Claudia Sheibaum Pardo está jugando con fuego.
Su respuesta a Donald Trump, después de que éste acusara al gobierno de México de tener “una alianza intolerable con las organizaciones mexicanas de narcotráfico” sería válida y creíble si su gobierno y su partido hubieran cumplido con su obligación de combatir al narcotráfico, al crimen organizado y de no fomentar la migración hacia Estados Unidos.
La ex jefa de gobierno de la CDMX se indigna, acusa difamación y asume una posición patriotera al responder con aranceles -que definirá hoy- al 25 por ciento impuesto a todos los productos mexicanos que entren a Estados Unidos.
Lo que no reconoce ni reconocerá Sheinbaum Pardo es que Andrés Manuel López Obrador, su promotor, dejó crecer como nunca al narcotráfico y al crimen con su política de “abrazos, no balazos” y sus discursos ridículos de “los voy a acusar con su mamá” y “los delincuentes también son seres humanos”.
Lo que tampoco acepta es que con el cuento de “nosotros somos distintos” y “no son los tiempos de cuando el presidente quitaba y ponía gobernadores”, se arropó, por ejemplo, a Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, acusado de tener nexos con el narcotráfico y exhibido por Ismael El Mayo Zambada, capo del cártel de Sinaloa, como un mentiroso y, cuando menos, cercano a los malandros por aquella reunión a la que fueron convocados y en la que fue asesinado el ex rector de la UAS, Héctor Melesio Cuén, y él secuestrado para ser entregado a Estados Unidos.
¿Y si no tienen nexos con el narcotráfico, por qué se tolera a un gobernador que ha mentido y quien ha dicho que en Sinaloa nada se puede hacer sin el apoyo del narcotráfico?
Y olvida -o quiere olvidar- cómo López Obrador se reunió con la madre de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, en Badiraguato.
-Te saludo, no te bajes; ya recibí tu carta, dijo López Obrador a Consuelo Loera.
Después se sabría que la señora -hoy muerta- solicitó a Andrés Manuel ayudar a su hijo, Joaquín Guzmán Loera, preso en Nueva Yok.
El narcotráfico hizo y deshizo a su antojo durante seis años y hoy, cinco meses después de iniciado el actual gobierno, el panorama nomás no cambia.
La Casa Blanca utilizó un recorte de una nota de la agencia AP en el que se lee la sentencia de38 años a Genaro García Luna, secretario de Seguridad de Felipe Calderón Hinojosa.
¿Y qué cree?
Sí, los seguidores fanáticos de López Obrador siguieron culpando a Calderón y a García Luna de todo lo que vive México actualmente.
Por supuesto que tienen responsabilidad del presente que vive México, pero es indudable que los gobiernos de López Obrador y Sheinbaum Pardo también son culpables y acaso peor porque dijeron que iban a terminar con el narcotráfico.
Pete Hegseth, secretario de Defensa de Estados Unidos, no descara una intervención en suelo mexicano contra los cárteles.
Nadie, como aseguran los fanáticos, puede estar de acuerdo con las locuras de Trump ni con sus amenazas a México, pero lo cierto es que Sheinbaum Pardo y los zalameros militantes de Morena deberían primero reconocer que han permitido actuar libremente al crimen y luego asumirse víctimas.
Sheinbaum Pardo todavía el jueves aseguraba que su gobierno no creía que se aplicara el arancel anunciado, pero, ¡oh sorpresa!, Trump no se tentó el corazón.
Y no es un juego.
La economía mexicana está en riesgo, más allá de la afectración a los consumidores de Estados Unidos, porque todo allá incrementará su precio 25 por ciento.
fijara un arancel extra de 25 por ciento a todos los productos mexicanos por no combatir el tráfico de fentanilo.
Alejandro Moreno Cárdenas, líder del PRI, aseguró en X: “Desde hace tiempo hemos señalado que Morena es un narcopartido, y ahora los funcionarios norteamericanos lo confirman. Las sanciones no son contra México, sino contra los gobiernos de Morena y sus socios criminales. Debemos defender a los mexicanos de bien, no a los cárteles ni a sus cómplices en el gobierno”.
¡Y qué decir de la migración ilegal!
López Obrador invitaba a los migrantes a venir a México y hasta empleo les ofrecía. Cuando Trump ganó la presidencia por primera vez sometió al tabasqueño con la misma amenaza de aranceles si no se controlaba la migración.
Pero eso tampoco lo dice Sheinbaum, cuando asegura que la movilización de centroamericanos -antes- y hoy de todas las regiones del mundo, no es culpa de México.
Y sí, las condiciones políticas y económicas son las causas, pero también el discurso que manejaba López.
Hoy habrá una llamada telefónica entre Trump y Sheinbaum y se conocerán más detalles del caso.
Consumado el atraco al Infonavit
Mientras los mexicanos se distraían el sábado con los arancele, la Cámara de Diputados se atascaba con la reforma al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) para que el gobierno, aunque lo niegue Claudia Sheinbaum Pardo, se apodere de 2.4 billones -sí, millones de millones- de pesos de los ahorros de los trabajadores.
¿El argumento?
Como siempre, como ha sido desde que México tuvo la desgracia de que Morena llegara a la Presidencia: la corrupción.
La iniciativa ordena la formación de una nueva empresa constructora que se dedique fundamentalmente a la vivienda -una 500 mil- de bajo costo que permita a los trabajadores adquirir una casa propia.
Hasta ahí todo suena muy bien, pero ¿de dónde saldrá el dinero para la construcción?
¡Adivinó!
De los recursos de todos los trabajadores, en activo o no.
Se robarán el equivalente a dos veces el Fobaproa.
El farsante y corrupto líder Pedro Haces, que gusta de los toros y es criador, se atreve a acusar que el PRI robó más.
Vámonos: Avanza la farsa de la elección judicial.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex