A veces las cosas no salen como uno quiere, le decía el Cabeza Dura, a su inseparable sombra, el Chubiduby, y no era para menos, después de ser un irredento saltapatràs, hijo de la mala vida, ingobernable, ahora su mente le jugaba rudo, por cualquier cosa se destemplaba, no cuajaba, se sentía un ser gelatinoso a punto de ser derretido por el sol inclemente, por el silencio de las personas, por la mirada severa de propios y extraños, sus emociones se quebraban, no podía estar tranquilo y luego con es puto dolor de muelas que lo tenía postrado, luego ese dolor de cabeza que le atravesaba el cráneo, cual rayo electrizante que casi lo hacia aullar del dolor la cabeza le daba vueltas después del slam, el baile salvaje y circular a toda máquina con la runfla de orates a ritmo de la leyenda del punk del Masacre 68 no te olvidare.
¿No que muy machito?, no aguantas un dolorcito de molar, ¿no que muy guerrero? Le espetaba el Chuby, que proseguía el discurso – Son las facturas que tienes que pagar de tu disipada forma de vivir al limite y, eso es el comienzo para que te eduques ¿querías transgredir la frontera de la razón? ¿Atisbar el umbral de la locura? No jorobes la noche Chuby, respondía el quejumbroso, tu también bien que disfrutabas aquellos viajes al más allá, como te quedabas trabado con los chatazos, que no podías ni mover las quijadas, mordiendo la sábana infernal del desasosiego -¡Ayayay cálmate Cabezotasromerorubio! no es para tanto, que esperabas después de molonquear tu humanidad con esas inhalaciones por las fosas nasales de esa porquería que bien dice tu jefe “ se te va caer la nariz, se te va a podrir el espíritu” y todavía le juegas al vivo con el aluminio anodizado de alto impacto. La mente del Malatesta se sacudió como si le dieran electroshocks, “…piedra dejame priedra no me molestes/ mas dejame como soy…. cantaba el Caifan Saulrocas, la había pensado, pero sus tendencias suicidas habían sido más fuertes, ahí estaba en aquel viejo edificio casi fantasmal con aquellos desbalagados de la realidad, en círculo se pasaban la lata de cocacola debidamente preparada para la combustión, con la ceniza y las ostias, previamente cocinadas, solidificadas con el alcaloide y el carbonato a fuego lento en la cuchara de plata, quemándolas con las ceniza y el Bick que no sabe fallar a todo pulmón, levitando elevándose hasta las alturas el techo cósmico por unos minutos, fluyendo por el espacio como ángeles caídos del Belcebú, para después de pasado el efecto caer en espiral y luego indefectiblemente recibir un mazazo al aparato simpático locomotor, que no perdonaba y que quería más y más cual golosina que cobraba caro con el aliento a fierro y destruyendo el carisma y el espíritu. Nomas de recordarlo el Cabezamaciza, decía ya me voy a portar bien, pero la ansiedad era ruda, tenía que apagarla con unos vodkas, o un tequila para detenerse y no correr atropelladamente en medio de la calle gritando sus miedos o meterle el acelerador a la maquina cuatrorrodante, de cualquier manera acababa estrellándose y rebotando cual muñeco de a más de cien kilómetros por hora, ¿Dónde estoy? Preguntaba el subconsciente y le respondía en tus viajes Gulliver, estas en terapia intensiva, escuchaba a su inseparable Dubychuby, te salvaste otra vez, porque te mueres a pasos, tan lentamente si hay formas más efectivas, tirarse al tren por ejemplo, insultar a unos malandros para que te rompieran todo el esqueleto, hasta a la suprema autoridad.- Si ya lo hice pero me fallo, respondía en sueños el Cabezaparlante, cuando subí en el tren me caí de avioncito en la grava y quede todo raspado, se estropeo mi chamarra de cuero y termine adolorido un mes; igual les mente su madre a los malandros y se rieron como estúpidos y hasta me invitaron unos flavios fumigados y unos tragos, se hicieron mis cuates y con los polis yo creo les di lastima y no más me dieron el avión. Si Cabezadealcornoque, pero ahora estas como un perro llorando, mírate como un niño perdido en Chapultepec, sin amor, sin familia y ¿donde están tus amigos? puros culebras venenosas, la pura verdad estas muerto en vida, ya te fijaste ¿qué horas son? las tres y cuarenta de la madrugada y todo sereno, y sin dinero, las chicas-tulpas de la noche secaron tu corazón y desplumaron tu dinero, tus camaradas te vinieron a aventar a este rincón y no tienes un clavo, ¿querías vivir la vida a lo absurdo? No hijo de mi corazón, bueno solo quiero decirte mi comprensivo amigo, “…que bailare sobre tu tumba/ y bailare sobre tu tumba unos slams para que me recuerdes…” como decía aquella legendaria punketa banda, era Eskorbuto, sisisisi la que gritaba “… para vivir alegre y contento el Cabezotas al parlamentooooo o aquella de “…mucha policía poca diversión únelo decepción, decepción, ya veo que nunca te compusiste, te perdimos. ¡Consígueme algo que ya no puedo con este dolor de muelas que me llega al corazón! que se enfría en esta madrugada clara, llena de luna y estrellas, Voy y vengo no te vayas a mover te traigo un bálsamo para tus males…en eso una luz violeta ilumino aquel arrabal pestilente deslumbrando aquel infeliz, pero esa es otra historia….