciben y la atención que nos dan no nos habíamos dado cuenta que ahí había familiares que ya habíamos estado buscando”.
Contreras Nieto asegura que la Procuraduría mexiquense y el Sistema Estatal de Informática (SEI) integran una base de datos con características de los cuerpos sin identificar que están en Semefos y fosas comunes, para determinar si alguno corresponde a personas desaparecidas.
Después de una huelga de hambre de madres de personas desaparecidas, realizada en mayo pasado, el gobierno federal creó la Unidad Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas. Los familiares aseguran que aún no funciona del todo.