Bang-bang ppfffiiiuuuuuu bang-bang-bang auauauuauuauua oooouuuuuuuuu agahhha Bang-bang se escucharon por unos instantes los plomazos en el antro “Perfume de Gardenias” donde habían ido a parar el trio de bandoleros, el Johnny, el Rudy y el Ramis que se tiraron pecho tierra debajo de las mesas, para que después de la balacera pasara un momento y se escuchara un silencio de miedo. A la calma momentánea, devinieron unas estruendosas carcajadas que se combinaban con una aguardentosa voz que entonaba el himno de los pachecos revolucionarios “La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar porque no tiene porque le falta mariguana del Rancho El Búfalo que fumar/ con las barbas de Chucho Murillo por hacerme una gorra para que no me dé frío por el cocoliso/ la cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar porque no tiene porque le falta de la Golden para fumar/ con la Michel Del Obama me la voy a pasar chido para que se eduque el presi del gabacho/ la cucaracha… iiiijajjaaaaaaaaaaayaaaayyy y ¿dónde están esos músicos rascatripas? ¡Que esto parece campo santo y yo estoy alegre ay que celebrar aajajjjjaaaaayyyy! Bang-bang! que vuelve a tirar unos plomazos el muchacho alegre que andaba canturriando, mientras del trio dinámico alguien preguntaba ¿y ese vato quién es? A de ser el presidente municipal, dicen que tiene fama de cerrar los congales y pasarla chingón, refirió una voz con la respuesta, —Es un vato que le dicen el Helado Marínela no—, pues quien sabe, pero hasta me recordó al Pancho Villa por aquello de la cucaracha, la cucaracha móchense por ahí, ya ves mi Ramis querías una funda y lo que venimos a conseguir. Haber, que siga la fiesta ¡que no pare la fiesta uuooooooooo, que no pare la fiesta! No manches ya se fijaron quien es el que anda gorgoreando es el Rafa, mi mero valedor el padrino del barrio, ya salió libre y de seguro esta celebrando es bien rifado, vamos se los presentó, ¿estás seguro? apuntó el Rudy, el Ramis nervioso ya no quería damisela sino salir a Nochistlán, Oaxaca a serenarse y meditar sobre su blusera vida, triste y melancólica, sin amor, que la padecía por el Molinito en Naucalpunk. ¡Oh usted no se achique que estamos entre puro rifififí!, ya me di cuenta mira los compadres de tu compa, ese guey se parece al que le decían la Barby y que siempre traía su camiseta de Polo 2 bien verde mota-botella de mar, para amar; luego ese copetón narigón se parece al Karlos un caca-grande de mi barrio, ¡no manches tu bóxer puro felón, mejor vámonos de aquí! Oh usted aguante vara, no que quería una jaina pórtese como hombrecito, le dijo Juan al chaparrito de Nochistlán, en esas estaban cuando el de la voz y plomazos cantantes espeto a la concurrencia ¡Acabo de salir de la Grande y vamos a celebrar compadre, chupe para todos! Se dirigió al que regenteaba el “Perfume de Gardenias”, quien le dio un abrazo al disparador hombre libre y la orquesta reinicio la música, y los vasos chocaron, y el trío del barrio, cada cual agarro platica y “baile de cartón de cervezas”, con la terapeuta sexual designada por el azar, aquello era como un sueño y de barbas como decían en el pueblo de San Lucas Matoni del Johnny Barrancas ¡¡¿A quien de dan pan que llore?!…..
El humo espeso del que difuminaban en la pista de baile olía a puro petate quemado, en un arreglo digno de concurso “Los Guajiros de la salsa” se reventaban con aquella de “Sol no sabes lo que pasa aquí/ está es la noche /y de la noche son las cosas del amor/ baile Kumbala bar, donde la música es pasión y en la pista una pareja se vuelve a enamorar… y así era porque el Ramis empezaba a sacar su histrionismo y versos de amor a la menor provocación a la musa de aquella noche, “Te miro arrebatado y brindo por el elixir del templo del follaje encantado/ que me tiene estúpido de verdad/ lo que no puedo negar es que el tacto de tu piel irradia sensaciones para cantar un blues a la noche perdida/ y a la humedad de tu piel de la que siempre soy tu esclavo perdido… ¡Orales Ramis, quien te viera! cómo bien decías lo que te puede provocar una leidy le decía el Johnny cuando en esos que a la de sin susto, que entra un cachuchón con dos escoltas igual de cachuchones, para que profirieran en voz alta ¡ya bailamos las calmadas, llego Javier Solís! Pero para sorpresa de la concurrencia el celebrante Rafa y el Matute que se dan un abrazo ¡amigo que digo de amigo, mi hermano, mi sangre! Se soltaron efusivamente. ¡Ay güey esto sí que lo veo y no lo creo juarjuajuar! Ya no más falta que llegue la “Novia de Chuky” no hubiera expresado esas osadas palabras el Rudy, cuando por la entrada bien balaceada entraba ¡¿adivinen quién? ! Ay cabritos no pues que esa momia andaba por Tepepan refirió el Rudy ¡ay cañón esta noche sí que es de sorpresas! no más falta que llegue al que acaban de exonerar y le dicen que es el “Hermano incómodo” y que le van a regresar sus millones y pedirle disculpas por llevarse las maletas de dólares hace unas décadas. ¡No hables, no hables Johnny que tu hocicote parece brujo de chaman! Y para no hacerles el cuento más largo como dicen en el rancho, que llega un vato, eso si bien elegante con su copete de hueso, sonrisa cínica de aquellas que no hay por aquí y el poco pelo plateado, bien prendidito con una piel como polaca, sucia, mirada perversota, que dejo a todos boquiabiertos, en lo que el Rafa que jalaba “un perico” por sus fosas nasales en automático hacia dentro, le grito ¡Bienvenido, que detallazo mi Rulo! No pensé que fueras a llegar a la reunión, como en los viejos tiempos venga un abrazo, para lo que ya el viejo se prensaba en un apretón casi rompe-huesos y decirle ¡Eres grande Rafa! Traes bien de cabeza al Obama y sus sheriffs de pacotilla juajuara juar te andan buscando, pero ya dime ¿cuánto soltaste para que te sacaran? A mí me salió brasileño bien carioca, y tuvo que entrar mi brother Carlos al cabildeo. Ya sabes Rulo que son secretos profesionales, mejor brindemos por la libertad y estar entre cuates juar juar. Cuando para otra sorpresa hizo arribo al congal humeante el Gran Charly, elegante viejo barbón y cabrón, pero no cualquier Carlitos, no crean que el Cara Cortada, nada sino el afamado sirio libanes mexicano, ¿no que no venía mi Rafa?, el Charly nunca fue malagradecido, que bien disimulo, y terminó la charla y se formó el rumbón con la música a todo lo que daban los Guajiros…
Eso es todo dijo el Johnny bien haremos como el anfitrión, brindemos por la amistad y por la vida loca, cuando de repente en la pista de baile apareció Bob Esponja, si era el Bob Esponja, el personaje amarillo de dibujos animados y encorbatado de moño, bailando con una reina, una beldad que olía a pecado y a pescado, con diminuto bikini si a eso se le podía llamar así con chaquira brillante, en una danza que generaba pensamientos insanos, que muchos se apuntaban para dominguear. Esto ya no me está gustando exclamo el Juanito, como que ya me pachequie ¿on toy? ya nadie de sus cuates lo acompañaba, solo la sirena nocturna, pero al tacto la sintió helada, mientras con una voz imperativa le solicitaba bésame-bésame como si fuera esta noche la última vez, sus ojos rojos brillaban y en automático sellaron las bocas y un frío recorrió su humanidad para caer en un letargo, de nuevo la humedad del alcohol y el humo cannabico lo llevaron profundamente a otro umbral, como acostumbraba su perdida mente, que reflejo una centellante luz cegadora que lo transporto a aquella plaza pública que reconocía, que le traía amorosos recuerdos, mientras ya en aquel espacio quiso buscar a sus valedores, pero estaban perdidos desde hace rato en otro cuadro, en las luces brillantes del estrobo que solo proyectaban un haz de luz morado blanquecino…
En la plaza el sol era quemante, enfrente sentados en las jardineras lo escuchaban unos paisanos que descansaban, a pesar de un ruido estruendoso de un grupo super-freesa que a hacia el alboroto para complacencia de chicas que saltaban y difuminaban feromonas a más no poder salvajemente, pero a unos metros del show el Johnny desarrapado, sucio, cargando una mochila de la guerra de baja intensidad del caos, a bocajarro y altisonante daba un discurso, se dirigía a multitudes imaginarias “Tengo sueño, el que niega el origen esta perdido, el pasado no lo puedes negar, cuando te subes al tren sabes que tal vez no podrás regresar en el camino todo te puede pasar, si te vas de fuga atraviesas el horizonte…! Un horizonte que se empezó a nublar y relampaguear soltando una lluvia intempestiva sin que mellara el ánimo de Johnny que ya bailaba sobre la lluvia, girando, subiendo y bajando sobre las jardineras, saltando en los charcos como Fred Aster, mientras ya lo observaba una mirada cobijada en la marquesina de un portal de aquel palacete esperando parara la tormenta para saber qué había pasado con aquel bailarín callejero, pero esa es otra historia…