Tras la elección más grande en la historia de México, surge la pregunta:
¿Qué hacemos con los partidos basura?
Esos que no sirven para nada, pero que reciben presupuesto.
Esos que suelen inventar los presidentes en turno para pulverizar el voto y evitar que sus adversarios ganen.
Ejemplos sobran pero, actualmente, son cuatro los que deben desaparecer. Son un insulto a la inteligencia, una mentada de madre.
El Partido Encuentro Solidario (PES) de Hugo Eric Flores Cervantes, amigo de Andrés Manuel López Obrador y trepador profesional, no tiene razón de ser.
En la elección presidencial de 2018, cuando se hacía llamar Partido Encuentro Social (PES), perdió el registro por no alcanzar el porcentaje mínimo de sufragios, pero, por ser aliados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), López Obrador se comprometió a ayudarles para recuperarlo.
Así surgió la brillante idea de sólo cambiarle el Social por Solidario y, con la ayuda presidencial, conseguir firmas y cumplir los requisitos para la integración de un presunto nuevo partido que, en realidad, es la misma basura.
En 2018, en la elección presidencial, sumó 2.7 por ciento de los votos; en la de diputados, 2.40 por ciento, y en la de senadores, 2.32 por ciento.
La Constitución sostiene y la Ley de Partidos, en su artículo 94, que con tres por ciento de la votación en alguna de las elecciones realizadas (presidente, senadores o diputados) es suficiente para conservar el registro.
En la elección del domingo pasado, el partido aliado de Andrés Manuel sumó apenas el 2.7 por ciento para diputados.
Flores Cervantes ha dicho que confía en mantener el registro.
Mejor dicho: confía en que desde Palacio Nacional le ayuden nuevamente a buscar artimañas y opciones legaloides para conseguir un argumento que le mantenga con vida.
Es tan contradictoria y enredada la ley, que el PES tenía diputados en la actual legislatura, pero ¡no tenía registro!
Es más, tiene a Cuauhtémoc Blanco Bravo, como fracasado gobernador de Morelos.
Así, de ese tamaño es el engaño.
El pastor -es un partido de derecha y absolutamente conservador- asegura, tal como sucedió en 2018, que descontando votos nulos y limpiando el expediente alcanzarán el 3 por ciento.
¿De qué sirve tener partidos que sólo gastan el dinero público?
Sí, ese que se obtiene de los impuestos que todos pagamos.
El PES, aliado de López Obrador, recibió 191 millones 815 mil 482 pesos entre 2020 y 2021, que se fueron a la basura, como ellos.
Dé por hecho que el partido sobrevivirá, porque tiene la bendición y el apoyo desde Palacio Nacional.
Redes Sociales Progresistas
Otro engaño.
Otra farsa.
Esta vez de Elba Esther Gordillo, la dueña del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que, agradecida con Andrés Manuel porque la sacó de la cárcel donde Enrique Peña Nieto la tuvo todo su sexenio por rebelarse a sus órdenes y llamar ignorante a Emilio Chuayffet, entonces secretario de Educación, se entrega y obedece.
¿Cómo?
Creando un nuevo partido que sólo sirva para distraer votos.
Enviando a su yerno, Fernando González Sánchez, a dirigirlo.
Pero no consiguió el 3 por ciento tampoco y, salvo que desde Palacio se dé la orden de ayudarle, su registro se perderá.
Apenas sumó el 1.7 por ciento.
¡Ah!, pero gastó 186 millones de pesos.
Fuerza por México
Cierra esta tercia la farsa Fuerza por México, del igualmente saltimbanqui Pedro Haces.
Apenas el 2.4 por ciento y 186 millones de devaluados pero aún útiles pesos.
Vivir fuera del presupuesto es un error.
Y el Verde
No recuerdo un partido tan cínico y tan gandalla como el Partido Verde Ecologista de México, que ni es Verde ni es ecologista ni, mucho menos, de México.
Lo hizo en 2015 con diversos personajes como el ignorante Miguel El Piojo Herrera. Lo volvió a hacer la semana pasada, ahora con influenciadores -influencers, en inglés- a los que vía agencias de publicidad y relaciones públicas contrataron por cantidades que van de 10 mil a 300 mil pesos, según han revelado algunos de los líderes de opinión.
¿Qué hicieron? ¿Cuál fue el acuerdo?
Violar la ley electoral.
Hacer campaña cuando ya se estaba en veda.
Así de tramposos y sinvergüenzas son los integrantes del partido que se vende al mejor postor. Y la estrategia le funcionó: 42 diputados, de 11 que tiene en la actual legislatura.
¿Y de quién es aliado?
Adivinó: de Andrés Manuel López Obrador, quien hoy llama cínicos al PRI, PAN y PRD por unirse para quitarle la mayoría calificada -que sí tenía con sus aliados y los vendidos y traidores priístas, panistas y perredistas-, pero nada dice de su alianza con el Verde… al que llamaba partido corrupto y cínico hace unos años.
Vámonos: Se vendió el avión presidencial… pero el TP Juárez, modelo 1987 que se compró en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado.
Desde 2015 se dejó de usar, cuando ya se viajaba en el que no tenía ni Obama.
Sí, el que se rifó pero no se rifó.
El que está parado en California y por el que se han pagado más de 400 millones de pesos de mantenimiento.