CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- A través de la lectura dramatizada del texto Los días petrificados escrito por el dramaturgo Miguel Sabido, se recordó en el Palacio de Bellas Artes la vida de la guionista, periodista, poeta y cuentista Elena Garro (Puebla, Puebla, 11 de diciembre, 1916 – 22 de agosto, 1998, Cuernavaca, Morelos), en el marco del centenario de su natalicio.
A través de una lectura de atril en la que participaron los actores Angélica Aragón, Lisbi Cuéllar, Lourdes Gazza, Rosendo Gazpel y Julio Gómez, se abordaron además de su obra literaria, otras de las facetas de quien fuera esposa del premio nobel mexicano de literatura Octavio Paz.
En la lectura se mencionó su sensibilidad hacia los problemas de los indígenas y su denuncia a lo que creía injusto, para lo cual realizaba reportajes, ejemplo de ellos es el que realizó respecto a la aterradora vida de las reclusas en las cárceles de México, lo que puso de manifiesto su faceta combativa.
El público que llenó en el total de su capacidad la Sala Manuel M. Ponce, reía con algunos de los pasajes expuestos sobre la vida de la escritora, se indignó al escuchar de la persecución de la que fue objeto, y descubrió que fue calificada como “loca o desquiciada” por sus detractores.
“Luisa Josefina Hernández dijo: Los recuerdos del Porvenir es la mejor novela escrita por una mujer en México. Rosario Castellanos decía: en México hay dos cumbres: Pedro Páramo y Los recuerdos del Porvenir”.
Tras escucharse en voces de los actores las opiniones que destacados escritores tuvieron respecto a la novela Los recuerdos del porvenir, calificada por Juan Rulfo como extraordinaria, pasmosa para Huberto Batis, misma que entusiasmó a Salvador Elizondo, Inés Arredondo, Juan García Ponce y Vicente Melo, su biografía concluyó al calificarla como “la voz más universal de México, junto con Sor Juana”.
Lo anterior desató una oleada de aplausos por parte de la audiencia que se prolongaron por minutos, apareciendo segundos después sobre el escenario Miguel Sabido, visiblemente emocionado, sosteniendo el retrato de quien fuera Premio Xavier Villaurrutia, en 1963.