Guerrero vive una desgracia, una tragedia.
En el fallido sexenio de Andrés Manuel López Obrador, fue abandonado a su suerte…que no es mucha.
Primero, el hoy ex presidente impuso a Evelyn Salgado Pineda como gobernadora, en lugar de su padre Félix Sagado Macedonio, quien debería, cuando menos, ser investigado por las acusaciones de abuso sexual y violación que tiene en contra.
Pero no, lejos de ello, es senador de nuevo por Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Y la violencia, los asesinatos, las extorsiones, el cobro de piso, el renteo de comercios y hasta de humildes taxistas, como se ha confirmado en videos que circulan en las benditas redes sociales, se han adueñado del estado.
Por si fuese poco, el huracán Otis, que golpeó Acapulco y municipios cercanos la madrugada del 25 de octubre de 2023, confirmó la mezquindad de López Obrador, de la gobernadora Evelyn Salgado y hasta de la presidenta municipal, Abelina López, quienes dejaron solos a los habitantes, en medio de la devastación, de inundaciones de hasta dos metros de altura -según la zona-, sin agua, sin comida, sin un baño donde asearse.
López Obrador fue capaz de visitar el puerto, pero no de caminar entre las aguas turbias, sucias, porque, como dijera alguna ocasión el hoy ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, “no soy bombero y puedo ayudarles de distinta manera”, cuando se incendió el mercado municipal el 31 de diciembre de 2002 y murieron al menos 30 personas.
Su argumento fue que no se arriesgaría a que le faltaran al respeto a la investidura presidencial.
Farsante.
El hambre, la desesperación y la frustración enfurecieron a los damnificados de Otis, que comenzaron, desafortunadamente y como dicen en las redes, a disfrutar de lo votado.
Sí, Andrés Manuel no quiso utilizar recursos públicos que existían en el Fondo Nacional de Desastres (Fonden)… que extinguió.
El bellaco Gerardo Fernández Noroña -Lilly Téllez dixit– , hoy presidente del Senado, defendió como un perro -así lo dijo José López Portillo al referirse al peso en un informe de gobierno- el fondo de desastres, al asegurar que jamás desapareció y que sólo cambiaría ese nombre fatídico.
Cuando no se ha cumplido ni un año del paso devastador de Otis, hoy Acapulco y su zona conurbada, volvieron a sufrir la fuerza de la naturaleza, ahora con el huracán John.
Fue distinto, pero igualmente letal.
¿Y López Obrador?
Si no acudió cuando estaba en pleno gobierno, menos cuando le quedaban unos días para irse.
Inundaciones de hasta dos metros de altura, 23 muertos y todo tipo de animales también muertos, además de miles de damnificados, el saldo.
Un vale para comprar enseres domésticos fue lo más que les dio.
A los empresarios, a los dueños de condominios o de casas no sólo de descanso, nada.
Igual como hizo en la epidemia de Covid.
Los ricos, los fifís, que lo solucionen.
Cero incentivos para reactivar la economía… y el desastre.
Y los daños no ocurrieron sólo en Acapulco, sino en la mayoría de los municipios y localidades aledañas.
La falta de agua y de alimentos es muy grave, principalmente en la zona montañosa a donde no ha ido nadie.
Claudia Sheinbaum asumió el 1 de octubre y anunció que al siguiente día acudiría a la zona de desastre, pero ¿Qué cree?
Tampoco quiso echar a perder sus zapatos de Coppel o Suburbia y su visita se limitó a estar en la zona naval, donde dio instrucciones que nadie, pero nadie, ha acatado.
Bueno, sí, pero sólo en la zona urbana de Acapulco.
El alcalde decapitado
A esta crisis tan grave hay que sumar la decapitación del alcalde de Chilpancingo, Guerrero, Alejandro Arcos Catalán.
El joven político del PRI que arrebató al partido oficial -Morena- Chilpancingo, donde la ex alcaldesa, Norma Otilia Hernández, fue captada en desayuno y plática con Celso Ortega Martínez, jefe de Los Ardillos, por lo que la bajaron de la lista al Senado y la corrieron del partido, ahora es señalado de haber asistido a una reunión con los narcotraficantes, lo que hizo sin compañía, como presuntamente le pidieron hacerlo.
Se quiere revictimizar a Arcos Catalán y deslindar tanto a Evelyn como a su padre, Félix Salgado.
De hecho, Claudia Sheinbaum dijo en su conferencia matutina de Palacio ayer que la gobernadora tiene todo su respaldo.
¿Qué tal?
Está claro que la señora que cobra como gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, no gobierna, porque Guerrero es un estado en manos del narcotráfico y del crimen.
Ayer, Omar García Harfuch, incipiente secretario de Seguridad, dijo que Alejandro Arcos Catalán no había pedido protección a la gobernadora florero o al gobierno federal dos días antes de que lo mataran.
¿Y qué hizo ella?
Nada.
Tres días antes de ser asesinado Arcos Catalán, su secretario del ayuntamiento, Francisco Tapia, fue ejecutado.
Entonces, pidió protección.
García Harfuch dice que no.
Como le adelanté en la columna del martes, ayer fue presentada la estrategia de seguridad de este gobierno.
Colima, Acapulco, Culiacán, Guanajuato, Guerrero y Michoacán están contemplados para ser reforzados con mayor presencia policiaca y militar o la guardia.
El plan de seguridad exige el uso intensivo de inteligencia para evaluar la estructura de los grupos criminales y usar la inteligencia policial para presentar casos en los juicios.
Por lo pronto, los acapulqueños y los guerrerenses viven una tragedia y en Palacio Nacional ni se inmutan.
La población de Guerrero disfruta lo votado. Ciertamente necesitados en su mayoría, prefirieron los 6 mil pesos bimestrales de limosna para vender su voto, que exigir a Morena y a López Obrador cumplir con su obligación y votaron por ellos de nuevo en la elección presidencial.
Sin duda.
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