¿Quién va a traicionar al bloque opositor?
¿El PRI, el PAN o el PRD?
Haga sus apuestas.
Andrés Manuel López Obrador y Morena, partido que inventó para llegar a la Presidencia y en el que colocó a su incondicional Mario Delgado como líder y títere, ya no alcanza la mayoría calificada, necesaria para las reformas constitucionales.
De 500 diputados, se necesitan dos tercios para pasar esas reformas, nomás 334 legisladores para que, en el salón de plenos, coloquen su dedito en el correspondiente lector.
O lo levanten, en el peor de los escenarios.
Pero, tragedia, Morena y aliados suman 278 curules, por lo que 56 le separan de la cifra mágica.
Y eso es gracias a los votantes, que el 6 de junio dieron un paliza a Morena y apoyaron a ese bloque del PRI, PAN y PRD.
Si no los consigue, ahí está el PRI para comprarle sus votos.
Y no necesariamente con dinero en efectivo.
Bastan unos terrenitos, una ayudadita con un tema pendiente que se arrastre por ahí y hasta advertencias de coopelas o cuello.
Un expediente que aparesca.
En la legislatura que está a punto de concluir, Morena y rémoras flotaban de a muertito.
No había qué hacer.
Hasta se pasan, y por mucho, del mínimo señalado.
Andrés Manuel López Obrador arrojó el anzuelo al PRI en una mañanera de junio, cuando dijo que Morena había quedado en la elección del 6 de junio a unos votos de la calificada, y que bastaba con los diputados del tricolor para negociar e ir con ellos.
Y se desató una tormenta.
Reacciones en las llamadas redes sociales y al conmutador del PRI, en Insurgentes Centro, rumbo al norte.
Jitomatazos, sombrerazos, mentadas de madre y todo lo que se pudiera arrojar en contra de “los traicioneros priistas”.
Así, definidas las diputaciones y la nueva realidad en la Cámara de Diputados, en la que Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no alcanza la mayoría calificada ni con sus rémoras, Partido Verde Ecologista (PVEM) y Partido del Trabajo (PT), su futuro no es prometedor ni halagüeño.
Los 278 diputados del bloque oficialista tendrán que conseguir esos 56 votos que, de no doblar al PRI, los obligará a cazar, literalmente, a l@s de diputados y diputadas del PAN o hasta del PRD.
¿Quién será el Judas?
¿PAN o PRD?
Y eso es un primer logro, un triunfo de quien les coordine y, principalmente, sea su líder.
Será complicada la segunda parte del sexenio, porque deberán buscar esos 56 sufragios y, créame, no será fácil tenerlos.
Bienvenido, Morena, a la nueva realidad.
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