EL VATICANO.- Francisco cumplió hoy una visita privada a la cárcel “Regina Coeli” de Roma donde celebró la misa del Jueves Santo y cumplió el tradicional rito del lavado de los pies a 12 presos, entre los cuales habían varios musulmanes y un budista.
Poco antes de las 16:00 hora local (15:00 GMT), el líder católico llegó hasta el centro penitenciario y antes de presidir la celebración eucarística visitó a un grupo de internos en la enfermería, con quienes se entretuvo por una media hora.
Durante la ceremonia, recordó el gesto cumplido por Jesús en la última cena con los apóstoles y lavó los pies de 12 detenidos: cuatro italianos, dos filipinos, dos marroquíes, un moldavo, un colombiano, un nigeriano y uno procedente de Sierra Leona.
Según informó el Vaticano, ocho de ellos profesan la religión católica, dos son musulmanes, uno es cristiano ortodoxo y el restante es budista. Con este rito, el pontífice dio inicio a las celebraciones del Triduo Pascual.
En su homilía, el Papa recordó que en tiempos de Jesús no había cemento ni adoquines, sino polvo en el camino, y como la gente se ensuciaba los pies, al entrar a cualquier casa eran los esclavos los responsables de lavar a los invitados, porque era su trabajo.
“Jesús quiso hacer este servicio para darnos un ejemplo sobre cómo debíamos servirnos los unos a los otros”, precisó. Más adelante sostuvo que quien manda, para ser un buen jefe, esté donde esté debe servir.
Advirtió que si muchos reyes, emperadores y jefes de Estado de la historia hubiesen comprendido esta enseñanza, en lugar de ser crueles y matar gente, hubieran tomado el camino del servicio. “¡Cuántas guerras no se habrían dado!”, exclamó.
“De verdad hay gente que no facilita esta actitud: gente soberbia, gente odiosa, gente que tal vez desea el mal para nosotros (…) pero a estos hay que servirlos más. Y también gente que sufre, que es descartada por la sociedad, por lo menos por un tiempo, y Jesús va allí y les dice: Tú eres importante para mí”, añadió.
Más adelante aseguró que Jesús “se juega” por los seres humanos, que él “no se llama Poncio Pilatos” porque “no sabe lavarse las manos”.