NAUCALPAN, Méx.- Para Paola Ayende, la vida no ha sido fácil, pero también le ha dado fortaleza y dones, una hermosa voz e inteligencia, para salir adelante. Ante la falta de recursos en casa, ella tuvo que quitarle tiempo al estudio y cantar en el metro, pero gracias a una beca del programa Menores Trabajadores Urbano Marginales (METRUM), otorgada por el DIF de Naucalpan, hoy se puede dedicar totalmente a la escuela.
Paola tiene 13 años, es vecina de San José de los Leones, Segunda Sección. Una enfermedad hereditaria, neuropatía óptica de Leber, padecimiento incurable y progresivo, provocó que su padre, Don Nabor, empezara a perder la vista de su ojo izquierdo hace 10 años, y con el tiempo también afectó el ojo derecho, por lo que quedó ciego y ya no pudo trabajar.
La madre de esta jovencita, Paula Hernández, se convirtió en el sostén de su casa, pero el dinero era escaso, situación que se complicó cuando ella perdió el empleo. Por esta razón, cuando la niña cursaba tercer año de primaria, sus padres hablaron con ella, para que los apoyara acompañando a su padre a cantar, primero en los mercados de Naucalpan y después en el metro.
Cuando Paola cantaba, los pasajeros volteaban a ver de quién era esa voz, y cuando hacía el falsete de “La Malagueña”, una de sus canciones favoritas, se conmovían y les daban unas monedas. Eso ayudó económicamente, pero tuvo un costo en la educación de la pequeña, ya que saliendo de la escuela se iba con su padre a trabajar casi todo el día, lo que le quitaba tiempo para las tareas y el estudio, y para convivir con su madre.
Uno de esos largos días de trabajo, personal del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Naucalpan, la escuchó y le informaron a ella y a su padre de la existencia de una beca para niños como Paola, que tienen que trabajar en las calles. Fue así como ingresó al programa METRUM.
“Nos dan dos mil pesos cada dos meses, también nos dieron una credencial para poder ir al doctor al DIF gratis, nos dan clases de música y contamos con el Centro de Tareas, que me ha ayudado mucho, ya que hay internet y materiales educativos”, nos cuenta Paola.
“Me piden un promedio de 8, pero ese no es problema porque llevo 9.9. Quiero ser doctora, sé que es una carrera muy difícil, pero sé que puedo con ella; quiero la especialidad de oftalmología, por mi papá, quiero ayudar a mis padres, comprarles una pequeña casa, tener una mejor vida y ayudar a los que no tienen”, afirma.
Paola sigue cantando, pero ya no lo hace para ganar dinero para llevar a su casa, sino por gusto, en el coro de la Parroquia Asunción de María, en su comunidad, también está aprendiendo a tocar la guitarra.
Como ella, 90 niños naucalpenses que tenían que trabajar, son apoyados por el programa METRUM, operado por el Sistema Municipal DIF de Naucalpan, que preside Liliana de Olvera, para que no abandonen la escuela.