Todo coincide.
El primero de tres peritajes dado a conocer ayer del derrumbe de la L12 del Metro en Tláhuac describe clara y contundentemente cómo se construyó mal y cómo no hubo autoridad alguna capaz de detectarlo.
Tal como lo publicó el diario The New York Times el domingo pasado. Sólo faltó señalar las prisas de Marcelo Ebrard Casaubon por inaugurar como un factor igualmente importante en el accidente.
Los resultados son contundentes: Ebrard Casaubon, jefe de gobierno de la Ciudad de México, cerebro y autor de esa nueva línea, debe asumir la responsabilidad y no voltear hacia otro lado para buscar culpables.
Se ideó y se construyó en su gobierno, de 2006 a 2012.
Hoy quiere culpar a Miguel Angel Mancera, su sucesor en el gobierno capitalino, porque los sismos de 2017 causaron daños a la línea y, entonces, tuvo que intervenir.
¿Recuerda que a Ebrard se le acusó de irregularidades por al menos 4 mil millones de pesos en la construcción de esa línea dorada?
Los técnicos de la empresa Noruega NVD, encargada del peritaje, no detectaron errores o falta de mantenimiento, por lo que no se ve cómo pueda atribuirse a Mancera Espinosa o a Sheinbaum Pardo, la responsabilidad del accidente.
La orden, entonces, era terminar a máxima velocidad, porque el jefe quería irse en la cima y porque no quería compartir con nadie su logro.
¿Dejar a otro la inauguración de lo que creyó sería su obra maestra?
Jamás.
Entonces apretó, presionó y consiguió inaugurar la nueva ruta del metro.
Esa llamada Línea Dorada sufrió complicaciones desde el principio. Hasta se tuvo que rediseñar su ruta, porque los vecinos se negaban a que se les expropiaran sus predios y por eso se decidió ir por arriba.
¿Lo recuerda?
Hoy, tras el desplome de un tramo elevado del metro y 26 muertos, está obligado a aguantar.
El Carnal de Andrés Manuel López Obrador está metido en apuros y lo sabe.
Y sabe perfectamente que su sueño presidencial 2024 pende de un hilo.
El respaldo a Claudia
Ayer, López Obrador dio todo su apoyo a la jefa de gobierno.
Porque es una tragedia, no un “incidente”, como le ha llamado ella.
Ebrard y Sheinbaum o Sheinbaum y Ebrard están a la casa de la candidatura presidencial de Morena.
No se les vaya a escapar la liebre.
Vámonos: Otra ocurrencia: acabar con la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
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