Como con la Covid-19, con la venta de Banamex no pasa nada.
Es normal.
Cualquiera puede invertir donde mejor le convenga.
Ese es el discurso del gobierno de Andrés Manuel López Obrador vía el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, en su lugar en las conferencias matutinas por el contagio de Covid que sufre.
Suponiendo que el argumento de Citigroup para deshacerse de la broza -clientes menores, y no tanto-, sucursales, Afores, inmuebles y hasta el acervo de que en diversos países ha hecho lo mismo, de cualquier forma el movimiento sacude al sistema bancario y financiero mexicano.
Y es, cuando menos, para ocuparse y, ¿por qué no?, preocuparse.
La certidumbre es clave en cualquier negocio, pero si se trata de uno que administra el dinero de los ciudadanos, mucho más.
Acaso se mantengan las mismas condiciones de operación, de trato y atención a los clientes con el o los nuevos dueños y dueñas , pero nada lo garantiza.
Sí ya sé que sólo un demente modificaría en general las condiciones de una empresa o hasta el nombre, la marca, al comprarla, pero ya ha sucedido y las experiencias son funestas.
Es el caso, por ejemplo, de Banorte, del extinto Roberto González Barrera, dueño de Gruma, que compró Banco IXE en 2014 y acabó con él.
De ser un banco que hasta llevaba a domicilio divisas o retiros en efectivo en pesos, que tenía oficinas para sus clientes preferenciales y que daba a todos sus afiliados la importancia que merecen, hoy, presidido por Carlos Hank González, está convertido en un banco más, pese a que es el segundo más grande en México.
De IXE no quedó más que el recuerdo.
Eso es lo que podría suceder con Banamex, que ha puesto a la venta hasta su acervo, los edificios construidos hace casi dos siglos y que se olvidara de la labor social que hacía.
La decisión de Citigroup de vender Banamex puede ser consistente con su estrategia global, pero no puede negarse que también es derivada de la incertidumbre que produce el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de la constante pérdida de clientes, que migran con sus capitales a otros bancos.
Hace dos días se conoció que México sufrió la salida de capitales por 12 mil 630 millones de dólares en 2021.
¿Los más de 36 mil empleados que tiene en todo el país deben preocuparse?
Sí.
Porque siempre que hay nuevos dueños en una empresa hay cambios, ajustes y recorte de gastos, lo que significa despido de personal.
Aunque Adán Augusto López diga lo mismo que su hermano y paisano, Andrés Manuel López:
-La venta de Banamex no es mala señal de la economía. Es una estrategia de los dueños.
Sí, estoy convencido.
Vámonos: La diputada Patricia Armendáriz, de Morena, propone crear una comisión que solucione el desabasto de medicamentos.
La Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF) está puesta para participar, como lo ha dicho y reiteró la semana pasada.
-La industria Farmacéutica Nacional es parte de eso y nos sumamos, dice.
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