Valle de México.- En México las enfermedades venéreas figuran entre las 10 causas principales por las que los jóvenes acuden a los servicios médicos, y la vida sexual la inician en promedio los varones a los 16 años y las mujeres a los 17, mientras que se calcula que por cada 10 embarazos, cinco corresponde a menores de 20 años.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Sexual, que se conmemora este 4 de septiembre, Julián Alcalá Ramírez, académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explicó que el derecho al bienestar en el rubro se relaciona con la integración de aspectos biológicos, psicológicos y sociales que conforman parte de la estructura de la personalidad.
“Esto no sólo tiene que ver con la posibilidad de disfrutar nuestra existencia, sino con el estado físico en general. Una actividad sana nos protege contra una cantidad enorme de padecimientos corporales —sobre todo crónico-degenerativos— e incluso mentales”.
Expresar una sexualidad libre de conflictos permite una integración armoniosa y nos da la posibilidad de ser felices y contribuir al bienestar de quienes nos rodean, aseveró.
En el país la edad para iniciar la vida sexual varía. Los varones comienzan a los 16 años (un poco antes en ambientes rurales y marginales urbanos). Ellas lo hacen 12 o 24 meses después (cerca de los 18 años en zonas citadinas y de los 17 en otras áreas poblacionales).
Sobre las infecciones transmitidas por esta vía, destacó que son comunes. Algunas son tratables como la sífilis, la gonorrea y, en el caso de las mujeres, la clamidia. Sin embargo, preocupa la persistencia de otras que son mortales, como hepatitis B, sida y el papiloma humano, asociado al cáncer cervicouterino.
Por ello, es fundamental brindarles no sólo información, sino educación para propiciarles un entorno que les permita ejercer su sexualidad a plenitud y con seguridad y, si así lo deciden, su reproducción.
Tradicionalmente, en el país este tópico se aborda a partir del quinto grado de primaria. Lo preocupante es que preferimos dar información a educación, es decir, a plantear que uno es un ser sexuado y que esto conlleva responsabilidades, subrayó.
Debemos romper mitos, prejuicios y tabúes que llevan a considerar este aspecto como motivo de vergüenza y fomentar que el éxito en el renglón sea algo digno de orgullo, equiparable al de realizar con tino actividades estudiantiles o laborales, expresó Alcalá Ramírez.
Modificar esta dinámica no es fácil porque vivimos en una sociedad que reprime en este ámbito. Por ende, los jóvenes se inician sin conocimiento suficiente, muchas veces coaccionados por presiones no legítimas —sobre todo las mujeres— y sin protección, añadió.
Por ello tenemos, entre otros aspectos, infecciones y embarazos no deseados, mencionó.
Cuándo hablar
Para el investigador, la educación de los niños inicia desde que sus padres son pareja. “La información no sólo es verbalizada, sino transmitida por nuestro comportamiento y actitudes”.
En ese sentido, proporcionarla desde la más tierna edad es crucial; además, hoy los pequeños pueden encontrarla en Internet, pero el problema es que no viene de especialistas ni es la adecuada. “Es posible abordar este tema con los menores a partir de los cuatro o cinco años”, concluyó.