Justo un día después de anunciarse que Mexicana, la aerolínea capricho de Andrés Manuel López Obrador suspendía ocho rutas y sus vuelos programados, Claudia Sheinbaum Pardo presentaba otra ocurrencia: la fabricación de autos eléctricos para que el pueblo bueno no tenga que moverse en transporte público.
Olinia, que en náhuatl significa movimiento, fue presentada como la primera armadora mexicana de minivehículos eléctricos que para finales del sexenio, 2030, espera fabricar tres modelos con precios que van de 90 mil a 150 mil pesos.
“Ya le llamamos armadora Olinia, porque el objetivo no es un vehículo, sino varios vehículos que puedan utilizar las plataformas que se van a desarrollar”, dijo Sheinbaum Pardo en su aburrida y copiada conferencia matutina de Palacio Nacional.
Utilizando el mismo libreto, la misma estrategia y hasta las mismas palabras y gestos del resentido sujeto que se fue a La Chingada -su rancho en Chiapas-, la ex jefa de gobierno de la CDMX se quejó de una campaña en su contra y presumió unan encuesta de El Financiero que le da mil por ciento de popularidad.
Lo que no mencionó la ex integrante del Comsejo Estudiantil Universitario (CEU) en sus tiempos universitarios, es que ese diario está prácticamente quebrado y que busca un poco de oxígeno con inyección de recursos frescos de la propaganda oficial.
Roberto Capuano, encargado del proyecto y quien ha estado a cargo de temas como el Metrobús y la crisis hídrica en la capital del país por la grave sequía, informó que la armadora operará con capital público y privado y producirá un miniauto de movilidad personal, otro de “movilidad de barrio”, para distancias cortas, y uno para carga de última milla, informó Roberto Capuano, encargado del proyecto.
El precio irá de 90 a 150 mil pesos, de acuerdo con el modelo y capacidad de éste, porque se trata de vehículos de bajo costo y perfil.
No dio detalles, pero prometió que el primer vehículo será estrenado en el Mundial de futbol de 2026, cuando se inaugure en el estadio Azteca el serial que organizarán México, Canadá y Estados Unidos.
Los autos eléctricos que se venden en México actualmente son en su mayoría de origen chino y, hasta ahora, los modelos Renault Twizy, que cuesta 343 mil pesos; el Renault Kwid, de 357 mil; el JAC E10, de 357 mil, y el Dolphin de BYD, que se consigue con 358 mil, son los más accesibles en el mercado.
Un vehículo de 90 mil pesos genera más dudas que certezas, principalmente por su calidad y autonomía de carga, aunque, ciertamente, Capuano informó que será para distancias cortas, porque el 80 por ciento de los mexicanos recorre distancias promedio de 30 kilómetros diarios para trasladarse a su trabajo.
Suena muy bonito pero, sinceramente, parece más una ocurrencia que un proyecto bien estructurado.
¡Ah, bueno!
La cancelación de vuelos y ocho rutas de Mexicana de Aviación no es porque la aerolínea que paró en el sexenio de Felipe Calderón allá por 2010 y quebró en el de Enrique Peña en 2014 esté nuevamente en números rojos, sino porque, “como cualquier empresa”, va a hacer un análisis para “seguir siendo la aerolínea del pueblo”.
Así lo dice Claudia Sheinbaum, quien lejos de reconocer el fracaso del dizque rescate con tres aviones cedidos por el Ejército y dos rentados a TAR (Transportes Aéreos Regionales), dice que ya vienen los nuevos, los comprados a Embraer.
Mexicana de Aviación es, sin duda, otra ocurrencia, otro fracaso de López Obrador con el que carga Sheinbaum Pardo, pero jamás se atreverá a reconocerlo.
Ya cargará con el suyo, con el propio, con los autos eléctricos ciento por ciento aztecas.
Vámonos: ¿Y qué va a celebrar Sheinbaum el fin de semana, cuando haga su mitote llamado mitin en el Zócalo por los primeros cien días de gobierno?
¡Ya sé!
¡La tocada de Polymarchs en el Ángel!
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