Al cumplirse el primer año del gobierno federal, el saldo es de claroscuros.
Con base en el Pacto por México, autoría del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la bendición del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el agradecimiento del Partido Acción Nacional (PAN), se han conseguido todas las reformas. Unas más contundentes que otras, pero todas.
De acuerdo con el guión, sólo están pendientes la político-electoral, en la que el gobierno priísta concede todo lo que Jesús Zambrano y la izquierda entreguista han pedido a cambio de su voto por la hacendaria, y la energética, que pasará tras cumplirse los caprichos de Gustavo Madero y la derecha, también agachona, en la electoral.
¿Qué obtuvo el PRD gracias a traicionar no sólo a Andrés Manuel López Obrador, quien le dio casi 16 millones de sufragios en las presidenciales de 2012, sino a esos votantes?
La reforma política del Distrito Federal, el fondeo de capitalidad para el gobierno de Miguel Angel Mancera y fondos para sus gobiernos estatales, con lo que Los Chuchos, pandilla que comanda al partido, podrá mantener el control de esas entidades y del sol azteca.
¿Y el PAN?
La reelección perseguida históricamente y el Instituto Electoral reclamado -le negaron la segunda vuelta en las elecciones presidenciales, porque el PRI sabe que ahí puede perder por los resultados tan apretados-, y la entrega del negocio del siglo a la clase empresarial, su clientela principal: el petróleo.
Todo está planeado.
La supuesta salida del PRD y Los Chuchos del Pacto por México, que idearon en reuniones cuasi conspiradoras de madrugada y que concretaron en la casa de José Murat, es sólo parte del guión: el sol azteca no puede pelearse con sus bases, a las que les vende la presunta posición a favor del petróleo, pero los envía al paredón con nuevos impuestos, con su aval a la reforma fiscal, y les deja en manos del neoliberalismo que, de izquierda y política social, aplica sólo lo que le conviene políticamente.
Zambrano y compinches saben que esta retirada y pataleo disfrazados tenían que darse antes de que se vote la mayor apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) a la inversión privada y extranjera, porque, de lo contrario, pagarían un costo muy alto cuando el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido en ciernes de López Obrador, amenaza peligrosamente su caciquismo en la izquierda.
Y porque, además, está en puerta el relevo de dirigencia, en el que impondrán a Carlos Navarrete para mantener el control partidista y no pueden arriesgarse a que la tropa, esa que con tortas y chescos les respalda, se sienta traicionada al conocerse que apoyaron la venta de la soberanía y cuasi virginidad nacionales.
Pero no todo es punto a favor
En seguridad, pese a la eliminación del tema violencia, narcotráfico y crimen organizado a su máxima expresión en el discurso oficial, ejecuciones, narcofosas, guerra de cárteles y ataques a la Policía Federal y el Ejército, además de los abusos en el ejercicio y aplicación de la ley contra los detenidos persisten.
Si las cifras precisas se desconocían con Felipe Calderón, ahora no existen.
La decisión de no diferenciar entre homicidios en general y los presuntamente ligados al crimen organizado hace más difícil conocerlas. Ahora se dan cifras totales y ahí surge la complicación.
En agosto, Miguel Angel Osorio Chong, secretario de Gobernación, celebraba:
– Yo me muevo por cifras. Cuando llegamos a este gobierno (diciembre pasado) nos encontramos mil 700 fallecimientos relacionados con la delincuencia organizada. Hoy estamos en 800.
Y sí: les hablo que son 900 menos, son un mundo, como también sí les hablo que son 800, son un mundo- dijo en un tono poco claro.
Si así fuese, el año cerrará con 9 mil 600 muertos por violencia o ligados a la delincuencia organizada y el sexenio, de mantenerse ese promedio, con 115 mil 200. No obstante, pueden ser más, porque las cifras de diversos grupos y activistas rondan los 17 mil en el año.
Paradójico, pero cierto: 15 mil más que los reconocidos por el calderonismo, que mantuvo una guerra abierta, declarada y reconocida contra el crimen.
En economía, el optimismo desbordado y el supuesto nuevo papel de México en el mundo quedó sólo en el dicho, porque el crecimiento ha sido pobre y cerrará en 1.3 por ciento, según los más recientes cálculos del Banco de México (Banxico) e incluso de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El país está lejos de ser el paraíso que se creyó, con 3.6 por ciento de Producto Interno Bruto (PIB), como una potencia emergente en el escenario político económico internacional.
En empleo, los resultados son igualmente deficitarios.
Al cierre de septiembre, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveladas apenas el 10 de noviembre, hay 2.7 millones de mexicanos sin trabajo, sin empleo, sin chamba, pues.
Durante el tercer trimestre, esos 2.7 millones de mexicanos representan .1 por ciento más que en el mismo periodo de 2013.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi reflejaron que la población desempleada entre julio y septiembre de 2013 es el 5.2 por ciento de la población económicamente activa (PEA), un incremento de .1 por ciento respecto al 5.1 del mismo lapso de 2012.
No para ahí. La PEA es de 52.3 millones de personas, de las que 29.3 millones trabajan en la informalidad –no pagan impuestos, no cumplen con la ley y no tienen derechos ni prestaciones-, lo que significa el 59.1 por ciento del total.
Esta cifra, ¡lotería!, es 1.5 por ciento menor a la registrada en el mismo periodo del año pasado.
Los pobres resultados económicos, aseguran los expertos financieros, se deben al entorno mundial, ciertamente deprimido, pero también a la falta de proyecto y a la retención del gasto por estrategia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Evidentemente, cualquier gobierno, fuese del PAN, del PRD o este del PRI, tiene claroscuros.
Michoacán pone en riesgo al Estado mexicano
Precisamente el jueves, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, al presentar un programa de auxilio a Michoacán y a su gobernador, Fausto Vallejo, aseguró que el Estado mexicano y el Estado de Derecho están en riesgo.
Los Caballeros Templarios, escisión de La Familia Michoacana, controlan el estado, principalmente municipios como Apatzingán, Buenavista Tomatlán, Tepalcatepec, Coalcomán, Aquila, Aguililla y Tancítaro, y eso pone en riesgo no sólo a esa entidad, sino al resto del país por el mensaje que se envía de debilidad.
Guerrero, los 62 cuerpos en las fosas de La Barca, Jalisco, el disparo en secuestros -Isabel Miranda de Wallace y el Observatorio Ciudadano hablan de 2 mil 421 en este año-, son muestra de ese riesgo reconocido por Videgaray.
Alerta por el 1Dmx y judiciales de civil
Y así, la Ciudad de México arderá mañana, porque están programadas diversas movilizaciones con motivo del primer aniversario del actual gobierno y de aquellas manifestaciones -1Dmx- que derivaron en destrozos, vandalismo y ataques impunes contra la policía, en el primer cuadro.
El gobierno capitalino de Mancera anunció 4 mil 700 policías para contener a esas hordas de anarquistas que, con el pretexto de la libre manifestación, suelen destrozar todo a su paso. Manchan las manifestaciones auténticas, que no violan la ley, y que representan inconformidad, sí, pero siempre dentro de la ley.
Por órdenes de Mancera, no llegarán al Zócalo capitalino, dijo la SSP-DF.
Y es que en la plancha de concreto, López Obrador llevará a cabo un mitin-protesta por la reforma energética, lo que representa un grave riesgo y un caldo de cultivo que puede ser aprovechado por grupos radicales para detonar choques. La inclusión de nuevo de agentes judiciales vestidos de civil puede ser una provocación.
Arturo Cervantes, damnificado
Arturo Cervantes Trejo, secretario técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra) de la Secretaría de Salud, es el pagano por el resbalón de la secretaria Mercedes Juan.
El discurso del 13 de noviembre en el que se informó que a México la violencia le cuesta anualmente entre 8 y 15 por ciento del PIB y desmentido al otro día por la misma dependencia con base en estadísticas del Inegi, que señala 1.3 por ciento, fue su pase al desempleo.
Pablo Kuri, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, lo despidió, pese a que Cervantes Trejo documentó su dicho.
El jueves, el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), con sede en Sydney, Australia, y dirigida por Steve Killelea, informó que, efectivamente, el costo directo de la violencia en México es de 3.8 por ciento del PIB, mientras el indirecto es de 12 por ciento. O sea… 15.8 por ciento.
Vámonos. Viene el cierre maratónico en el Congreso. Miércoles habrá ya reforma político-electoral (Gamboa dixit) y de lleno a la petrolera.
Luego, vacaciones navideñas… y a persignarse para 2014.
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