CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- En México no existe un programa nacional de nanotecnología y tampoco un consejo administrativo que marque los objetivos y dirección que esta tecnología debe seguir, considerando el contexto nacional, una agenda de investigación vinculada a las necesidades internas y la regulación debida.
Aunado a esto, no existen instancias que garanticen la gobernanza a los productos que contengan nanomateriales, como en Estados Unidos y Europa, a través de la Iniciativa Nacional en Nanotecnología de los Estados Unidos y los controles regulatorios aprobados en 2009 por el Parlamento Europeo sobre los productos cosméticos que contienen nanomateriales, respectivamente.
La nanotecnología es la manipulación de la materia a escala nanomética, es decir, la manipulación de átomos y moléculas de diversos materiales para la fabricación de diversos productos.
En este contexto, el Senado de la República pidió al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) informar sobre el estado y avance de los proyectos específicos que en materia de nanociencia y nanotecnología se impulsan en el país, así como los recursos que se han invertido durante esta administración.
Adicionalmente, requirió un informe sobre las recomendaciones que la Red Temática de Nanociencias y Nanotecnología considera como retos y oportunidades, para que México pueda ser competitivo en esta área del conocimiento.
En el dictamen avalado por el Pleno del Senado, el pasado 13 de octubre, se precisa que el financiamiento público a las nanociencias no es suficiente y enfrenta el reto de alinearse con las necesidades del sector, por lo que es urgente redefinir prioridades y programas, así como cooperar en la coordinación de centros públicos de investigación, universidades e instituciones que desarrollan investigaciones y actividades relacionadas.
Las nanociencias se configuran como un campo científico y tecnológico en pleno crecimiento, por lo que es necesario impulsar la innovación tecnológica en materia de nanociencia para que el país pueda competir en el contexto internacional y evitar la dependencia de tecnología extranjera.
Sin embargo, detalla el documento, para que esto ocurra es necesario orientar la política de ciencia y tecnología con base en una economía de conocimiento.
Es momento de que los aspectos de evaluación y gestión de riesgos a la salud y al medio ambiente de los nanomateriales, el etiquetado de productos con nanomateriales, el establecimiento de lineamientos de seguridad para los trabajadores que los manipulan, entre otros, sean contemplados como parte de la gobernanza de la ciencia y tecnología del país.
Asimismo, se reconoce que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ha impulsado, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) un Laboratorio Nacional de Nanotecnología, cuyo objetivo es analizar los impactos socioeconómicos que tienen la nanociencia y la nanotecnología, así como estudiar y analizar las áreas de conocimiento y vinculación con otras disciplinas sociales, humanísticas y económicas.