ATIZAPAN, Méx.– El legendario TRI de México se presentó la noche de este miércoles en el “X Festival de las Artes 2010, Luminaria Bicentenario” para complacer a cerca de 15 mil fanáticos que se reunieron en el Deportivo Zaragoza para disfrutar de rolas como “Triste canción de amor”, “ADO.” y Metro Balderas.
Desde temprana hora, el Deportivo vio llegar en su mayoría a jóvenes procedentes de todos los puntos del municipio.
Pasadas las ocho de la noche, miles de rockeros recibieron al grupo formado a finales de los años 60, el cual de inmediato encendió el ánimo del público que cantó con Alex Lora piezas clásicas que identifican a la banda: “El niño sin amor”, “Triste canción de amor”, “ADO”, “Chilango incomprendido”, “Metro Balderas” y “Todo me sale mal”, entre otras.
En el inicio del concierto, Alex Lora dedicó una canción a ritmo de Blues a los 33 mineros rescatados recientemente después de que quedar atrapados en la mina San José al norte de Chile. Asimismo, presentó de manera inédita un tema dedicado al Bicentenario de nuestra Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución. Al final, Celia Lora cantó con su esposo tres canciones que cerraron con bombo y platillo una jornada más del Festival Luminaria Bicentenario.
A la par, en el estacionamiento del Palacio Municipal se presentó la agrupación canadiense “Les 7 doigts de la main”, con un espectáculo de gran calidad, al que denominó “Sebastián”, el presentador, como el “Circo de las Mujeres”.
Con una combinación de danza aérea, música y luces, además de una extraordinaria habilidad en el manejo de las telas y un aro que descendían del techo del escenario, así como un aro gigante a ras de piso, bellas mujeres causaron sorpresa y emoción entre los asistentes.
En la parroquia de San Miguel Arcángel se desarrolló la actuación de Ensamble Galileo dirigido por la soprano Rita Guerrero, quienes interpretaron piezas del barroco novohispano.
Rita Guerrero y Leonel Pérez, ambos ex integrantes del grupo rockero Santa Sabina y ahora miembros del Ensamble Galileo, hicieron suyo el espacio parroquial para hacer un recorrido por el Barroco Hispanoamericano, al interpretar arias virreinales y españolas de los siglos XVII y XVIII y sonatas instrumentales del archivo de la Catedral Metropolitana.
Como parte del Festival Luminaria en las instituciones educativas, la Asociación Musical Mozart ofreció el concierto didáctico “La magia a través del tiempo con la Bruja Desafinada”, el cual abarcó varios períodos de música clásica, para beneplácito del público que acudió al Jardín de Niños José Vizcaíno Pérez, en la colonia San Mateo Tecoloapan.
Los pequeños escucharon las breves explicaciones que “La Bruja Desafinada” les brindó acerca de la música clásica y vida de compositores como Mozart, Beethoven y Ravel y que muy animosa los hizo cantar, brincar y aplaudir.
En la Universidad Autónoma del Estado de México, el grupo “Jazz Tazz”, integrado por atizapenses, ofreció al público estudiantil una muestra de géneros como Swing, Bossa Nova y Latin Jazz, con interpretaciones de temas como “Caravan”, “Chicken”, “So what” y “A night in Tunisia”.
En el Mausoleo Adolfo López Mateos, el grupo “Kumaltik” compartió con el público “Mulata y Mestiza”, serie de canciones de música tradicional mexicana conocida como Son Jarocho que fue del gusto del público asistente.
Sones como “El cascabel”, “El pájaro carpintero”, “La tuza” y el popular “La Bamba”, tocados con diferentes tipos de jaranas, requinto jarocho, guitarra bocona y tarima, entusiasmaron a los asistentes, quienes subieron al escenario a bailar.
Por la tarde, el Ballet Polinesio de Lourdes Rodríguez deleitó a medio millar de asistentes con cuadros tradicionales de este tipo de danza basada en composiciones poéticas. Cerca de 40 artistas se convirtieron en narradores de historias donde los movimientos de cadera marcan tiempos, mientras brazos y manos se convierten en los principales elementos gestuales.
Una de las coreografías fue la del origen del cocotero, misma que cuenta la historia de una princesa llamada Hina, hija del Sol y de la Luna. Fue prometida en matrimonio al rey del Lago Vaihiria, que no era otra cosa que una enorme y repulsiva anguila.
Hina huyó y se puso bajo la protección del gran Maui, quien captura y decapita a la anguila, y le da la cabeza envuelta a Hina, recomendándole no dejar la cabeza en tierra hasta llegar a su casa. “La cabeza de la anguila encierra grandes tesoros para ti”-le dijo Maui-. Pero Hina olvida el paquete en el suelo, y la cabeza de la anguila se convierte en el primer cocotero. Por eso se cree que el coco tiene dos ojos y una boca fácilmente reconocibles.
Ya entrada la noche, el Coro de la Universidad de la Plata ofreció un repertorio amplio de interpretaciones a cerca de 400 asistentes al Teatro Zaragoza. Los artistas armonizaron para formar una voz y recitar un recorrido por la historia musical rítmica de Argentina.