Andrés Manuel López Obrador no tiene vergüenza, es un cínico
No sólo se ha acabado al país, sino que hace lo que quiere, lo que se le antoja.
Cree que es suyo.
No hay medicamentos en el sistema de salud, no hay tratamientos contra el cáncer, no hubo vacunas contra Covid cuando se necesitaron.
No había ni insumos para el personal médico, no hay plazas para los mexicanos pero sí para los cubanos y no hay fondos para dar becas a estudiantes de especialización, pero sí para regalar 110 dólares mensuales -mil 700 pesos- a los venezolanos.
¡Tantita madre!, como dicen en el barrio.
Como dice el pueblo bueno, ese que cacarea el de Macuspana.
La canciller Alicia Bárcena informó ayer en el bodrio llamado mañanera que se firmó un acuerdo con Venezuela, con el dictador -ella le llamó presidente- Nicolás Maduro llamado Vuelta a la Patria, que prevé el envío de regreso de los ciudadanos de esa nación sudamericana, además de un apoyo de 110 dólares durante seis meses.
¿Qué tal?
Como si México fuese una potencia para regalar lo que no tiene.
Dice el gobierno que le sale más barato que estarlos manteniendo en suelo mexicano.
En este país lo que sobra son carencias, pobreza, muertos de hambre, a los que no les llega nada de los 875 mil millones de pesos que se destinan cada año a los programas sociales, como becas a niños y jóvenes y pensiones a adultos mayores.
Andrés Manuel se muestra como un hombre de gran corazón, de buenos sentimientos, pero es un hipócrita, un falsario, un demente que llegó al poder para dejar salir todas sus frustraciones y sus complejos.
Sus alianzas con los dictadores de América Latina han acabado con la política de no injerencia en el extranjero que por décadas mantuvo a México en los primeros lugares de pacificadores a nivel mundial.
La secretaria de Relaciones Exteriores informó que México le da a venezolanos que son deportados a su país 110 dólares durante un semestre además de que se pretende incorporarlos a un “programa de bienestar”.
Y asegura que, por órdenes de Andrés Manuel, se les ha otorgado una credencial para que se incorporen a un programa similar en ese país, que bien podría ser Jóvenes construyendo el Futuro o Sembrando Vida.
Se ha hablado con empresas mexicanas que están instaladas allá y una empresa venezolana -PDVSA- que asesorará a los connacionales que quieran invertir y ayudar.
“Lo que estamos haciendo son pactos con las empresas venezolanas y mexicanas para que los reciban, les den empleo, y entonces hay un estímulo para que regresen”, justificó.
Vámonos:
Ese Nicolás Maduro, que en alguna ocasión criticó a Enrique Peña, hoy lo hace con Andrés Manuel y, eso, que le ayuda.