RIO DE JANEIRO, Brasil.- A 11 días después de asumir el poder, el Gobierno del presidente brasileño interino, Michel Temer, sufrió su primera crisis, con la dimisión del influyente ministro de Planificación, Romero Jucá, tras conocerse que habría actuado para frenar investigaciones sobre corrupción.
Jucá, uno de los articuladores con la oposición del juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, anunció hoy que se “aparta” del cargo tras la revelación de unas grabaciones en las que se le escucha diciendo que es necesario “limitar” la Operación Lava Jato sobre los desvíos de fondos desde la estatal Petrobras para partidos políticos.
Jucá, hombre muy próximo al presidente Temer, negó que sea una dimisión de su cargo, y dijo que apenas se “aparta” a la espera de que la Fiscalía general se manifieste sobre si cometió algún eventual crimen.
“Esperaremos la opinión del ministerio público federal, porque soy consciente de que no cometí ningún acto ilegal”, dijo la tarde de hoy en el Parlamento, tras reunirse con Temer, quien fue recibido por algunos diputados al grito de “golpista”.
“El Gobierno está tranquilo”, aseguró Jucá, que aseveró que “no cometió ningún crimen en aquella conversación”.